Si eres pobre, juegas más a la lotería
Tener menos recursos hace que la gente se enfoque más en sus problemas inmediatos y descuide los menos urgentes. Una investigación liderada por la Escuela de Negocios Booth de la Universidad de Chicago (EE. UU.) asegura que los individuos con bajos ingresos juegan más a menudo a la lotería, no se registran en programas de asistencia, ahorran muy poco o piden demasiado dinero prestado. Las personas con menos recursos suelen dificultar su propia salida de la miseria.
“Cuando carecemos de recursos, pensamos en el futuro de manera diferente. Nos preocupan los problemas específicos, las demandas inmediatas que puedan surgir, y nos centramos en resolver aquellos en los que la escasez de recursos es más relevante”, declara Anuj K. Shah, autor principal del estudio que publica la revista Science. Hasta el momento, los expertos tendían a explicar este comportamiento en términos de factores ambientales, tales como la vivienda o el acceso al dinero, así como por las particulares de la personalidad de las personas pobres. Anuj K. Shah y su equipo sugirieron una visión alternativa, que era que tener menos recursos hace que la gente se enfoque más en sus problemas inmediatos y descuide los menos urgentes.
Experimento
Para probar esta hipótesis propusieron a varios voluntarios una serie de juegos y les dieron a algunos más dinero u oportunidades de préstamo que a otros, esencialmente para calificar a unos como ‘pobres’ -con pocos recursos- y otros como ‘ricos’ -muchos recursos-.
“Realizamos cinco experimentos en total en los que participaron aproximadamente 525 personas. Una parte de los voluntarios pertenecían a la Universidad de Princeton (EE. UU.) y otros los reclutamos a través de una muestra de internet mediante un servicio contratado a través de Amazon Mechanical Turk”, explica Shah.
Menos recursos, más préstamos
Para cada juego, los participantes usaron algún recurso -como tiempo o fichas- para ganar premios. Los investigadores observaron que los ‘pobres’ estaban más centrados que los ‘ricos’ en la forma en la que podían utilizar sus recursos, prestaron más atención a sus decisiones e invirtieron más tiempo en tomarlas. Sin embargo, a medida que avanzó el juego los primeros se mostraron más fatigados, tendieron a centrarse más en la actual ronda y se olvidaron de las futuras partidas.
Es decir, los ‘pobres’ cambiaron su enfoque a raíz de tener menos recursos. Como resultado, cuando a los participantes se les dio la oportunidad de pedir préstamos a tasas de interés exorbitantes, los pobres pidieron prestados demasiados recursos porque solo se enfocaron en una parte del juego, lo que finalmente les resultó más contraproducente.
“Si la pobreza conduce a estos cambios de comportamiento, serían muy útiles los programas de atención a personas pobres orientados a conseguir objetivos de ahorro. Por ejemplo, algunos investigadores han descubierto que, cuando a la gente se les envía mensajes de texto recordándoles sus propias metas de ahorro, las personas son más propensas a reservar dinero para conseguir estos objetivos”, concluye el investigador.
Gimnasia contra la pobreza en Marruecos
Hajar Biyad, de 15 años de edad, realiza ejercicios en los equipos de gimnasia acrobática del patio de su escuela en Salé, Marruecos. Suspendida de sogas, lejos del suelo, la joven representa una imagen de gracia y de fuerza. Hace cuatro años, Biyad era una fugitiva de 11 años en las calles de Rabat y Salé. En la actualidad, es una estudiante en una escuela alternativa con el nombre de l’Ecole du Cirque, que enseña acrobacia además de lectura y matemáticas. “Si Dios quiere, seré una artista y trabajaré en un circo”, dice Biyad.
La joven fue alguna vez una de las 50.000 personas que vivían en la extrema pobreza y a las que intenta ayudar la Iniciativa Nacional para el Desarrollo Humano (INDH) puesta en marcha hace cinco años en Marruecos.
Esta por un monto total de US$1.100 millones, de los cuales US$100 millones son sufragados por el Banco Mundial, provee el financiamiento para l’Ecole du Cirque y otros programas que dan refugio a huérfanos, niños que viven en las calles y otras personas pobres. El objetivo es ofrecer asistencia médica, apoyo moral, educación y capacitación laboral, además de reunir a las familias y reinsertar a los individuos en la sociedad.
En todo el país, la amplia iniciativa está brindando también a las personas de escasos recursos de todas las edades acceso al agua potable, electricidad, servicios sanitarios y de salud y al financiamiento de pequeñas empresas y proyectos.
Desde 2005, la INDH ha financiado más de 20.000 subproyectos que benefician a más de 4,6 millones de personas en 264 barrios de las zonas urbanas y en 403 comunidades rurales.
“Ya hemos visto algunos importantes resultados en terreno”, dice Mohamed Medouar, director del proyecto de respaldo de la INDH del Banco Mundial.
La pobreza en las zonas rurales se ha reducido del 36 % en 2001 al 14 % en 2007. Según un estudio de 2009, alrededor del 46 % de los hogares informa que ha mejorado su forma de vida, un 62 % de los mismos (60 % de mujeres y jóvenes) dice tener mayor acceso a la infraestructura, mientras que un 58 % (51 % de mujeres y 54 % de jóvenes) declara un aumento en el acceso a servicios socioeconómicos.
Además de la adquisición de mayores conocimientos en materia de desarrollo humano, los resultados incluyen una mayor participación del público y de los gobiernos locales y provinciales y de organizaciones no gubernamentales (ONG), agrega Medouar.
Las comunidades y los individuos adquirieron además un renovado “valor y dignidad” y adoptaron una “visión más favorable del futuro”, dice Nadira El Guermai, coordinadora nacional de la INDH.
“Sólo necesitaban que alguien los ayudara a realizarlo y esto es una parte importante de la INDH. Esto permite que la persona diga ‘Soy alguien y soy capaz'”.
Nueva estrategia para programas sociales
Antes de 2005, Marruecos gastaba el 55 % de su presupuesto en programas sociales aunque ocupaba el puesto 124 entre 177 países en el Índice de Desarrollo Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
Aproximadamente el 40 % de la población marroquí era considerada económicamente vulnerable, el 72,2 % de las mujeres de zonas rurales no sabía leer, en contraposición con el 52,7 % a nivel nacional y la mortalidad materna era 45 veces superior al promedio de Europa.
En mayo de 2005, el rey Mohammed VI anunció que el país intentaría hacer frente a las condiciones socioeconómicas mediante una nueva estrategia basada en la demanda y en la comunidad tendiente a aliviar la pobreza y la exclusión social en las zonas rurales y urbanas.
El avance ha sido bueno y esta iniciativa recibe un impulso político realmente importante de parte del propio Rey, quien visita los proyectos casi todas las semanas y pide resultados -mohamed Medouar, director del proyecto de respaldo de la INDH del Banco Mundial.
Se establecieron en el marco de la INDH más de 700 comités regionales, provinciales y locales de desarrollo humano, compuestos por proporciones iguales de representantes de la sociedad civil, del gobierno local y de los ministerios. Los 11.000 miembros de los comités deciden cuáles proyectos responden mejor a las necesidades de la población, incluyendo a las personas más pobres y más vulnerables.
“Existe realmente un alto grado de identificación y movilización de las partes interesadas en todos los niveles. Las decisiones se toman ahora de manera más participativa”, explica Medouar.
Con la asesoría del Banco Mundial, la iniciativa fomenta las contribuciones financieras de las ONG, las cuales ascienden en la actualidad al 10 % del financiamiento para programas destinados a zonas rurales y urbanas y al 30 % de los fondos destinados a un programa nacional. “Esto realmente colabora con la identificación y el éxito del proyecto”, dice Medouar.
Todos los proyectos son auditados y los resultados se publican en el sitio web de la INDH, según El Guermai.
“Es la primera vez que se realiza una auditoría a los proyectos y que la información se hace pública”, precisa. “Se trata de un nuevo tipo de gestión que asegura nuestra completa transparencia y coherencia”.
Planificación de la segunda fase
Aunque todavía es relativamente nuevo, este enfoque más participativo cumplió la mayoría de las expectativas, pero los comités necesitan más participación de las mujeres y de los jóvenes, dice Medouar. Las primeras constituyen en la actualidad el 16 % de los miembros de los comités y los segundos sólo un 3 %.
Medouar dice que lograr una participación completa podría demorarse una década o más, y espera que los números mejoren en una segunda etapa del proyecto que se extendería de 2011 a 2015. Marruecos ya ha solicitado el respaldo del Banco para la Fase II.
“El avance ha sido bueno y esta iniciativa recibe un impulso político realmente importante de parte del propio Rey, quien visita los proyectos casi todas las semanas y pide resultados”, dice Medouar.
“Creemos que es importante seguir respaldando la iniciativa para consolidar el enfoque participativo a fin de responder a las necesidades de los grupos pobres y vulnerables”. “La INDH está destinada a quienes se encuentran en condiciones difíciles y con necesidades especiales; se atacan las zonas pobres y precarias”, agrega El Guermai.
“Nuestra juventud son los adultos del futuro. Todos tienen derecho a estar bien y tener un empleo… y si podemos ayudar en las situaciones difíciles, habremos vencido”.