Wwoofing y couchsurfing, formas alternativas de viajar al turismo tradicional
Los viajes alternativos como el couchsurfing o el wwoofing son una forma de viajar ajena a la crisis económica. Estos fenómenos creciente de intercambiar casas a la hora de viajar no responde a la crisis sino a una filosofía de vida y a una manera diferente de percibir el mundo. Ejemplos de ello son el couchsurfing, una red social en la que los usuarios ceden el sofá de su casa a los viajeros que lo deseen, y el wwoofing, una comunidad que se aloja en granjas ecológicas y que trabaja a cambio de alojamiento y manutención.
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Un nuevo tipo de turismo
“Quien practica este tipo de turismo es un sector minoritario, gente que concibe la economía y la sociedad desde vertientes eminentemente no mercantilistas”, explica Oriol Miralbell, profesor de los Estudios de Economía y Empresa de la UOC.
Aunque el turismo alternativo se haya extendido en un mundo global gracias a las redes sociales, “que han permitido tener una información suplementaria para establecer contactos”, Oriol Miralbell apunta que “estas prácticas no son nuevas». A pesar de todo, su expansión gracias a las nuevas tecnologías ha facilitado el nacimiento de un nuevo segmento basado en el ‘turismo social colaborativo’.
«El turismo ha dejado de ser un producto de lujo o esporádico para convertirse en un producto de consumo diario», relata el profesor de la Universitat Oberta de Catalunya, que justifica el mayor interés en estas prácticas. «Al tratarse de un servicio tan cotidiano, se ha especializado y ha llegado a niveles de profesionalización muy altos. Por eso hay gente que busca lo contrario: más aventura», expone.
La crisis económica
De este modo, Oriol Miralbell habla del boom de los viajes alternativos y aclara que el factor económico incide, pero no es determinante para llevar a cabo estas prácticas: «Las ideas low cost han favorecido este tipo de cultura porque se ahorran costes a partir de la reducción de servicios prescindibles, pero responde más a una filosofía de vida que a un ahorro económico».
Couchsurfing
El couchsurfing –comunidad que ofrece a sus usuarios intercambio de alojamiento por medio de la red– es una forma de viajar que responde a un consumo individual y que practica, mayoritariamente, un público joven al que le gusta vivir de forma alternativa. “Tiene unas limitaciones porque dependes de la otra gente. No te puedes programar estancias con libertad y tienes la necesidad de adaptarte”, comenta el experto de turismo de la UOC.
Además, Oriol Miralbell niega conflictos de civismo con la práctica del couchsurfing. “Este tipo de actividad funciona porque la gente está predispuesta. El nivel de satisfacción es muy alto y raramente hay problemas”, señala el experto de la UOC, que remarca el mínimo riesgo que comporta esta práctica. “La vivencia depende más de nuestra actitud que del riesgo de marcharse a entornos más complicados”, añade.
Miralbell expone que “el turismo no deja de ser un producto que satisface necesidades de experiencia”. Por este motivo, sin tener que salir de los circuitos tradicionales, “estas vivencias nos permiten crear sensaciones y nos llaman la atención”.
85 euros de ahorro diarios si intercambias tu casa para las vacaciones
El alquiler y el intercambio vacacional son las opciones más económicas para un verano mojado por la crisis. El ahorro supera los 85 euros diarios por persona en el caso del intercambio de viviendas entre particulares y más de 40 euros si se opta por el alquiler vacacional, según la última Encuesta de Movimientos Turísticos de los Españoles, en la que se estima que los viajes a establecimientos hoteleros fueros los que estuvieron asociados al mayor gasto diario (84,2 €), seguidos de las casas rurales (53,7 €) y viviendas alquiladas (40,1 €).
Si se opta por el intercambio de vivienda, desde pisos.com se recomienda, para mayor seguridad, que exista un contrato entre las partes en el que consten temas como los gastos adicionales o indemnizaciones por desperfectos. Aparte del ahorro en la partida destinada al alojamiento, el gasto en comidas en una vivienda de alquiler o intercambio es mucho menor, reduciendo aún más el gasto.
El alquiler vacacional y el intercambio de casas de veraneo son alternativas al tradicional alojamiento turístico hotelero que están cobrando fuerza con la crisis. Más cómodas que otras opciones como el camping o el couchsurfing, permiten ahorrarse entre 85 y 40 euros por persona y día solo en alojamiento, a lo que hay que sumar el gasto en comidas. Según el portal inmobiliario pisos.com, las ventajas van más allá de lo económico pero no conviene olvidarse de la seguridad: un contrato entre las partes es la mejor garantía de unas vacaciones tranquilas.
Sentirse como en casa
El director del Gabinete de Estudios del portal inmobiliario, Manuel Gandarias, asegura que “alquiler e intercambio permiten al turista sentirse como en casa en sus vacaciones sin gastar demasiado dinero, por lo que ambas opciones están en auge desde el inicio de la crisis, puesto que suponen un ahorro más que considerable”. Por ello, a día de hoy España ya es el tercer país en número de familias que realizan intercambios de casa en vacaciones en el mundo, siendo superada únicamente por Francia y Estados Unidos.
En opinión de Gandarias, “aunque la buena fe impere durante la negociación de las condiciones, no es la mejor salvaguarda ni para propietarios, ni para inquilinos. Lo más recomendable es tener un contrato que especifique todos los detalles importantes para las partes”. En la Red existen modelos que ayudarán a los firmantes a detallar condiciones como el reemplazo o pago de cualquier objeto dañado, uso del teléfono, ordenador e Internet, número de personas alojadas, etc.
“Estamos a las puertas de las vacaciones y cerrar el plan de viaje se va haciendo más que necesario si se quiere disfrutar del verano sin descuidar el presupuesto”, señala Gandarias. Según un estudio realizado recientemente por pisos.com, aunque la renta media de alquiler semanal en costa ha bajado un 9,28 % desde el año pasado hasta los 520 euros, el precio varía 756 euros según el destino. Esto es algo muy importante, teniendo en cuenta que los españoles han reducido un 16 % su presupuesto para vacaciones, lo que hace pensar que las costas que concentran la oferta de alquiler de temporada más económica (Costa de Almería, Canarias y Rías Baixas) despertarán este año más interés que las que registran los precios más altos (Baleares, Costa Brava y Costa Verde).
Wwoofing
El profesor de los Estudios de Economía y Empresa también incluye en el mismo segmento de gente a los que practican el wwoofing, una red de alcance mundial que facilita el trabajo de voluntariado en granjas ecológicas a cambio de hospedaje y manutención.
Mientras las dos prácticas anteriores tienen un cariz más individual, “el intercambio de casas está más enfocado al ámbito familiar”, pero no deja de englobar un grupo de gente que entiende el mundo del mismo modo. “En este pacto mutuo hay un factor de voluntad y complicidad. Además, las redes sociales permiten un mayor control del propio cliente”, manifiesta Oriol Miralbell, que percibe un cambio de mentalidad en el contexto internacional.
Reacción de las agencias de viajes y hoteles
A pesar de que Oriol Miralbell puntualiza que «agencias y hoteles se centran en otros segmentos de mercado», sí ve una «reacción tardía y negativa ante cualquier cambio» que pueda suponerles un riesgo. “Todo lo que escapa a su control les dificulta el acceso al público”, resalta sobre estas injerencias en el sector.
El profesor de la UOC, sin embargo, reconoce que «las agencias de viajes son las pioneras en la vertiente tecnológica» y determina que las que sobreviven lo han hecho gracias a su apuesta por el turismo especializado. “Este tipo de agencia no se tambalea con la aparición de viajes alternativos”, advierte.
Ante esta evolución de las agencias de viajes y hoteles en las TIC, Oriol Miralbell prevé un gran problema en los próximos años, un dilema que ya preocupa y afecta a la sociedad actual. “El gran debate en los próximos años será el control del gran volumen de información que hemos dejado en la red”, concluye.