Quién tiene que pagar las reparaciones en un piso de alquiler
Un electrodoméstico que se rompe, una persiana que no sube, atasco en las tuberías, grifos que gotean o hasta calentadores que funcionan cuando quieren. ¿Te suenan? Son averías que pueden aparecer en un piso de alquiler, sobre todo si el inmueble es antiguo.
Una situación que inicia una serie de trámites y gestiones para arreglar los desperfectos. ¿Pero, quién tiene que pagar estas reparaciones? ¿El inquilino o el propietario? Este es uno de los aspectos más importantes acerca de todo lo que los propietarios e inquilinos deben saber sobre el alquiler, junto con otros los casos sobre quién tiene que pagar las facturas en un piso de alquiler.
Contenido de la información:
Inquilino o propietario: Quién paga las reparaciones
Para saber quién tiene que pagar las reparaciones en un piso de alquiler, hay que recurrir a dos documentos oficiales. Por un lado, a la Ley de Arrendamientos Urbanos, LAU, que es la encargada de regular las obligaciones de los propietarios e inquilinos en pisos de alquiler. Y, por otro, al contrato de alquiler de una vivienda, donde pueden aparecer cláusulas específicas acerca de quién tiene que pagar las averías o reparaciones en la vivienda y los diferentes supuestos.
En concreto, el artículo 21 de la LAU señala que es responsabilidad del propietario de la vivienda correr con los gastos y reparaciones que puedan surgir en una vivienda de alquiler. Siempre con el objetivo de asegurar las buenas condiciones de habitabilidad del inmueble.
Pero la misma normativa contempla una excepción y es en aquellos casos en los que la avería se deba a un mal uso o mala praxis del inquilino lo que haya provocado la avería. En estos casos, la responsabilidad de pago recae sobre el inquilino. La ley también especifica que debe asumir el coste de estas reparaciones el inquilino si la avería se produce por el desgaste de un empleo continuado.
Por otra parte, en cuanto al documento contractual, es fundamental revisar todas las cláusulas del contrato de alquiler
antes de firmar, puesto que en ellas puede especificarse aspectos sobre quién debe asumir el pago de reparaciones o suministros, entre otras cuestiones.
En el caso de que el inquilino no esté de acuerdo con lo que está escrito en las cláusulas, puede negociar con el propietario para llegar a un acuerdo. Pero si un inquilino firma el contrato y, en este documento, aparece detallado que todas las averías deben correr a cargo de este, en un principio, esta es la norma a seguir.
Entonces, ¿cuál de los dos documentos tiene la última palabra? En principio, es el contrato de alquiler el que regula cada caso particular y, por tanto, el que marca las directrices a seguir.
Como resultado, si el grifo o tuberías se atascan por acumulación de pelo y otros residuos y hay que llamar a un fontanero, la avería recae sobre el inquilino porque es responsabilidad suya haber provocado el taponamiento de los conductos. Pero si un inquilino entra en un piso de alquiler, con los electrodomésticos ya instalados y usados previamente por otros, y de repente, la lavadora un día deja de funcionar, la responsabilidad recaería sobre el propietario. A no ser que se demuestre que el inquilino ha maltratado o utilizado de manera incorrecta el electrodoméstico y eso haya ocasionado la avería.
Quién paga si se rompe un electrodoméstico
Otra de las dudas más habituales aparece cuando se rompe una lavadora, falla la tostadora o el lavavajillas deja de funcionar. ¿Quién tiene que pagar los electrodomésticos estropeados en un piso de alquiler? En este caso, también se aplica la misma norma. Es decir, que es el dueño de la vivienda el que debe asegurarse de que la casa cuneta con buenas condiciones de habitabilidad para el inquilino, pero en la misma legislación también se detallan excepciones.
Quién tiene que pagar reparaciones por humedades
¿Quién tiene que pagar la reparación si salen humedades en un piso de alquiler? Es otro de los supuestos y situaciones que puede darse en una vivienda y que genera más quebraderos de cabeza.
Porque más allá de que la lavadora se estropee o que una silla del comedor se rompa, que aparezcan humedades y otros problemas que afecten directamente a la calidad de vida y a la estructura de la vivienda, son problemas de mayor envergadura que hay que solucionar cuanto antes.
En este caso, para encontrar la respuesta hay que analizar primero el origen y causa que ha provocado las humedades. En función de ello, puede que el coste de la reparación recaiga en el inquilino, en el propietario o hasta en el vecino. En la práctica, la persona que debe asumir los costes es la que ha ocasionado la humedad.