Un domingo en Guadarrama disfrutando de la sierra de Madrid
Guadarrama se alza en plena Sierra de Madrid como una alternativa de escapada para aquellos que busquen un lugar recogido donde descansar, relacionarse con la inmensa naturaleza que se extiende fuera de sus límites y degustar todo tipo de platos con sabor, sobre todo, a cocina tradicional. Los visitantes encontrarán allí un rincón de alto valor patrimonial, que abre sus calles a uno de los paisajes más bonitos de la geografía española. El municipio, que ha sido reconstruido varias veces como consecuencia de las guerras, ofrece paseos urbanos, rutas en plena naturaleza y gastronomía tradicional.
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Guadarrama es una apacible localidad que hay que pasear. No sólo su corazón, ese casco urbano que lleva atrayendo visitantes desde hace décadas, sino también su entorno, la impresionante panorámica que ofrece la mezcla de la rica vegetación, con embalses que hacen las veces de espejos naturales.
Los visitantes encontrarán al llegar a las calles de Guadarrama ese ambiente de aire puro que caracteriza a la Sierra madrileña. Esas travesías permiten descubrir algunas paradas obligatorias para descubrir el patrimonio del municipio, como es ‘La Torre’, una construcción del siglo XV de ábside mudéjar y torre medieval, que hoy en día acoge diversas actividades de carácter cultural. También digna de visita es la Iglesia de San Miguel Arcángel, reconstruida sobre lo que, al parecer, fueron las antiguas Paneras Reales y el Real Pósito de la Villa y Corte de Madrid, que en su momento alimentaba a los ejércitos reales.
Este casco urbano también ofrece ejemplos etnográficos, como es un ejemplar -de los pocos que quedan- de pajar construido en piedra, típico de la región, o el barrio que tras la Guerra Civil se levantó para ser habitado por jornaleros y ganaderos.
Los paisajes de la Sierra de Guadarrama fletan esas calles. Bosques y sendas que reflejó Juan Ruiz, el Arcipreste de Hita, en su afamado ‘Libro de Buen Amor’. En su homenaje se trazó la ‘Ruta del Arcipreste’, plagada de pinos, enebros, setas y manantiales, que culmina en la Peña del Arcipreste de Hita, un conjunto rocoso de granito donde se encuentran grabados unos versos de su más conocida obra, declarado Monumento de Interés Nacional.
Las encantadoras formas orogénicas que muestra la Sierra esconden santuarios del silencio, como el embalse de La Jarosa, cuyas aguas reflejan sobre su superficie el bello entorno que emerge alrededor. Todo el conjunto que los ojos de los visitantes lleguen a contemplar forman un recurso que la comarca de Guadarrama lleva intentando, desde 1920, que sea declarado Parque Nacional.
Este entorno es el perfecto escenario para practicar también actividades de equitación. Rutas a caballo para estar en contacto pleno, de una forma menos habitual, con la naturaleza que puebla la Sierra y observar la belleza de estos rincones desde otra perspectiva.
Para aquellos que busquen algo más de acción, en los alrededores del pueblo se ubica un interesante parque de aventura donde los visitantes tendrán la posibilidad de realizar actividades saludables y deportivas, muy orientadas al ocio al aire libre. Estas actividades, que se desarrollan en un área recreativa natural y bajo reserva, consisten en recorridos por los árboles. Son más de cien juegos a distintas alturas, con diferentes grados de dificultad, y doce tirolinas, destinadas a hacer de las experiencias de aquellos que se acerquen a Guadarrama algo inolvidable.