Si eres alérgico extrema las precauciones ante picaduras de abejas y avispas durante septiembre y octubre
El 3 % de los españoles es alérgico al veneno de avispas y abejas y aunque faltan pocas semanas para que concluya oficialmente el verano, los alérgicos a las picaduras de avispas y abejas, no deberían de bajar la guardia en los próximos meses. Es la recomendación que hacen los expertos en alergología ante el incremento de reacciones alérgicas observadas en los últimos años debido a la prolongación de la estación cálida.
Contenido de la información:
- Las peores picaduras, en septiembre
- Picadura de avispa ‘papelera’ y reacciones
- Picadura de abejorro
- Consejos tras las picaduras
- En caso de una picadura por avispa o abeja
- Muertes al año por picaduras
- Nuevas picaduras
- Picadura de abejorro
- A tener en cuenta sobre picaduras…
- Una segunda picadura de abeja o avispa suele ser más grave
- Enfermedad profesional
Las peores picaduras, en septiembre
Las picaduras de avispas y abejas (himenópteros) se disparan durante los meses cálidos, cuando estos insectos están activos y se hace más vida al aire libre. Pero, además, las altas temperaturas, aumentan la agresividad de ambas especies. “Ya en 2011 tuvimos calor hasta casi primeros de noviembre, algo que la propia Agencia de Meteorología (Aemet) consideraba «anómalo» lo que supuso un aumento notable en el número de consultas por picadura de estos insectos. Este año, parece que puede repetirse esta situación”, comenta la doctora Arantza Vega, coordinadora del Comité de Alergia a Himenópteros de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). “Por eso, no podemos bajar la guardia en septiembre y octubre“, afirma.
Picadura de avispa ‘papelera’ y reacciones
La especialista advierte de otro fenómeno que ha contribuido, igualmente, a aumentar la frecuencia de reacciones alérgicas a himenópteros: “Se trata de la picadura de la avispa papelera «Polistes», más resistente a la contaminación y que está desplazando a la avispa común”.
Las reacciones a picaduras de himenópteros suelen ser locales, con picor, enrojecimiento y edema circunscrito en la zona donde pica el artrópodo. En personas susceptibles puede producirse hinchazón intensa y de larga duración, aunque esto generalmente no conlleva riesgos de reacción grave en siguientes picaduras. Por el contrario, las reacciones alérgicas de importancia médica son las denominadas sistémicas o generalizadas, que se manifiestan por picor y erupción a distancia de la picadura o por toda la piel y, en ocasiones, dificultad para respirar y alteración del nivel de conciencia.
Picadura de abejorro
Los abejorros son menos agresivos que las abejas y no suelen picar, por lo que las reacciones alérgicas a su picadura son raras en la población general. Sin embargo, la prevalencia de esta alergia a himenópteros también se ha incrementado, sobre todo en la última década y concretamente en el área mediterránea (Almería y Málaga sobre todo), debido a que cada vez se utilizan más los abejorros para la polinización de plantas de invernadero (tomates, calabacín, pimiento…).
En los cultivos mencionados, cuyas flores son poco atractivas para las abejas, los agricultores usan abejorros (especialmente Bombus terrestris) porque son más grandes que las abejas, pueden visitar mayor número de plantas por vuelo, trabajan a bajas temperaturas y con poca intensidad de luz y no vuelan colectivamente fuera del invernadero. Esto ha llevado a un aumento de su utilización y consecuentemente a un aumento de reacciones adversas por veneno de esta especie.
Hasta hace algunos años no se disponía de vacuna específica para abejorros y se aplicaba la existente para el veneno de abeja, algo que justifica la no protección de algunos pacientes. En la actualidad, se está utilizando veneno de abejorro para el diagnóstico y el abordaje terapéutico. La inmunoterapia con veneno de abejorro es comparable a la existente con veneno de abeja y avispas.
Consejos tras las picaduras
1. En la mayoría de ocasiones los insectos pican al sentirse amenazados. Evite:
– La proximidad de sus nidos, colmenas.
– Realizar aspavientos si alguno se le acerca.
– Que sus familiares manipulen los nidos.
2. Su agresividad aumenta con el calor y al defender comida o bebida dulce (especialmente refrescos), con los perfumes y olores fuertes. Evite:
– Comer al aire libre – Manipular contenedores de basuras.
– Realizar actividades de jardinería.
– Ir descalzo/a o con sandalias.
– Colonias, perfumes, ambientadores, etc.
– Las ropas holgadas y de colores vivos.
– Dejar la ropa al aire libre (en todo caso, debe sacudirla antes de usarla).
3. Antes de iniciar la conducción de un vehículo asegúrese de que no hay insectos en el mismo, conduzca con las ventanillas cerradas.
En caso de una picadura por avispa o abeja
– Incluso sin ser alérgico, se recomienda no permanecer en la zona, puesto que las feromonas de alarma liberadas durante el ataque podrían atraer a otras e inducir nuevas picaduras.
– Si usted es alérgico use la medicación que le haya indicado su alergólogo y en caso de síntomas importantes acuda rápido al médico o servicio de URGENCIAS más cercano. Más información si eres alérgico a una picadura de avispa o abeja sobre todo si te han picado 2 o más veces.
Tras realizar el diagnóstico adecuado el alergólogo valorará la necesidad de tratamiento:
– Inmediato: A los pacientes alérgicos al veneno de abejas y avispas se les recomienda llevar adrenalina autoinyectable para administrársela en caso de reacciones graves con nuevas picaduras. Retrasar el uso de adrenalina utilizando otros fármacos (corticoides, antihistamínicos) puede provocar la muerte del paciente.
– Curativo: mediante inmunoterapia específica; las vacunas con veneno de himenópteros son el único tratamiento capaz curar la alergia y hacer que no se produzcan síntomas en caso de nuevas picaduras (de hecho las dosis máximas suelen ser equivalentes a dos picaduras).
– Preventivo: Con las medidas de evitación antes indicadas.
Muertes al año por picaduras
En España, según los datos de la SEAIC, aproximadamente el 3 % de la población es alérgica al veneno de avispas y abejas. La tasa de mortalidad se estima en un 0,4 por millón de habitantes, lo que significa que entre 15 y 20 personas podrían morir cada año por esta causa. La doctora Vega recuerda que “aunque, la mayoría de los pacientes sufre reacciones locales, muchos de ellos podrían sufrir una reacción sistémica con hipotensión, broncoespasmo y pérdida de conciencia. En general, las personas que sufren una reacción alérgica grave de este tipo no son enviadas a un especialista en alergia y, por tanto, no reciben un correcto diagnóstico y tratamiento para su enfermedad, con el riesgo que implica para su vida esta situación”.
El tratamiento para los pacientes que ya han sido diagnosticados de alergia al veneno de avispas o abejas es “muy efectivo, pues consigue evitar las reacciones alérgicas y está basado en la inmunoterapia específica a través de vacunas con el veneno de los himenópteros”, subraya la doctora Vega. “Su efectividad, superior al 95 %, está probada mediante la repicadura controlada del insecto”.
Vega explica que “aunque, la mayoría de los pacientes sufre reacciones locales como enrojecimiento, dolor, picor e inflamación en el punto de picadura, muchos de ellos podrían sufrir una reacción generalizada (hipotensión, broncoespasmo y pérdida de conciencia). Una gran mayoría de las personas que sufren una reacción alérgica generalizada tras la picadura de una abeja o de una avispa no son enviadas a un especialista en alergia y, por tanto, los pacientes no reciben un correcto diagnóstico y tratamiento para su enfermedad, con el riesgo que implica para su vida esta situación”.
Andalucía, Galicia, Castilla y León y la Comunidad Valenciana son las comunidades autónomas que registran un mayor número de casos de alergia por esta causa. La mayoría de las picaduras se producen durante los meses de verano, puesto que la actividad, tanto de avispas como de abejas aumenta en estos meses. De igual manera, la exposición de la población también es mayor por el aumento de actividades al aire libre, siendo los apicultores y los agricultores los que corren mayor riesgo de picaduras.
Nuevas picaduras
Hasta hace relativamente pocos años, la medicina no podía cambiar el curso natural de la enfermedad. Los pacientes alérgicos solo podían intentar evitar nuevas picaduras porque después de una reacción generalizada, la posibilidad de presentar una nueva reacción, similar o más grave, en el futuro se calcula que es del 60 % en adultos y del 40 % en niños, por lo que ojo con las segundas picaduras, que suelen ser más graves. Hoy en día disponemos de una herramienta eficaz para evitar estas reacciones ulteriores: la inmunoterapia con extracto purificado de venenos, cuyo objetivo es modificar la respuesta inmunitaria produciendo una desensibilización.
“No podemos predecir quien sufrirá una reacción alérgica tras ser picado por una abeja o avispa, pero sí podemos saber que las personas que ya han presentado una, en el 60 % de los casos sufrirán una nueva reacción igual, o más grave que la anterior, si son picados de nuevo. La mayoría de los pacientes que sufren una reacción alérgica por la picadura son atendidos en los servicios de urgencias o atención primaria, sin que a continuación sean dirigidos a un servicio de alergia para ser diagnosticados y, en consecuencia, se aplique el tratamiento más adecuado para su enfermedad”, comenta la doctora Vega.
Por ello se recomienda a las personas que han tenido una reacción alérgica tras una picadura de himenóptero, que acudan a un alergólogo para que este les realice las pruebas pertinentes y, en los casos que esté indicado, se les trate con la vacuna específica para el veneno causante de su alergia. Tal y como explica la especialista, “la inmunoterapia se realiza inyectando cantidades crecientes de veneno del himenóptero escogido. Su eficacia es alta: hay una curación en el 85-90 % de los pacientes tratados con veneno de abeja y en el 98 % de los tratados con veneno de avispa. Una vez alcanzada esta se continúa con una pauta de mantenimiento en la que se administra esta dosis máxima cada mes o cada dos meses durante un tiempo relativamente largo, que en la mayoría de los casos es de 3 a 5 años”.
Proyecto de mapa de distribución de véspidos en la Península Ibérica
La composición de los venenos de abejas y véspidos es similar desde el punto de vista farmacológico, pero claramente diferente alergológicamente. Es decir, producen los mismos efectos, pero la estructura química es suficientemente diferente como para que el sistema inmunitario reconozca que se trata de sustancias distintas.
De esta forma las personas alérgicas a veneno de abejas habitualmente toleran las picaduras de avispas. Entre los véspidos distinguimos dos géneros de interés alergológico: las véspulas y los polistes. Los venenos de ambos son parecidos y tienen algunos elementos similares que hacen que podamos encontrarnos con pacientes alérgicos a los dos tipos mencionados o solamente a uno de ellos. Las dos especies más comunes de véspidos son la Vespula germánica (sobre todo en el norte) y la Polistes dominulus (sobre todo en el área mediterránea).
Por este motivo, el Comité de Alergia a Himenópteros de la SEAIC está elaborando un mapa de distribución de véspidos en la Península Ibérica “con el que pretende conocer la distribución de especies de avispas que pican en cada zona y hacer un mejor diagnóstico de los pacientes. Esto facilitará la identificación y posterior elección del veneno para la vacuna”. Se ha terminado la primera parte con el análisis de la zona sur de España.
Picadura de abejorro
En los últimos años, se está observando un aumento en la frecuencia de picadura de abejorros por su utilización en los cultivos de invernadero como agente polinizador. El género Bombus provoca ocasionalmente reacciones alérgicas al veneno que inocula al picar, aunque es una especie considerada mucho menos agresiva que las abejas y con un alto poder de polinización, motivo por el que se utilizan en agricultura intensiva. “La mayoría de picaduras se producen durante los meses de verano (mayor población de abejas y mayor exposición de las personas), aunque es habitual observar picaduras antes de esta estación. Los trabajadores de la agricultura intensiva (polinización en invernaderos) y sus familiares están expuestos casi todo el año”, concluye la experta.
A tener en cuenta sobre picaduras…
– La mayoría de las picaduras se producen entre los meses de mayo y septiembre siendo julio y agosto los meses con mayor incidencia de picaduras debido a las altas temperaturas que ponen en gran actividad a estos insectos. Durante septiembre y octubre también se producen muchas picaduras.
– Estos himenópteros se alimentan de zumos, savia, néctar y, en general, de líquidos azucarados. Durante la época de calor, si bebe algún líquido azucarado, compruebe que no hay abejas o avispas en los bordes del recipiente.
– No se acerque a panales de abejas ni a nidos de avispas. Si accidentalmente se acerca, retírese con movimientos lentos.
– Si una abeja o avispa se posa sobre alguna parte de su anatomía no intente matarla ni espantarla; permanezca quieto o haga únicamente movimientos lentos hasta que se aleje.
– No manipule frutas y en general comidas al aire libre. No se acerque a los cubos de basura en la calle.
– Si deja ropa en el suelo sacúdala antes de ponérsela, pues puede haber alguna avispa entre sus pliegues.
– Evite caminar descalzo, así como hacerlo por huertos en floración, campos de trébol o cualquier área con abundantes flores.
– Durante la época de actividad (mayo a septiembre) use ropa de colores poco llamativos y no use perfumes ni sprays para el cabello cuando salga al campo.
– No pode árboles ni siegue césped o setos durante la época de actividad.
– Las colisiones con estos insectos pueden causar picaduras; por lo tanto, evite correr o montar a caballo, en bicicleta o en moto en áreas en que haya abundancia de flores. Un coche descapotable con el techo bajado es especialmente peligroso.
– Dentro de recintos cerrados mantenga una red para atrapar cualquier insecto volador que penetre; también es útil tener un insecticida para matarles (en la guantera del coche puede ser muy útil).
– Advierta a los niños de no tirar piedras o ramas a los nidos de los insectos.
Una segunda picadura de abeja o avispa suele ser más grave
Los médicos de Urgencias y Atención Primaria son los primeros sanitarios que atienden a las personas que han sufrido una picadura de abeja o avispa. Ambos himenópteros son muy importantes desde el punto de vista alergológico, puesto que al inyectar su veneno pueden provocan reacciones leves, que son las más habituales, o graves, que pueden comprometer la vida del paciente si este resulta ser alérgico a su toxina.
Sí, no es broma, todos los años mueren aproximadamente entre 15 y 20 personas por las picaduras de insectos como avispas o abejas. Aunque no se puede predecir quien sufrirá una reacción alérgica tras ser picado por una abeja o avispa, el 60 % de las personas que ya han presentado una picadura sufren, ante una segunda picadura, una nueva reacción de gravedad similar o mayor que la anterior. Los afectados desconocen que existen tratamientos alergológicos para curar su alergia y evitar que su vida peligre en caso de una nueva picadura, sobre todo en las picaduras a niños.
“Cuando un sujeto experimenta una reacción importante tras la picadura de uno de esos insectos debe dirigirse a un servicio de alergia hospitalario para su tratamiento, donde se le someterá a pruebas diagnósticas, e incluso se le informará del beneficio de la inmunoterapia”, explica el doctor José María Olaguibel, presidente de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). Pero, según añade: no es lo más frecuente: “En la mayoría de los casos los afectados son atendidos por médicos de Urgencias o Atención Primaria que no siempre recomiendan la consulta con el especialista”.
Durante el último trimestre de 2012 se llevó a cabo una encuesta sobre alergia al veneno de himenópteros con la finalidad de evaluar el grado de conocimiento de esta patología entre 336 facultativos de centros de atención primaria de Andalucía. Se calcula que, en esta comunidad, hay más de 50.000 personas que han podido sufrir reacciones adversas a la picadura de estos insectos. “La principal conclusión, -destaca el doctor Fernando Florido, coordinador del Comité Organizador Local del primer Simposio Internacional de Alergia a Himenópteros, que comienza hoy en Granada – es que existe un gran desconocimiento sobre el tratamiento óptimo de esta alergia. En relación con el tratamiento agudo la primera opción debe ser la adrenalina. En más del 70 % se les administra por vía subcutánea a pesar de que se ha demostrado que es más efectiva la intramuscular, empleada en el 12 % de los casos”.
La vacuna es más eficaz contra picadura de abeja o avispa
La inmensa mayoría de los encuestados no conocía las vacunas para la alergia al veneno de himenópteros pese a las elevadas cifras de eficacia que se consiguen con esta terapia, que trata la causa de la dolencia. La inmunoterapia o vacuna alergénica es el único tratamiento curativo eficaz para las personas que han sufrido reacciones graves por alergia al veneno de avispas y abejas. Esta consiste en la administración bajo control médico del veneno del himenóptero que le haya producido la reacción alérgica.
Las dosis de veneno administradas son progresivamente crecientes, hasta llegar a una dosis de mantenimiento que es la que se repite periódicamente durante un plazo de cinco años. Tal y como indica el doctor Olaguibel, “la inmunoterapia es el único tratamiento que combate la causa, produciendo una curación en más del 95 % de los pacientes. Pocas enfermedades alérgicas poseen un porcentaje tan alto de curación como la producida por el veneno de himenópteros. Habitualmente se indica en alérgicos con reacciones graves y pruebas diagnósticas de sensibilidad positivas, independientemente del tiempo transcurrido desde la última reacción”.
“Este desconocimiento no sería preocupante si todos los pacientes afectados fuesen derivados al alergólogo, pero la encuesta muestra que no es así en una cuarta parte de los pacientes que son vistos por los médicos de atención primaria, por lo que están afrontando un riesgo totalmente innecesario”, añade el doctor Fernando Florido.
“La SEAIC recomienda a las personas que han tenido una reacción alérgica tras una picadura de himenóptero que acudan a un alergólogo para que les realice las pruebas pertinentes y, en los casos que esté indicado, se les trate con la vacuna específica para el veneno causante de su alergia”, insiste el doctor Olaguibel.
Alergicos a himenópteros
Se estima que en España existe más de un millón de personas alérgicas al veneno de los himenópteros. Andalucía, Galicia, Castilla y León y Valencia son las Comunidades Autónomas que registran un mayor número de casos de alergia por esta causa. Tal y como explica el doctor Fernando Florido “actualmente en Andalucía unos 2.000 pacientes están recibiendo tratamiento con vacunas para la alergia al veneno de himenópteros, un número bastante reducido, ya que la prevalencia de este problema hace suponer que más de 50.000 personas en esta Comunidad han sufrido reacciones adversas tras la picadura de abejas y avispas”.
La prevalencia de sensibilización a veneno de himenópteros varía entre el 15 % y el 25 % de la población general, aunque en grupos especialmente expuestos, como los apicultores y agricultores, esta puede ascender hasta el 36 %. “A partir de estos datos y de la cifra de casos recogidos, se deduce que este trastorno está infradiagnosticado, probablemente porque estos pacientes no llegan a los alergólogos, revela el doctor Olaguibel. Si tenemos en cuenta que en el 60 % de los casos, los pacientes que son picados de nuevo sufren una nueva reacción igual o más grave que la anterior, la necesidad de la consulta con el alergólogo está más que justificada”.
Reacciones alérgicas
Los expertos señalan que la mayoría de las picaduras se producen durante los meses de verano, puesto que la actividad tanto de avispas como de abejas aumenta con el calor. Las reacciones alérgicas más comunes son enrojecimiento, dolor, picor e inflamación en el punto de picadura y zonas adyacentes, afectando en algunas ocasiones un área muy extensa. “Las reacciones locales ocurren con frecuencia alta, aunque entre el 20 % y el 50 % de este tipo de reacciones se debe a un mecanismo tóxico, no inmunológico”, aclara el doctor Lluis Marqués, coordinador del Comité Científico del Simposio.
Se estima que alrededor de un 3 % de los casos aparecen reacciones alérgicas generalizadas (hipotensión, broncoespasmo y pérdida de conciencia) que son las realmente graves, puesto que pueden poner en peligro la vida de la persona. La tasa de mortalidad anual se sitúa en un 0,4 % por millón de habitantes, “es decir, que en España podrían llegar a fallecer entre 15 y 20 personas al año por la picadura de un himenóptero”, calcula el alergólogo.
La inmunoterapia o vacuna alergénica es el único tratamiento curativo eficaz para las personas que han sufrido reacciones graves. Está indicada cuando existe una reacción sistémica moderada o grave, y siempre que se demuestre que existe alergia al veneno. La inmunización consiste en la administración bajo control médico del veneno del himenóptero que haya producido la reacción alérgica.
Las dosis de veneno administradas son progresivamente crecientes, hasta llegar a una dosis de mantenimiento que es la que se repite periódicamente durante un plazo de cinco años. En palabras del doctor Marqués, “la inmunoterapia es el único tratamiento que combate la causa, produciendo una curación en entre el 95 % y el 98 % de los pacientes. La duración convencional de este tratamiento es de tres a cinco años, tras los cuales más del 90 % de los tratados tolera la repicadura espontánea o provocada del insecto. El efecto terapéutico es duradero, de modo que 10 años después de finalizado el tratamiento con inmunoterapia, alrededor del 90 % de los pacientes sigue estando protegido”, añade el doctor Marqués.
“Pocas enfermedades alérgicas poseen un porcentaje tan alto de curación como la producida por el veneno de himenópteros. Habitualmente se indica en alérgicos con reacciones graves y pruebas positivas, independientemente del tiempo transcurrido desde la última reacción”, comenta el doctor Olaguibel. El experto destaca el uso creciente de la técnica de repicadura intrahospitalaria con insectos vivos para controlar la eficacia de la inmunoterapia”.
40 alergólogos en Andalucía
La asistencia correcta a la patología alérgica precisa de un número adecuado de especialistas. Andalucía adolece de profesionales en algunas provincias. “Contamos con alrededor de 40 alergólogos en toda la red de centros públicos de la comunidad autónoma. En provincias como Granada la presencia es prácticamente testimonial”, declara Florido.
“Entre el 20 % y el 30 % de la población sufre algún tipo de enfermedad alérgica. Además, esta cifra aumenta aproximadamente un 2 % cada año. Por lo tanto, parece obvia la necesidad de médicos especialistas en Alergología para poder atender a estos pacientes, ahora y más en un futuro”, agrega el experto. “El problema no es tanto que se agudice el déficit de alergólogos como que la distribución de estos varía mucho por comunidades autónomas, lo que en algunos casos, dificulta la atención al paciente”, añade.
La recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es un alergólogo por cada 50.000 habitantes. Tal y como afirma este especialista, “esta cifra no ha variado desde hace 20 años. Actualmente, hay más pacientes que atender y la cartera de servicios del alergólogo se ha ampliado, por lo que esta cifra es insuficiente”. Además, de Andalucía, otras comunidades como Cataluña, Baleares, Canarias y Asturias presentan un importante déficit de especialistas.
Enfermedad profesional
La alergia a picaduras de abejas y avispas altera mucho la calidad de vida de las personas que la padecen, sobre todo en las segundas picaduras, que suelen ser más fuertes. Entre otras cosas hay que destacar el temor que sufren al no poder controlar o evitar por completo nuevas picaduras y por el riesgo a morir en nuevas reacciones. “A menudo se trata de personas que trabajan al aire libre, viven en zonas rurales donde el contacto con abejas y avispas es grande o directamente trabajan con ellas”, apunta el doctor Marqués. Cuando el afectado es un apicultor o un familiar suyo, esta alergia se convierte en enfermedad profesional y afecta directamente al sustento familiar por lo que es muy necesario un correcto diagnóstico y tratamiento”, insiste el doctor Marqués.
Por otro lado, el Comité de Alergia a Himenópteros de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) puso en marcha hace algunos años la web www.alergiaabejasyavispas.com. Esta página, creada por alergólogos especializados en las reacciones alérgicas causadas por la picadura de los himenópteros, está dirigida tanto a pacientes como a la población general.