Resultados tras 10 años de las reformas que hizo la economía alemana en el mercado laboral
Hace diez años, en marzo de 2003, el anterior canciller alemán Gerhard Schròder presentó su plan de reformas bajo el título de “Agenda 2010”. Para que Alemania pudiese recuperar una posición de liderazgo en Europa, había que recortar las prestaciones del Estado, fomentar la responsabilidad propia y exigirle más a cada ciudadano. En 2003 el número de parados en Alemania superaba los cuatro millones, el PIB no crecía desde hace más de dos años, la inversión empresarial se reducía al igual que el consumo privado, mientras que el Estado se enfrentaba a unos gastos sociales desbocados. ¿Qué cambios se han producido 10 años después?
Según el análisis que hace el Instituto de Estudios Económicos (IEE) según datos de los documentos ’10 Jahre Agenda 2010: ein Faktenpapier’ y ‘Pressemitteilung nº 13/2013’ del Instituto de la Economía Alemana de Colonia, el balance es positivo 10 años después. El Instituto de la Economía Alemana certifica que las valientes reformas estructurales han dado sus frutos y han merecido la pena. La “Agenda 2010” se centraba en tres ámbitos: mercado laboral, política social y política financiera.
En el mercado de trabajo se han logrado importantes mejoras con estímulos para que los empresarios creasen empleo y, por otro lado, para que los parados buscasen y aceptasen los puestos ofrecidos. Entre las medidas destacan:
- La desregulación del trabajo temporal (ETTs). En este sector ha surgido un verdadero boom, aumentando el número de trabajadores temporales de 300.000 en 2002 a unos 800.000 últimamente.
- La reforma de los mini-jobs. Esta actividad resulta más atractiva desde la reforma. Entre 2002 y 2004 el número de aquéllos que sólo tenían un mini-empleo aumentó en 600.000 personas, pero se mantiene constante desde entonces en torno a 4,8 millones de personas. Sigue aumentando, en cambio, el número de personas que además de su empleo tienen adicionalmente un mini-job.
- El recorte en la duración del subsidio de desempleo para trabajadores mayores de 55 años de 32 a 18 meses, a fin de fomentar una búsqueda activa de empleo.
- La fusión de todas las ayudas sociales y al desempleo en un sistema único de garantía social básica. Esta reforma conocida como “Hartz IV” ha sido la más controvertida, pero ha incrementado sin duda la presión sobre la búsqueda activa de empleo.
El balance de las reformas es positivo: en 2012 Alemania había reducido su tasa de desempleo a un 5,9 %, la cuarta cifra más baja de la UE después de Austria, los Países Bajos y Luxemburgo. La disminución del paro ha beneficiado tanto a los trabajadores mayores, como a las mujeres y a los jóvenes. El número de personas ocupadas ha crecido por encima de los 41,5 millones en 2011 y se han creado unos 2,6 millones de nuevos puestos de trabajo desde 2005.
No obstante, el Instituto de la Economía Alemana señala que estos efectos positivos no se deben únicamente a las reformas estructurales. También han contribuido a ello la buena situación coyuntural y el estancamiento de la oferta de mano de obra por razones demográficas. Otro aspecto muy importante es que en el año 2000 Alemania precisaba de un aumento del PIB del 1,9 % para mantener constante el nivel de paro, mientras que en 2011 ya bastaba con un incremento del 1,4 %.