Somos miopes de noche, ¿por qué?

Somos miopes de noche, ¿por qué?
NOTICIA de Javi Navarro
05.07.2012 - 16:30h    Actualizado 22.03.2023 - 16:08h

Un estudio revela que la miopía nocturna es un fenómeno que experimentan todos los humanos, que su impacto en la visión es menor de lo que se creía y que no es necesario usar gafas o lentillas especiales para corregirla, dado que el cambio miópico que experimenta el ojo al anochecer es mínimo y solo tiene importancia en condiciones de muy baja iluminación.

Para averiguar las causas de la miopía nocturna, científicos de la Universidad de Murcia (UMU) han creado un dispositivo experimental basado en la óptica adaptativa de los telescopios. Pablo Artal y su equipo del Laboratorio de Óptica (LOUM) han utilizado tecnologías ópticas avanzadas desarrolladas por ellos mismos basadas en la óptica de los telescopios. “Este fenómeno se debe a un mecanismo de sobreacomodación del cristalino del ojo en la oscuridad y ahora quedan descartadas la aberración cromática y la aberración esférica como causantes de la miopía nocturna, como antes se pensaba”, explica Artal.

La miopía es el defecto de la visión causado por la incapacidad de las lentes del ojo, la córnea y el cristalino, para enfocar correctamente los objetos lejanos. La miopía nocturna se produce cuando hay poca luz y afecta por igual a miopes y no miopes.

Los expertos del LOUM defienden que la contaminación lumínica actual impide niveles extremos de oscuridad que supongan un riesgo a la hora de conducir o realizar actividades profesionales, por lo que, si una persona sufre una pérdida de visión notable durante la noche, obedecerá a patologías ajenas a este fenómeno.

Rebate los resultados anteriores
Al carecer de la tecnología para realizar mediciones más precisas, hasta ahora se creía que este fenómeno mermaba la agudeza visual en un 15 %, que se producía una miopía de 1,5 dioptrías -una cifra muy significativa- y que era el posible detonante de muchos accidentes de tráfico. En los años ‘80 se popularizó el uso de gafas especiales durante la conducción nocturna para corregir la pérdida de agudeza visual.

El equipo de Artal ha probado que estos valores no corresponden con la realidad. “Clínicamente, se pueden producir síntomas visuales por desenfoques tan pequeños como 0,5 dioptrías, pero estos solo se superan en la miopía nocturna en condiciones inusualmente bajas de luminosidad”, afirman.

En su laboratorio desarrollaron un dispositivo experimental basado en la óptica adaptativa, una técnica de la astronomía que elimina el efecto de turbulencia atmosférica en los telescopios. Con este instrumento de luz infrarroja, midieron el nivel de miopía inducida por la oscuridad en el ojo en diferentes condiciones ópticas. Los investigadores hicieron mediciones en ocho sujetos con visión normal, con edades comprendidas entre los 24 y 49 años.

“Conocer la magnitud y los procedimientos para corregir la miopía nocturna se consideraban secretos militares”, dice Artal. “Durante más de un siglo ha habido un debate abierto sobre las causas de la miopía nocturna porque los resultados eran contradictorios. Curiosamente, todavía hasta hoy persistían las mismas dudas sobre sus principales causas”, explica Artal.

70 años de miopía nocturna
La miopía nocturna fue bautizada así y descrita por primera vez en 1942 por dos españoles, los especialistas en óptica, José Mª Otero y Armando Durán, aunque mucho antes ya era objeto de preocupación en los bandos combatientes de la II Guerra Mundial.

Alemanes, británicos y estadounidenses encerraban a sus vigías en cuartos oscuros para adaptar sus pupilas a la noche y evitar que no avistasen la llegada del enemigo. “Hubo un momento en la historia en el que conocer la magnitud y los procedimientos para corregir la miopía nocturna se consideraban secretos militares”, dice el experto.

El fenómeno es conocido desde finales del siglo XVIII y ha interesado a célebres científicos como Lord Rayleigh, quien escribió: “He encontrado que en una habitación casi a oscuras soy claramente miope. En una noche oscura, las estrellas pequeñas son mucho más evidentes con la ayuda de gafas que sin ellas”.



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