Tengo ergofobia, ¿puedo coger una baja laboral?

Las vacaciones de Navidad se han terminado y es momento de retomar la rutina diaria. La temida ‘cuesta de enero’ es uno de los principales miedos de las personas al empezar cada año. Sin embargo, existe un miedo mayor que cada vez afecta a más personas: la vuelta al trabajo. Volver a los puestos de trabajo o al colegio tras unas largas vacaciones tiene consecuencias negativas en la salud mental. El bienestar emocional se ve alterado, incluso algunos experimentan un auténtico temor al volver al trabajo.

Los expertos en psicología han denominado a este fenómeno como la ergofobia. Concretamente, se trata de un malestar intenso en las personas que vuelven al trabajo y que les impide retomar las tareas de forma natural. Pero, ¿cuáles son los síntomas para saber si una persona sufre ergofobia?

Qué es la ergofobia o miedo al trabajo

Los psicólogos del Instituto Cláritas han definido la ergofobia como “un miedo irracional ante distintos aspectos laborales. Ya sea al ambiente de trabajo o a las tareas laborales en sí”. Este miedo puede aparecer de diversas formas, tanto antes de volver a la jornada laboral, durante la misma o al finalizarla.

Aunque este miedo no solo está ligado con el trabajo. También puede estar presente durante la búsqueda activa del empleo, especialmente en aquellos casos en los que encontrar trabajo es una tarea complicada.

Por otro lado, tampoco hay que confundir la ergofobia con no querer ir al trabajo o la pereza por tener que retomar la rutina. La ergofobia va más allá y se presenta en aquellos ámbitos laborales intensos.

Síntomas

Los síntomas más comunes de la ergofobia son:

• Ansiedad extrema o ataques de pánico al pensar en el trabajo.
• Pérdida o dificultad para mantener la concentración en el trabajo.
• Pensamientos recurrentes y negativos sobre el trabajo fuera del horario laboral.
• Angustia al aproximarse el inicio de la jornada laboral.
• Malestar físico antes o durante la jornada laboral (sudoración, palpitaciones, náuseas, dolor de estómago, cabeza, tensión muscular…)
• Dificultad para conciliar el sueño o problemas para mantener una buena rutina del sueño.
• Bajo rendimiento en el trabajo.

Así se puede superar

La ergofobia puede ser una condición temporal con solución. Si experimentas algunos de los síntomas mencionados anteriormente, te ofrecemos estas recomendaciones que pueden ayudarte a aliviar el malestar:

• Trabaja en tu nivel de autoexigencia. Aprende a establecer límites a tu perfeccionismo y evita castigarte si algo no sale como esperabas. Practica la autocompasión.
• Desconecta en tu tiempo libre. Apaga el móvil y disfruta plenamente de las actividades que realices fuera del horario laboral. Esto te ayudará a evitar pensamientos recurrentes sobre situaciones laborales que podrían aumentar tu ansiedad.
• Realiza técnicas de relajación. Practica actividades como yoga, meditación, mindfulness u otras enfocadas en la relajación.
• Planifica tus tareas laborales y tu agenda semanal. Incluye momentos libres para imprevistos, lo que te permitirá gestionar mejor tus responsabilidades y mantener una mayor organización.
• Reformula tus pensamientos. Por cada pensamiento negativo relacionado con el trabajo, intenta encontrar uno positivo. Aplica lo mismo a los pensamientos sobre fracasos.
• Busca ayuda profesional si es necesario. Si estas medidas no son suficientes, consulta a un psicólogo o a tu médico de cabecera para recibir apoyo y aliviar el malestar que estés experimentando.

¿Puedo coger una baja laboral?

Si los síntomas y consecuencias de la ergofobia son ataques de pánico y una ansiedad extrema, así como malestar físico o dificultad de conciliar el sueño, lo más recomendable es acudir a un médico. Cuando los síntomas mencionados sean tan intensos que perjudican la mayoría de las áreas vitales, el médico puede otorgar la baja laboral como medida para recuperarse.

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