Qué dejar de pagar primero si no llegas a fin de mes
Los problemas para llegar a fin de mes están a la orden del día. ¿Motivos? La subida de tipos de interés, así como el consecuente aumento de las hipotecas variables y la imparable tendencia al alza del coste de la vida en general por la inflación. Estos tres grandes pilares están perjudicando a los bolsillos de los usuarios, llegando, en ocasiones, a impedirles llegar a fin de mes con los mismos ingresos y gastos de siempre.
¿Qué hacer en estas situaciones? ¿Qué facturas o gastos dejar de pagar para poder cubrir las necesidades básicas? A continuación puedes consultar cuáles son los gastos de los que primero hay que prescindir y lo que nunca hay que dejar de pagar para evitar problemas mayores. En cualquier caso, las acciones a realizar dependen de las circunstancias personales y etapa de vida de cada usuario, motivo por el que en el caso de preguntarte qué hacer si no llego a fin de mes solo con la pensión, el proceso a seguir y actuaciones a realizar varía ligeramente.
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Lo primero, reorganizar gastos
Si los meses empiezan a hacerse muy cuesta arriba, es momento de reorganizar y planificar los gastos. Es crucial deshacerse de aquellos costes que no son esenciales para destinar todo el presupuesto familiar a aquello verdaderamente imprescindible y básico. Para conseguirlo, lo ideal es hacer un listado de todos los gastos de cada mes y decidir cuáles son prescindibles y cuáles necesarios.
Eliminar los gastos innecesarios del presupuesto
Del total de estas partidas, los primeros que no son esenciales y que es posible recortar son aquellos que no son fundamentales para vivir y que, aunque estén interiorizados como un gasto básico, no lo son.
- Suscripciones a servicios multimedia y plataformas de streaming. Este tipo de tarifas, aunque no son muy elevadas, sí que suponen un gasto recurrente cada mes. Por ello, ante una situación económica compleja, hay dos opciones:
- Por un lado, cambiar el plan a una tarifa más barata.
- Por otro, cancelar la suscripción y ahorrar el coste total del servicio.
- Otros gastos de los que prescindir o dejar de pagar cada mes tienen que ver con las compras innecesarias. Desde ropa o caprichos hasta cualquier elemento de comida o bebida que no sea totalmente necesario. Porque aunque la alimentación sea una necesidad básica, no lo es comprarse una chocolatina por capricho, unas bolsas de picoteo, un queso de marca o cualquier cerveza de importación.
- En tiempos difíciles, hay que ir al supermercado con la lista hecha y ajustarse al máximo a lo que pone para evitar que el precio total se engorde innecesariamente. Y, aunque suene obvio, olvidarse por una temporada de las salidas a comer o cenar y sustituirlo por elaboraciones en casa más baratas, limitar las vacaciones o prescindir de ellas y adoptar un estilo de vida frugal para vivir gastando poco dinero.
Reducir el coste de los gastos necesarios, pero variables
Dentro de la partida de gastos variables se incluyen gran parte de los recibos mensuales. Desde la factura de la luz o electricidad, seguro del coche, gasolina, comida y otros suministros, como teléfono o internet. Todos estos son elementos que suelen ser imprescindibles para vivir en la mayoría de los casos, pero la buena noticia es que es posible reducir el coste que ello supone cada mes, dado que la oferta de las compañías que los ofrecen es bastante amplia.
Por tanto, ante una situación complicada, lo ideal es revisar los contratos de internet y teléfono para cambiar la tarifa a la más barata y básica. También reducir, en la medida de lo posible, los trayectos en coche y fomentar más los paseos e ir andando para reducir el gasto en gasolina.
En cuanto a las facturas de luz o electricidad, valorar con la compañía las diferentes opciones. Lo ideal es no dejar de pagar en ningún caso, dado que las compañías de luz y gas cuentan con plazos específicos a los que se ajustan para cortar la luz si no pagas un recibo, aunque la buena noticia es que no son inmediatos y los usuarios que se encuentran en esta tesitura tienen cierto margen de actuación.
Lo que nunca hay que dejar de pagar
Por el contrario, aunque la gran mayoría de los gastos pueden reducirse o eliminarse, hay uno que bajo ningún concepto debe dejar de pagarse y es la hipoteca. Y sí, suele ser la mayor carga del presupuesto, pero no, no es recomendable hacerlo porque ante esta situación, se inicia un proceso específico que es el que ocurre cuando se deja de pagar la letra de la hipoteca, cuyas consecuencias no suelen ser beneficiosas para los deudores.
Por el contrario, ante una situación complicada, si aun reduciendo gastos, la letra de la hipoteca se vuelve un imposible, hay determinadas opciones a valorar. Una de ellas es hablar con el banco y negociar. Es preferible que la entidad conozca la situación y pueda ofrecerte alternativas, como aplazar el pago de la hipoteca, que dejar de abonar las letras y que comience un proceso específico que puede llegar a los tribunales.
Lo mismo se aplica en el caso de viviendas de alquiler. Porque dejar de pagar la renta no es una buena opción, dado que no existe un tiempo en el que puedas retrasarte en el pago del alquiler sin que te desahucien. Por el contrario, ante el impago de la cuota, aunque sea por un día, el inquilino se arriesga a ser expulsado de la vivienda.