Ruta de las algas: El imponente camino para ver los acantilados de Loiba y el banco más bonito del mundo

Adentrarse en los paisajes gallegos es una experiencia enriquecedora y espectacular. La conexión con la naturaleza se palpa en el ambiente y los paisajes llenos de un verde intenso, de rocas, de vegetación y de aire puro permiten disfrutar de un momento rodeado de magia.

Esta es precisamente la sensación que se desprende al descubrir la ruta de las algas. Un auténtico paraíso gallego que recorre los vertiginosos e imponentes acantilados de Loiba y que permite desviarse para conocer las playas más salvajes y vírgenes de la zona. Por no hablar de que en el camino hay que pararse para descubrir el que está considerado como el banco más bonito del mundo y con mejores vistas.

Cómo son los acantilados de Loiba

Los acantilados de Loiba se encuentran en un lugar con un encanto especial. El paisaje está envuelto en un ambiente de naturaleza único que permite descubrir el lado más auténtico de Galicia. Acantilados, grandes formaciones de la roca erosionada por la bravura del mar gallego, pinares, vegetación, flora autóctona y fauna.

La gran particularidad y especial belleza de la ruta de las algas, conocida en gallego como la ‘Ruta das algas’ es que el visitante puede pasear entre acantilados de vértigo de entre 50 y 200 metros de altura que son resultado de la erosión del agua. Aunque más allá de la altura, es reseñable la cantidad de figuras tan particulares que ha dejado la erosión del agua y que crean un paisaje y entorno único, salido de cuento.

Todas estas formaciones se conocen como furnas y una de las más espectaculares del camino es la que han denominado como Peña Furada.

El paisaje que rodea a la ruta tiene una belleza singular e indescriptible y combinan a la perfección los arenales salvajes de playas vírgenes con las grandes formaciones rocosas de mil colores y formas.

Descripción de la ruta

La Ruta Das Algas es un recorrido de 6,8 kilómetros aproximadamente, solo de ida. Es decir, que para completar el camino entero hay que calcular el tiempo estimado que se tarda en realizar una ruta de 12 kilómetros de extensión. Con la particularidad de que no se trata de un trayecto en línea recta, sino que este camino se caracteriza por ser una sucesión de fuertes pendientes.

• En cuanto al nivel de dificultad del sendero, el inicio comienza a algo menos de 120 metros de alto y comienza con una bajada pronunciada que lleva hasta un llano.
• A partir del primer kilómetro y medio comienza la zona de subida hasta aproximadamente los 60 metros de altura y vuelve a bajar ligeramente hasta algo menos de 40 metros en torno al kilómetro 3,5.
• A partir de aquí y hasta el kilómetro 5 vuelve a ser una ligera subida y alcanzado este punto, un tramo de descenso hasta llegar al final.

Los 4 puntos de interés de la ruta

La ruta permite al visitante descubrir el paraíso natural que esconde la localidad de Loiba. Un espacio que está incluido en la Red Natura y que permite disfrutar de un paseo repleto de playas vírgenes, envueltas por un cierto halo de misterio. En cuanto a los puntos de interés, destacan los siguientes lugares con los que el visitante quedará maravillado:

Los acantilados de Loiba y Peña Furada

Los acantilados de Loiba crean una de las imágenes más bellas de este paisaje. Se trata de acantilados pronunciados envueltos con rocas de formas singulares y de gran tamaño.

Junto con los acantilados, otros de los espacios reseñables del camino son las furnas o formaciones rocosas creadas a consecuencia de la erosión del agua. Unas espectaculares figuras de piedra con formas divertidas y de especial belleza que son un gran reclamo turístico. Una de las más especiales y fotografiadas es Pena Furada.

Embarcadero

Otra de las zonas de interés culmina con un singular y diminuto embarcadero que emerge de entre enormes rocas. Es una instalación que en la actualidad está rehabilitada y que es el lugar de trabajo de los marineros locales de la zona. Tiene un encanto especial, dado que traslada al visitante a otra época.

Las playas salvajes

A lo largo del trayecto el visitante puede contemplar, desde arriba, la inmensa cantidad de playas vírgenes y salvajes que emergen de cada pequeña zona del camino.

El acceso a estas zonas está permitido, aunque hay algunas que son más fáciles que otras y que es un aspecto a tener en cuenta, sobre todo, para calcular el tiempo estimado que puede tardarse en completar el recorrido.

Mirador do Coitelo, el banco más bonito del mundo

Uno de los puntos estrella de este paseo es el Mirador Do Coitelo, un espacio que además de tener una de las mejores panorámicas de todo el paseo, cuenta con un elemento de gran popularidad y atractivo turístico.

Es conocido como el banco más bonito del mundo y en momentos de mayor afluencia de turistas alberga largas colas para fotografiarse sentados en él.

Una ruta con mucha historia

Además del encanto paisajístico, la singularidad de este tipo de paseo es que, tal y como se detalla en la web de turismo de Ortigueira, hasta hace pocos años era habitual encontrarse recolectores de algas por las orillas y subiendo al acantilado con sus burros, con las alforjas llenas de esta planta marina.

Cómo llegar a la Ruta de las Algas

Este paseo se encuentra en un camino ubicado en la localidad de San Xulián de Loiba, perteneciente a Ortigueira. En cuanto al trayecto, discurre entre esta comarca y el Cabo Ortegal.

Para llegar hasta el inicio, hay que ir a Loiba. Un municipio que se encuentra en el kilómetro 63,3 de la carretera AC 862 en la que hay que tomar el desvío hacia Picón. Una vez en este punto, hay que continuar con las indicaciones que llevan hasta Peña Furada. El final de la pista asfaltada señaliza el comienzo del recorrido.

En el caso de ir en transporte público, se puede llegar hasta este punto en el tren FEVE, que hace parada en la parroquia de la localidad. Aunque quienes opten por este transporte deberán sumarle algunos kilómetros más a la ruta para llegar desde este punto al inicio del sendero.

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