Que no pongan el intermitente para señalizar, lo que más nos molesta al conducir
El 41 % de los encuestados afirma que lo que más molesta de otros conductores es que no usen el intermitente para indicar su acción. Coches.com ha publicado los resultados de una encuesta sobre seguridad y errores de conducción en la que se ha preguntado a los usuarios cuáles son las infracciones que menos aguantan y las que más cometen. Las respuestas reflejan que la mayoría de los conductores comete infracciones, pero se enfada si los demás lo hacen. Superar los límites de velocidad, hablar por teléfono al volante y no abrocharse el cinturón son las infracciones más comunes, y un 1 % de los usuarios reconoce haber conducido bajo los efectos del alcohol.
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Para un 41 % de las personas encuestadas, lo más fastidioso es que el otro conductor no ponga el intermitente para indicar sus movimientos. Le sigue un 23 %, que opina que lo más molesto es que otros vehículos se salten los semáforos, el 14 % se enfada cuando encuentra coches aparcados en doble fila, a un 10 % le irrita que otros “piten” sin razón, el 9 % odia que se le “cuelen” en las incorporaciones o salidas, y al 3 % le incomodan con conductores excesivamente veloces.
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‘No me toques el pito que me irrito’
Y como cada acción tiene su reacción, la respuesta a estas infracciones más odiadas es tocar el claxon, palabrotas, movimientos bruscos… parece que hasta el conductor más educado pierde los nervios en alguna ocasión. Muchos conductores se frustran y reaccionan con más o menos violencia ante infracciones y movimientos poco ortodoxos.
Sin embargo, un 37 % de los usuarios que es testigo de una infracción no reacciona para no molestar a otros conductores y evitar así provocar un mal mayor. Pero un 36 % si afirma utilizar el claxon para “reñir” a los demás y un 26 % condiciona su reacción según cómo se encuentre en ese momento: lo mismo toca el claxon que ignora al otro conductor.
Adelantamientos justicieros
Hay un 1 %, sin embargo, que confiesa tener una actitud vengativa e intenta adelantar al coche que haya cometido la infracción y devolverle la mala jugada en cuanto sea posible.
Las infracciones más comunes
Sí, a todos nos molesta la actitud de otro conductor imprudente, pero parece que muchos de nosotros nos hemos olvidado de la teoría cuando se adquiere la licencia de conducir. A la pregunta de: “¿Qué infracción cometes con más frecuencia?”, el 50 % de las respuestas van dirigidas a superar los límites de velocidad. El 16 % de los usuarios declara que no comete infracciones (o por lo menos no lo sabe), y el 11 % confiesa que habla por teléfono mientras conduce.
El 9 % no es respetuoso con los peatones, y dice no parar ante los pasos de cebra. Un 3 % no se abrocha el cinturón, y otro 3 % no se detiene ante los stops ni los ceda el paso. Un dos por ciento hace giros de 180° y cambios de sentido donde no pueden hacerse y un 1 % ha confesado que conduce en ocasiones bajo los efectos del alcohol.
Multas e infracciones impunes
Y a pesar de las respuestas anteriores, preguntados por las multas, un 10 % de los encuestados afirma que no comete errores jamás, por lo tanto Tráfico no le ha impuesto ninguna multa ni sanción. En contraposición, un 51 % declara que ha tenido que pagar dinero por haber cometido alguna infracción. Un 19 % dice que no le han pillado pese a cometer infracciones, un 14 % confiesa que su falta fue lo suficientemente grave como para pagar dinero y además retirarle puntos, y un 5 % va a más y dice que le han retirado el carnet. Solo un 1 % ha tenido que ir a juicio por sus malas prácticas en la conducción.
¿Normas de circulación? El 63 % de los semáforos no se respetan
La OCU ha realizado una encuesta en 36 ciudades para analizar el comportamiento de conductores y peatones en seis situaciones habituales de tráfico que pueden comportar algún riesgo para unos y otros. La primera valoración es que hay muy poco respeto a las normas de circulación. Y lo peor: los conductores de vehículos públicos no dan ejemplo. La información completa se publica en la revista OCU-compra Maestra del mes de febrero.
La OCU afirma que, aunque no se puede generalizar, en algunas ciudades se ha tendido a encontrar más infracciones que en otras: San Sebastián, Córdoba, Bilbao, Tarragona y Murcia mostraron un mayor porcentaje de conductores irresponsables, pero hay que destacar que en Badajoz, Fuenlabrada, Málaga, Oviedo y Valladolid estuvimos a punto de ser testigos de graves atropellos. Estas fueron las infracciones que se repitieron un mayor número de veces en el estudio de la OCU:
– El 63 % de los semáforos no se respetan. La peor situación se vivió en San Sebastián. En esta ciudad siempre hubo algún conductor que ignoró el semáforo, especialmente poniéndose en marcha antes de volver a ponerse la luz en verde.
– El 59 % de los semáforos intermitentes, habiendo peatones cruzando con preferencia de paso, son ignorados. Lo peor se encontró en Tenerife aunque le sigue muy de cerca en esta infracción Córdoba, Murcia, Oviedo, Sevilla y Zaragoza.
– El 27 % de los conductores no ponen el intermitente al girar. En Tarragona y San Sebastián es una falta que se repite de forma habitual (más del 70 % de los conductores).
– El 38 % de los conductores se salta el paso de cebra por el que cruzaba un peatón. Las ciudades donde esta infracción se produce un mayor número de veces son: Granada, Badalona, León, Burgos, Barcelona y Bilbao.
– En cuanto a los peatones, el 30 % cruza en rojo. El peor comportamiento se encontró en Barcelona, Granada, Sant Cugat del Vallés, Burgos y Las Palmas, donde la mayoría de los peatones no respetaron el semáforo.
– Casi dos peatones por minuto cruzaron calles de dos carriles fuera de los puntos permitidos. Esta infracción fue recurrente en Santander (132 cruces indebidos en media hora), en Málaga, Vigo y Cáceres (más de 100 cruces en el mismo periodo de tiempo).
– Uno de cada 5 peatones que comete una infracción es un niño o anciano, lo cual, a juicio de la OCU, es especialmente grave, ya que, por edad, niños y ancianos tienen menor capacidad de reacción.
– Finalmente, en el estudio de la OCU se han descrito conductas igualmente irresponsables entre los conductores de vehículos públicos, quienes, sin embargo, deberían tener un comportamiento ejemplar. Las localidades con más infractores fueron Zaragoza, Bilbao, Las Palmas y Barcelona. Los datos de este estudio de la OCU, que serán remitidos a la DGT, dejan patente la falta de respeto de conductores y peatones hacia las normas de circulación. Si bien las clases de educación vial son habituales en los colegios; sin embargo, para los adultos, que hoy en día conducen y transitan como peatones, se necesita un mayor esfuerzo para educarles y concienciarles en el conocimiento y respeto de las normas de circulación.
Los semáforos y las señales luminosas son un elemento de vital importancia para contribuir a reducir las colisiones y los atropellos, sobre todo en aquellas vías con mayor intensidad de circulación y, por lo tanto, de riesgo. Por esto, es necesario que todos los usuarios de la vía perciban de manera clara qué prioridades y qué normas regulan la convivencia de los distintos sistemas de desplazamiento y qué consecuencias pueden tener sus actos.
También multará la Policía Municipal
Como ocurre con otro tipo de campañas, desde Tráfico se ha invitado a los ayuntamientos con más de 25.000 habitantes para que, a través de sus policías municipales, que son los principales actores responsables de garantizar el cumplimiento de respeto de los semáforos en la zona urbana y en su caso sancionar a los infractores, se sumen a la campaña. ¿Cómo? Con el establecimiento de controles en sus respectivos municipios. Esta invitación, que se repite en cada campaña, es bien acogida y seguida por multitud de ayuntamientos, a los que la Dirección General de Tráfico reconoce su especial colaboración.
De las infracciones más repetidas en zona urbana
No detenerse ante un semáforo en rojo es una infracción grave recogida en la Ley sobre Tráfico, Circulación de Vehículos a Motor y Seguridad Vial que lleva aparejada una sanción de multa de 200 euros y la pérdida de 4 puntos para el conductor, en el caso de los vehículos a motor.
Dicha infracción se convierte en la segunda falta más cometida por los conductores en zona urbana, llegando a suponer el 17 % del total de sanciones impuestas en este tipo de vía.
Para peatones otros 200 euros
En el caso de los peatones, que también tienen la obligación de utilizar la fase verde de los semáforos para el cruce de calles, la sanción es igualmente de 200 euros.
Según el Consejo Europeo de Seguridad en el Transporte, los desplazamientos a pie suponen un riesgo de muerte, por cada kilómetro recorrido, nueve veces superior a los realizados como ocupante de vehículo privado. En el caso de los desplazamientos en bicicleta, ese riesgo es ocho veces mayor a si se realiza en coche. Estas equivalencias constatan la importancia de hacer esta campaña de concienciación y respeto al semáforo rojo, de modo, que conductores, ciclistas y peatones obedezcan las normas de circulación y respeten las señales para entre todos efectuar una conducción segura y responsable.
Conducir bien o mal, ¿cuestión de sexos?
El mito de que los hombres conducen mejor que las mujeres es falso. O al menos lo echan abajo los seis de cada diez españoles que consideran que la capacidad de conducir un automóvil no tiene nada que ver con el sexo del automovilista, según las conclusiones del estudio “Hábitos al volante” de AutoScout24.
El informe, hecho a cerca de un millar de usuarios, constata, sin embargo, que un nada despreciable 34 % de los automovilistas cree todavía en este falso mito, y considera que los hombres tienen mejores capacidades para conducir que las mujeres. Solamente un 8 % de las opiniones habla en favor de las mujeres.
Puestos a desmentir creencias populares, el estudio también niega la “leyenda urbana” de que los automovilistas se ponen nerviosos y sobreactúan, con el fin de parecer mejores conductores, cuando pasan cerca una patrulla de la Guardia Civil de Tráfico. Así, un aplastante 90 % asegura no inmutarse cuando “se topan con la Benemérita”, actuando del mismo modo que lo haría si la autoridad “no estuviera al lado”, mientras que únicamente uno de cada diez admite modificar su comportamiento.
Somos más prudentes y seguros
Por otro lado, el estudio revela que la actitud de los automovilistas al volante es cada vez más segura, hasta el punto de que más de la mitad asegura practicar una conducción tranquila, suave y prudente, lo que contribuye a mejorar las cifras de siniestralidad en carretera. Así lo demuestran las cifras más recientes sobre mortalidad en la red viaria española, según las cuales en lo que va de año (hasta el pasado 4 de julio) fallecieron 178 personas menos por accidentes de tráfico que en el mismo periodo del año anterior.
En este contexto no sorprende que haya una inmensa mayoría de conductores, hasta un 90 %, que respeten “a rajatabla” las señalizaciones para peatones como los pasos de cebra, mientras que solo un residual 4 % reconoce haberlos acatado, por obligación, cuando realizó el examen de conducir.
Además, el estudio de AutoScout24 ahonda en la cuestión de la prudencia destacando cómo ocho de cada diez conductores (un 82 %) recurren simplemente a la radio o a una “respiración profunda” para tranquilizarse mientras conducen. En esta línea, son más de seis de cada diez los que permanecen atentos a la conducción y esperan pacientemente cuando se encuentran con un semáforo en rojo, e igualmente ignoran una llamada cuando suena el teléfono móvil.
Pero nos pasamos “un poco”
Sin embargo, a pesar de la prudencia de que hacen gala los españoles, la seguridad vial es una cuestión que siempre se puede mejorar. Sobre todo cuando cuatro de cada diez españoles (un 39 %) declara tener un estilo de conducción “ágil” y circular “un poco por encima de los límites de velocidad”, según las conclusiones del estudio.
De este modo, constata que rebasar los límites de velocidad es una práctica hoy por hoy extendida, puesto que casi tres de cada cuatro automovilistas admiten conducir “de vez en cuando” más rápido de lo permitido, un comportamiento que atribuyen a unos límites establecidos “que no son creíbles”. Por el contrario, solo uno de cada cinco asegura nunca saltarse los “topes” marcados.