Qué es un despido nulo, consecuencias para los trabajadores e indemnización
Un despido se considera nulo cuando un juez así lo establece. Se trata de una decisión que tiene que aparecer justificada en una sentencia judicial y que viene motivada porque una empresa ha echado a algún trabajador por causas de discriminación o vulneración de sus derechos, principalmente.
El despido nulo está regulado en el Estatuto de los Trabajadores, norma en la que se detallan tanto las consecuencias legales de esta situación, como los supuestos en los que se produce.
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Contenido de la información:
Cuándo se considera un despido nulo
El artículo 55 del Estatuto de los Trabajadores señala que será nulo el despido cuyo principal motivo sea causa de discriminación prohibida por la Constitución o en la ley. O bien se produzca por la violación de derechos fundamentales y libertades públicas del trabajador.
En otras palabras, un despido se considera nulo cuando una empresa echa a un trabajador por una razón de discriminación de cualquier tipo o una causa totalmente injustificada, entre ellas, si la compañía ha violado los derechos fundamentales y libertades públicas del empleado afectado. Algunos ejemplos de despidos que podrían considerarse como nulos son:
- Despido durante la baja por paternidad o por maternidad.
- Durante la reducción de una jornada laboral.
- Despedir a una empleada por haberse quedado embarazada.
- Echar a una persona víctima de violencia de género.
- Prescindir de un empleado que está disfrutando de una excedencia.
- Despedir a un trabajador con el que la compañía ha tenido un conflicto laboral a modo de castigo por ello.
Diferencias con el despido improcedente
Es importante saber distinguir entre un despido nulo y otro improcedente. Principalmente, porque en el primer caso es necesario que se haya producido una vulneración de los derechos fundamentales de un trabajador para que pueda considerarse nulo. Mientras que en el despido improcedente, no.
Quién establece si un despido es o no nulo
Si un trabajador no está de acuerdo con la decisión que ha tomado la empresa de poner fin a la relación laboral, puede impugnarlo ante la justicia. A partir de este momento, es el juez el encargado de declarar si se trata de un despido nulo, improcedente o procedente.
En el caso de que el juez sí considere que es nulo, la empresa está obligada a readmitir al trabajador en el mismo puesto y condiciones que mantenía hasta el despido. Y no será necesario que le abone ningún tipo de indemnización.
Por otra parte, en el caso de que la empresa pueda demostrar que las causas que motivaron el despido no se ajustan a ninguno de los supuestos detallados en el apartado anterior y que se trata de una decisión totalmente justificada, no se considerará nulo.
¿Qué consecuencias tiene un despido nulo?
Si un trabajador impugna su despido y el tribunal lo considera nulo, deberá ser readmitido: el despido se consideraría como no realizado, lo cual supondría la vuelta al anterior puesto de trabajo junto con el abono de los salarios dejados de percibir desde la fecha del despido (salarios de tramitación).
Además, el empresario debe comunicar al trabajador dentro de los diez días siguientes a la notificación de la sentencia la fecha de la reincorporación que debe efectuarse en un plazo no inferior a 3 tres días siguientes a la recepción del escrito.
A qué indemnización tienen derecho los empleados víctimas de un despido nulo
En principio no tiene por qué existir ningún tipo de indemnización si el empleado se reincorpora a la empresa, dado que en ese momento percibirá los salarios de tramitación y volverá a tener una estabilidad laboral y una nómina cada mes. Sin embargo, cabe la posibilidad de que el empleado afectado presente una demanda contra la empresa y solicite una indemnización por daños y perjuicios, por lo que el despido le haya podido ocasionar.