Psicólogo o psiquiatra: A cuál acudir ante una depresión
Ante un cuadro depresivo, ¿a qué especialista es mejor acudir, a un psicólogo o a un psiquiatra? A pesar de que existe una creencia generalizada de que ambos profesionales son sustituibles, la realidad es muy distinta. Los dos tratamientos son complementarios y no excluyentes y, de hecho, si el paciente se muestra receptivo, pueden combinarse para abordar la recuperación.
Así lo explica la directora técnica de Clínicas Origen, Pilar Conde, quien además señala que es fundamental identificar los sentimientos y emociones asociadas a esta enfermedad de salud mental para ofrecer el mejor diagnóstico y tratamiento posible. Y, sobre todo, no confundir la depresión con simple tristeza para poder tratarla y garantizar el bienestar de la salud del paciente.
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¿Tratamiento psicológico o psiquiátrico?
La diferencia más notable entre ambos especialistas es que uno de ellos tiene la potestad para recetar un tratamiento específico a los pacientes, puesto que se trata de una persona formada en la medicina, mientras que el psicólogo pertenece a la rama de las ciencias sociales y no tiene formación médica. Por ello, en cuanto al tratamiento y terapia con ambos pacientes ante un caso de depresión, pueden darse las siguientes situaciones, tal y como explica Conde:
- Si el paciente se muestra receptiva a la medicación, puede abordarse el tratamiento de la terapia de forma simultánea y, una vez comience la estabilización, el psiquiatra puede realizar una retirada progresiva del tratamiento.
- Por el contrario, cuando la persona no sea receptiva aún tratamiento de pastillas, puede plantearse empezar con la terapia y, a las pocas semanas, unas cuatro, señala la experta, si no se observa mejoría tras implementar herramientas terapéuticas, abordar con la persona en terapia la importancia de, en su caso, tomar medicación.
No confundir depresión con tristeza
Pilar Conde explica que es fundamental distinguir entre tristeza, melancolía o un estado de apatía pasajero y la depresión. De hecho, tal y como detalla la Organización mundial de la Salud, “la depresión es un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración”, añade.
Conde explica que “no detectar esta patología y tratarla a tiempo supone un riesgo para la salud y bienestar de la persona en particular y, para su vida en general”. Por todo ello, no deben considerarse normales los síntomas, por ejemplo, de “fatiga, estado de ánimo bajo, falta de apetito, insomnio y tristeza, y de pérdida de placer por cualquier actividad”, sobre todo, cuando se prolongan más allá de dos semanas y “cuando no aparecen de forma aislada, sino juntos, dentro de un cuadro general de abatimiento“, añade.
Además de saber a qué especialista hay que acudir, es fundamental saber diferenciar si una persona sufre una depresión o tristeza.
El apoyo del entorno es crucial
Ante una situación de depresión, el apoyo de las personas resulta vital. El motivo es que el paciente no siempre encuentra la motivación para pedir ayuda. Y, precisamente, este “es el primer paso para salir de ella”, añade Conde. Dependiendo del grado de severidad de la depresión, se puede precisar desde un primer momento, explica Conde, de la toma de la medicación, que se puede ir combinando con la activación conductual, proceso en el que se va llevando a cabo una planificación progresiva. Con ella se van retomando actividades abandonadas, ya sean de ocio o en las que se tiene una responsabilidad, como los estudios o el trabajo.
La importancia de identificar las emociones
Para salir de la depresión es fundamental tener un control acerca de las emociones del paciente. Para ello, “la terapia cognitiva ayuda a identificarlas, comprenderlas y gestionarlas, con el objetivo de ir flexibilizando los pensamientos irracionales que se puedan estar teniendo“, explica Conde. Así, ponerse en manos de profesionales ayudará a trabajar la falta de asertividad, en la toma de decisiones y a la resolución de problemas que puedan estar conduciendo y manteniendo el estado depresivo.
Distimia, la depresión crónica
¿Existe la depresión para toda la vida? Sí. La depresión puede considerarse persistente cuando se ha prolongado durante dos años, aunque, tal como aclara Conde, se deben valorar factores como la toma de medicación o el tratamiento con un psicólogo. Cuando estos no han funcionado se puede hablar claramente de distimia o depresión persistente.
La depresión tiene muchos orígenes, desde por problemas orgánicos y biológicos hasta la originada por factores externos. Pero los profesionales de la salud mental ya detectan un detonador común que hay que vigilar cuando se tiene predisposición a padecerla o cuando los problemas pesan demasiado. Son los cambios en la vida, cambios de calado que pueden llegar a romper el equilibrio entre lo positivo y lo negativo, afectando a la vida diaria y a la manera de pensar, sentir y comportarse, concluye la experta Pilar Conde.