Retrasar un año la jubilación aumenta el riesgo de morir entre los 60 y los 69 años

Trabajadores en un almacén de logística.
NOTICIA de Javi Navarro
28.08.2024 - 09:37h    Actualizado 28.08.2024 - 09:39h

El think tank económico Fedea acaba de publicar una actualización al anterior informe del estudio ‘The Effect of Removing Early Retirement on Mortality‘ (‘Restricciones a la jubilación anticipada y mortalidad’) que alerta de los peligros de retrasar la jubilación. Los resultados concluyen que retrasar un año la salida del mercado laboral aumenta significativamente el riesgo de morir entre los 60 y los 69 años en algunas profesiones.

El riesgo se concentra especialmente en las profesiones más exigentes a nivel físico, así como en las sujetas a un mayor nivel de estrés emocional y mental. Por el contrario, el riesgo se reduce considerablemente entre los trabajadores beneficiarios de mecanismos de jubilación parcial que les permiten reducir sus horas de trabajo a partir de determinada edad.

Fedea ha publicado una actualización del estudio de los investigadores Sergi Jiménez-Martín (UPF y Fedea), Cristina Belles-Obrero (U. de Barcelona) y Han Ye (U. de Mannheim) en el que se aprovecha un experimento generado por una reforma de 1967 que modificó la edad de jubilación anticipada en España en función de la fecha en la que los individuos comenzaron a cotizar al sistema de Seguridad Social y por la que, por otra parte, se endureció el acceso a jubilación para otros individuos.

En particular, sobre aquellos que comenzaron a cotizar antes del 1 de enero de 1967, que podían jubilarse voluntariamente a partir de los 60 años; mientras, el resto (con algunas excepciones) tenían que esperar hasta los 65 años. La base de datos es un extenso archivo de datos administrativos sobre historiales laborales de individuos en las cohortes nacidas de 1935 a 1955 que la Seguridad Social ha hecho accesible a los investigadores a través de salas seguras y, recientemente, acceso remoto.

Los autores del estudio investigan los efectos de la citada reforma sobre la edad de salida del mercado de trabajo y los de esta última sobre la mortalidad en edades cercanas a la de jubilación. El estudio presta especial atención a cómo varían los efectos sobre la mortalidad dependiendo de las características de los puestos de trabajo y la flexibilidad de la jornada.

Beneficios sociales y económicos de la jubilación anticipada

Teniendo en cuenta los resultados del aumento del riesgo de muerte por retrasar la edad de jubilación, los autores del análisis calculan el coste o beneficio social de restringir o eliminar la opción de jubilación anticipada y muestran que el impacto adverso sobre la esperanza de vida supera las ganancias fiscales.

Así, Fedea explica que “utilizando el valor de un año de vida ajustado por calidad a los 60 años en España implícito en la los análisis de Vallejo y otros investigadores (2018), encontramos que un aumento de 0,46 años en la edad al morir se traduce en una pérdida social valorable en 8.564 euros por individuo”.

Beneficios para la Seguridad Social

Por otro lado, la reforma supone un retraso en la salida del mercado laboral que genera, en promedio, una aportación adicional al sistema de pensiones y unos ingresos fiscales de 1.925 euros. Además, debido a que la reforma conduce a una mortalidad temprana, ahorrando así a la seguridad social 3.228 euros por jubilado en beneficios de pensión. Como resultado, la Seguridad Social obtiene una ganancia fiscal de 5.213 euros gracias a la reforma.

En suma, los ahorros fiscales derivados del retraso en la jubilación y la reducción de la duración de los pagos de las pensiones no compensan la pérdida social asociada a la reducción de la esperanza de vida. Esto sugiere que la reforma que retrasa la edad de jubilación no es económicamente beneficiosa en el contexto más amplio del bienestar social.

Fedea destaca que —en un momento en España que la prolongación de las vidas laborales puede ser un instrumento imprescindible para garantizar la sostenibilidad financiera de los sistemas de pensiones debido al envejecimiento de la población— que los resultados del estudio apuntan a la necesidad de diseñar con cuidado los detalles de las políticas de jubilación, atendiendo a sus posibles efectos sobre la salud de los trabajadores.

“Es importante, en particular, tener en cuenta el grado de exigencia física, emocional y mental de las distintas ocupaciones a la hora de fijar las edades mínimas y legales de jubilación, que no pueden ser iguales para todos, así como introducir, con carácter general, mecanismos flexibles de jubilación anticipada y parcial que permitan a los trabajadores modular sus horas de trabajo en la parte final de su carrera laboral debido a que la evidencia empírica sobre los efectos de estas políticas sobre la salud y la mortalidad de los trabajadores es limitada y ofrece resultados contrapuestos, referidos con frecuencia a colectivos específicos y a políticas que han facilitado una jubilación más temprana”, concluyen desde Fedea.



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