Producimos 412,5 kilogramos de basura al año
En España se recogieron 412,5 kilogramos de residuos urbanos mezclados por persona y año según la encuesta sobre la Recogida y el Tratamiento de Residuos del Instituto Nacional de Estadística (INE) del año 2010. Por lo que respecta a los residuos urbanos procedentes de la recogida selectiva, se recogieron 31,2 kg. por persona y año de papel y cartón (un 32,9 % más que en 2009) y 17,1 kg. de vidrio (un 14,3 % más que en 2009).
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Contenido de la información:
- Al año producimos 465 kilos de basura
- Producimos al año 500 kilos de basura
- Planifica la cesta de la compra y no tires a la basura más de 300 euros al año en comida
- Mientras África se muere de hambre, cada europeo tira cerca de 200 kilos de restos de alimentos
- En España se recicla sólo el 15 % de la basura
- Futuroscope crea una atracción temática sobre la mayor bolsa de basura del mundo
- Menos basura y más reciclaje
Por comunidades autónomas, Illes Balears y Canarias registraron los mayores valores per
cápita de residuos mezclados (con 630,1 kg. y 590,5 kg., respectivamente). En el extremo opuesto se situó la Comunidad Foral de Navarra (con 308,3 kg.).
En vidrio, la Región de Murcia registró el mayor valor per cápita (con 50,6 kg.) y en recogida selectiva de papel y cartón los valores más elevados se registraron en el Principado de Asturias (85,9 kg.), en el País Vasco (77,8 kg.) y en Cataluña (60,4 kg.).
Recogida de residuos urbanos
Las empresas gestoras de residuos urbanos recogieron 24,4 millones de toneladas de residuos en el año 2010, un 1,5 % menos que el año anterior. De éstos, 19,4 millones correspondieron a residuos mezclados y aproximadamente 5 millones a recogida selectiva.
Al año producimos 465 kilos de basura
En términos per capita, en España se recogieron 465 Kilogramos de residuos urbanos mezclados por persona y año5. Por lo que respecta a los residuos urbanos procedentes de la recogida selectiva, se recogieron 24 Kg. por persona y año de papel y cartón (un 3,7 % menos que en 2007) y 14,9 Kg. de vidrio (un 8,3 % más). Por comunidades autónomas, Illes Balears y Cantabria registraron los mayores valores per capita de residuos mezclados (con 578,2 kg. y 578,8 Kg., respectivamente).
En el extremo contrario se situaron Castilla y León (con 405,9 Kg.) y Galicia (con 415,1 Kg.). En vidrio, Comunidad Foral de Navarra y País Vasco registraron los mayores valores, ambas con 24,4 Kg. En recogida selectiva de papel y cartón los valores más elevados se registraron en la Comunidad Foral de Navarra (50,9 Kg.) y en Illes Balears (45 Kg.), según los datos del INE sobre la encuesta de Recogida y Tratamiento de Residuos del INE.
Las empresas gestoras de residuos urbanos recogieron 26,3 millones de toneladas de residuos en el año 2008, un 6,8 % menos que el año anterior. De éstos, 21 millones de toneladas correspondieron a residuos mezclados 3 y 5,3 millones de toneladas a recogida selectiva.
Tratamiento de residuos Las empresas de tratamiento de residuos, tanto de origen urbano como no urbano, gestionaron 56,4 millones de toneladas de residuos no peligrosos y 3,1 millones de toneladas de residuos peligrosos en el año 2008. Del total de residuos no peligrosos, el 51,1 % se destinó al reciclado, el 44,2 % al vertido y el 4,7 % a la incineración.
Producimos al año 500 kilos de basura
Las empresas gestoras de residuos urbanos recogieron 28,4 millones de toneladas de residuos en 2006, un 1,3 % más que en el año anterior, según la Encuesta de Recogida y Tratamiento de Residuos Urbanos. De éstos, 21,8 millones de toneladas correspondieron a residuos mezclados y 6,6 millones de toneladas a recogida selectiva. En términos per capita, la media en España señala que se recogieron 500 kilogramos de residuos urbanos mezclados por persona y año.
Por comunidades autónomas, Illes Balears registró el mayor valor per capita de residuos mezclados (con 630 Kg. por persona y año). En el extremo opuesto se sitúan Cataluña y Galicia con 441 Kg.
Por lo que respecta a los residuos urbanos procedentes de la recogida selectiva, se recogieron 22,1 Kg. por persona y año de papel y cartón (un 18,9 % más que en el año anterior) y 12,6 Kg. de vidrio (con un incremento del 11,7 % respecto a 2005).
En recogida selectiva de papel y cartón los valores más elevados se alcanzaron en Illes Balears (66,3 Kg.) y en el País Vasco y Canarias (39,3 Kg.).
En vidrio, Illes Balears (23,2 Kg.), Navarra (21,9 Kg.), País Vasco (19,7 Kg.) y La Rioja (19,1 Kg.) registraron los mayores valores.
Planifica la cesta de la compra y no tires a la basura más de 300 euros al año en comida
A pocos días de que comiencen los tradicionales excesos navideños que nos llevan a comer y comprar más de lo necesario, la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (FENACORE) revela que mientras la crisis multiplica de forma exponencial el número de ciudadanos que se ven obligados a recurrir a la beneficencia para poder comer, cada español tira a la basura unos 163 kilos de alimentos al año, aproximadamente un tercio de lo que compran. Según la Federación, más del 60 % de esta comida desechada, que supone unos 300 euros por persona anuales, podría aprovecharse, puesto que uno de los principales motivos por los que se desperdicia es la mala planificación de la cesta de la compra.
Tanto es así, que alrededor del 41 % de estos alimentos que terminan en el cubo de la basura procede de los hogares, seguido muy de cerca por la industria distribuidora (40 %), establecimientos de hostelería y restauración (14 %) y, por último, supermercados (5 %), muchos de los cuales se han convertido en “bancos de alimentos nocturnos” para los más necesitados.
Dos millones de españoles comen de la beneficiencia
Estas abrumadoras cifras contrastan con los cerca de dos millones de españoles que se acogerán este año al Plan de Ayuda Alimentaria de la UE, que contempla el reparto de unas 67.400 toneladas de productos para paliar las necesidades básicas alimenticias de los ciudadanos sin recursos; un programa que puede terminar en 2014 si prospera la iniciativa de países como Alemania, Dinamarca o Reino Unido, que quieren cancelarlo para que sea cada estado quien atienda con sus presupuestos estas carencias.
En este sentido, aunque nuestro país figure entre los trece países más ricos del mundo, lo cierto es que la pérdida de poder adquisitivo de los españoles en estos últimos años ha intensificado las desigualdades sociales, hasta el punto de que ya hay casi diez millones de personas que viven por debajo del umbral de la pobreza.
Curiosamente, frutas y verduras suponen más de la mitad de los alimentos que se tiran cuando paradójicamente se habla cada vez más de la necesidad de incrementar la producción de cultivos de regadío en un 70 % para garantizar el abastecimiento mínimo de una población mundial creciente, que se duplicará hasta alcanzar cerca de 9.100 millones de habitantes en 2050.
La agricultura como garante alimentario
De esta forma, la agricultura debe tener un papel esencial en la lucha contra el hambre en el mundo en un contexto de desigualdad donde el 75 % de la producción total de alimentos se distribuye únicamente entre el 30 % de la población mundial, con el agravante además de no hacer un consumo responsable, a juzgar por las cifras de comida desperdiciada.
Según el presidente de Fenacore, Andrés del Campo, “es imprescindible tomar conciencia de lo lamentable que es que haya gente pasando hambre y se hace necesaria no sólo una respuesta unánime y solidaria por parte de los ciudadanos, porque todos debemos sentirnos responsables de la situación; sino también una ecuánime reforma agraria en los países en desarrollo”.
Mientras África se muere de hambre, cada europeo tira cerca de 200 kilos de restos de alimentos
Según Facua, cada ciudadano europeo tira a la basura una media de 179 kilogramos de restos de alimentos al año, ya sean crudos o cocinados, sin contar con los descartes de pescado y demás desechos agrícolas. Por si esto no fuera ya sangrante, la Comisión Europea estima que estas cifras aumentarán en un 40 % hasta las 126 millones de toneladas anuales en 2020.
Cada europeo tira unos 179 kilogramos de restos de alimentos al año, ya sean crudos o cocinados, sin contar con los descartes de pescado y demás desechos agrícolas. En total, Europa acumula casi 100 millones de toneladas de desechos, unas cifras que aumentarán en un 40 % hasta las 126 millones de toneladas anuales a la altura de 2020, según cálculos de la Comisión Europea. El organismo subraya la necesidad de reducir estos desechos porque ello también revertiría en un aumento de la seguridad alimentaria.
Los hogares son responsables del 42 % del total de desechos de alimentos, los productores del 39 %, los distribuidores del 5 % y los servicios de catering del 14 % restantes, según los resultados del estudio de Bio Intelligence Service publicado en octubre de 2010 y financiado por la UE.
El Ejecutivo comunitario advierte de que los desechos alimentarios constituyen un problema, además de un desperdicio de recursos y ha reconocido que resulta “esencial” implicar a todos los actores de la cadena alimentaria para atajar el problema de los desechos alimentarios.
El aviso se emite tras constatar que el nivel de concienciación “es muy bajo en la actualidad“. La CE ha subrayado que tanto las escuelas como los bancos de alimentos pueden tener “un papel muy importante” para revertir esta tendencia.
La Comisión Europea está estudiando en la actualidad cómo minimizar los desechos alimentarios, incluido a través de empaquetados de productos óptimos que, según el organismo, contribuirían a ayudar a los consumidores a medir mejor los productos que compran en términos cuantitativos.
Bruselas también recomienda a los consumidores europeos que planifiquen bien sus compras en los supermercados a partir de una lista de productos, que comprueben bien las fechas de caducidad, que utilicen contenedores de basuras únicamente para desechos biodegradables alimentarios, que se congelen más los alimentos en lugar de tirarlos.
En España se recicla sólo el 15 % de la basura
Cada habitante genera en España una media de 547 kilos de basura anuales, un 6,63 % más que la media europea. El 52 % de todos estos residuos van a parar a vertederos, el 24 % se utiliza para generar compost, un 9 % se incinera y el 15 % restante se recicla. Estas son algunas de las cifras, por lo demás bastante desalentadoras, que se desprenden del último Eurostat.
La Asociación General de Consumidores ha hecho un análisis de los problemas que no permiten que aumente la tasa de reciclaje. Repitámoslo una vez más, para no dejar lugar a la duda: en España se recicla el 15 % de la basura.
Una cifra que, además de los pensamientos confusos que pueda generar en el bloque de ciudadanos que separa sus residuos (8 de cada 10, según diferentes encuestas), se sitúa bastante lejos de la media europea -24 %- y a años luz de esa futurible “sociedad del reciclado” que el bueno de Stavros Dimas, antiguo Comisario de Medio Ambiente de la Unión Europea, se propuso conseguir a través del Sexto Programa de Acción en Materia de Medio Ambiente (2002-2012).
¿Qué pasa, pues, en España, un país que tiene una de las tasas más altas de contenedores por habitante, que separa la basura y que cada año tiene menos bolsas de plástico de un solo uso?
Problemas regulatorios
La gestión de residuos en nuestro país se rige por la Ley 11/1997 de Envases y Residuos de Envases, la misma que dio lugar a la creación de las empresas Ecoembes y Ecovidrio, que hoy gestionan la recuperación y el reciclaje de envases y residuos de envases que la ciudadanía separa en contenedores de diferentes colores.
Ecoembes gestiona la recuperación y reciclaje de los envases ligeros (de plástico, briks y latas) que depositamos en el contenedor amarillo y los envases de papel de contenedor azul. Ecovidrio, como su propio nombre indica, se ocupa del contenedor al que van a parar los envases de vidrio.
Ecoembes ha promovido, desde sus inicios, el Sistema Integrado de Gestión (SIG) de envases y residuos de envases como fórmula para el reciclado. Éste consiste en la identificación de los envases con el símbolo “punto verde”, con la posibilidad de que las empresas fabricantes de productos envasados se adhieran al mismo, aportando una cantidad económica en función del número de envases que ponen en el mercado, para financiar así la recogida selectiva que realizan los ayuntamientos, todo ello en virtud de la Ley 11/1997.
Este sistema, que a priori puede parecer sencillo y eficaz, no ha estado acompañado de los resultados esperados. Desde Ecoembes, su Director General, Melchor Ordóñez, nos dice que “en nuestro país ya se reciclan el 65 % de los envases depositados en los contenedores amarillo y azul”, pero, viendo los datos de Eurostat ¿cómo es posible?
Hace tan sólo unas semanas, la Sociedad Gallega de Medio Ambiente (Sogama) denunciaba la baja tasa de reciclaje de los residuos procedentes de los contenedores amarillos. Al parecer, el 37 % de estos residuos son “impropios”, es decir, que no corresponden al contenedor en el cual han sido depositados.
Y lo mismo parece ocurrir, incluso en mayor medida, en ayuntamientos de Cataluña, Madrid o Castilla y León.
Primer problema: la gente separa, pero no lo hace de forma correcta o, al menos, no como la empresa de gestión solicita.
Ecoembes se define a sí misma como “una SA sin ánimo de lucro”, cuyos beneficios van destinados a ese sobrecoste de la recogida selectiva que sufragan los ayuntamientos. Pero cuidado: como bien se detalla en su página web, el 55 % de su capital pertenece a accionistas de empresas envasadoras: Bimbo, L’Oreal, Campofrío, Kraft, Nestlé, Danone, Unilever y otras tantas empresas y grupos empresariales.
Parece lógico que a estas empresas, adheridas al “punto verde” de Ecoembes, no les interese un cambio significativo del modelo de gestión de residuos (las inversiones serían elevadas y los controles y las autorizaciones de los envases desde la Administración mucho más intensos), pese a que se calcula que en España sólo el 30 % de los envases van al contenedor amarillo, y de entre ellos, sin contar los impropios, sólo se reciclen 6 de cada 10. Un cambio que desde las organizaciones ambientalistas se pide a voces desde hace años.
Futuroscope crea una atracción temática sobre la mayor bolsa de basura del mundo
Futuroscope crea una atracción temática de la mayor bolsa de basura del mundo. El parque temático quiere concienciar al mundo sobre el “Octavo continente”, una masa de residuos de plástico y desechos equivalente a un tercio de Europa que flota libremente por el Océano Pacífico. Fue descubierta a finales del siglo pasado y en un principio se estimó que allí había flotando tres millones de toneladas.
Cuando en 1997, el navegante británico Charles Moore se topó en medio del Pacífico con una gran masa de residuos de plástico fundida con micro-organismos marinos no podía dar crédito a sus ojos. ¿Qué hacía toda esa basura allí, a miles de kilómetros de la costa de California y de las islas Hawaï? Pero cuando trató de sortearla, después de una semana de navegación sin dejar de ver botellas, tapones, bolsas, fragmentos y los más insólitos elementos plásticos, desde un tubo de rayos catódicos de un televisor de diecinueve pulgadas a un neumático de camión inflado, estimó que allí había más de tres millones de toneladas y descubrió que su superficie era como un tercio de Europa (cuatro veces la de España), su sorpresa se transformó en horror.
En efecto, la que se denominó Gran Placa del Pacífico o el Octavo Continente (tras América del Norte y del Sur, Europa, África, Asia, Oceanía y la Antártica) es el mayor basurero del mundo y ha ido a parar allí como consecuencia de la acción combinada de los vientos, las mareas y las corrientes marinas, pero, sobre todo, por la suciedad de los humanos del litoral y de los miles de barcos que surcan cada día las aguas. La placa de residuos apenas sobresale unos centímetros de la superficie del mar, y no es casi detectable por los satélites, aunque es mucho más profunda bajo las aguas. En ella han hecho una rara simbiosis microorganismos marinos, crustáceos y algunas especies vegetales que, con frecuencia, sirven de alimento a los mamíferos, tortugas y aves que lo confunden con plácton, lo absorben y dañan irreparablemente su sistema digestivo.
Desde entonces se han puesto en marcha diferentes iniciativas para tratar de limpiar el Pacífico y otros mares y océanos de toda esta basura, pero el trabajo es gigantesco y los recursos escasos. Y, sobre todo, nada se conseguirá si no se conciencia a las sociedades de los riesgos del plástico para los seres vivos. En esa tarea está, entre otros, Maud Fontenoy, la extraordinaria navegante francesa que el pasado año dio la vuelta al mundo en solitario y a contracorriente, enfrentándose sola a las gélidas temperaturas antárticas, al violento oleaje del Índico, al Cabo de Buena Esperanza y al peligroso Cabo de Hornos en las agitadas aguas que separan el Pacífico y el Atlántico. La Fundación que lleva su nombre (http://maudfontenoyfondation.com) tiene como vocación la educación, la protección de los océanos y la preservación del litoral, con especial dedicación a los niños que, según sus palabras “serán los embajadores del futuro en defensa del mar”.
Un juego para salvar los océanos
Precisamente Maud Fontenoy ha sido la madrina de la inauguración el pasado 2 de abril de la nueva atracción de Futuroscope, el vanguardista parque de atracciones francés situado a 300 kilómetros al sur de París, junto a la ciudad de Poitiers, que lleva el nombre de Octavo Continente y que trata de transmitir de una manera lúdica un mensaje ecológico, simulando ayudar a los científicos en su peligrosa misión de eliminar los residuos marinos y convertirlos en aire puro con una pistola que contiene fluido antirresiduos. Durante la aventura el jugador conduce por encima del mar hasta el fondo marino apuntando a los residuos que aparecen en pantalla.
A veces, los animales marinos parecen monstruos, están tan llenos de residuos que se han mutado y han cambiado de aspecto.
No es la única atracción de este parque que muestra su interés por la ciencia. Hace tres años se inauguró Los animales del futuro, en la que, inmerso en decorados reales que reproducen los futuros hábitats de nuestro planeta, se observan mediante unas gafas especiales los sorprendentes animales que podrían poblar la Tierra dentro de 5, 100 y 200 millones de años. Gracias a un sensor colocado en la muñeca, cada visitante puede dar de comer a los baburakis, jugar con el pulpo-mono, iluminar los fondos marinos para atraer a los argéntidos y vivir el futuro… ¡hoy mismo!
Difusión cultural
Y del futuro al pasado. Otra de las novedades de 2011 es Monstruos marinos, una sofisticada proyección en 3D producida por National Geographic sobre una pantalla hemisférica de 800 m2 que permite recrear la época de los dinosaurios, las aguas cálidas que sumergían la Tierra y estaban pobladas por criaturas tan sorprendentes como terroríficas. En Colisiones cósmicas se realiza un viaje apasionante a través del espacio y del tiempo permitiendo descubrir a gran escala los impactos cósmicos que modelan el universo y los orígenes de nuestro sistema. Las imágenes, de un realismo impresionante, se proyectan en una pantalla hemisférica de 800 m2. y se aprecian mediante unas gafas con ópticas de cristales líquidos, que hacen que durante la proyección cada uno de los cristales se opaca al recibir una señal infrarroja procedente del proyector y que cada ojo percibe únicamente la imagen que le está destinada.
También fiel a su divulgación cultural y fines sociales es Ojos que no ven…, un recorrido sensorial en la oscuridad a través de distintos espacios reconstruidos con materias, olores y sonidos que permite descubrir cómo es el mundo de los ciegos. En la misma línea educativa están Pinceladas de Van Gogh, que facilita seguir los pasos de este pintor impresionista a través de las emociones plasmadas en sus cartas y sus cuadros o Luisiana, un espectacular documental proyectado en una pantalla alta como un edificio de siete plantas, que muestra como, debido a la erosión masiva de sus costas, las zonas húmedas de Luisiana ya no pueden protegerla más, frente a los huracanes.
Diversión para todas las edades
Naturalmente Futuroscope también tiene espacio para la diversión de niños y adultos. Utilizando siempre tecnología futurista y asientos en movimientos y con efectos especiales se puede asistir a las aventuras de Arthur y los Minimoy, elegida como una de las diez mejores atracciones mundiales, a través de experiencias interactivas y un simulador de movimientos sincronizados, todo ello con efectos sensoriales 4D, o Las astromoscas, la increíble aventura en 3D de tres moscas, pasajeras clandestinas del mítico primer vuelo a la Luna, el Apolo 11. En Baila con los robots, diez robots gigantes bailan al ritmo de salsa, disco o hip-hop y humanos y máquinas participan en un ballet inaudito. El espectador puede elegir formar parte de la danza o contemplar el espectáculo.
Para reponer fuerzas, Futuroscope dispone de cuatro restaurantes y varios bares y kioscos. Su propuesta estrella es la llamada Cocina molecular;
creada por algunos chefs y fundada sobre el conocimiento científico, es el arte de utilizar las propiedades naturales de los alimentos que componen una receta, consiguiendo los platos más refinados y asombrosos con texturas y gustos inéditos: caviar virtual, granizado espumoso… La cocina molecular surge de las reacciones químicas entre los ingredientes de una receta o entre el modelo de cocción de un alimento, es así como se obtiene una cocina distinta de sabores y de texturas.
Una de las diferencias entre la cocina molecular y la cocina tradicional son sus efectos espumosos, gelatinosos y crujientes que adquieren los alimentos de base natural y biológica. La cocina molecular permite conocer las interacciones naturales entre las sustancias y las temperaturas de cocción para poder mejorar los aromas. Aglutinando novedad culinaria y emoción visual y gustativa, la cocina molecular se integra de forma natural en el abanico de experiencias en Futuroscope.
Menos basura y más reciclaje
Generamos menos basura. En 2007 se recogieron 28,2 millones de toneladas de residuos urbanos, un 0,7 % menos que en 2006. De éstos, 21,3 millones de toneladas correspondieron a residuos mezclados y 6,3 millones de toneladas a recogida selectiva. En términos per capita, en España se recogieron 493 Kilogramos de residuos urbanos mezclados por persona y año. Por lo que respecta a los residuos urbanos procedentes de la recogida selectiva, se recogieron 25,3 Kg. por persona y año de papel y cartón (un 17,1 % más que en 2006) y 14 Kg. de vidrio (un 13,3 % más).
Estos datos, que corresponden a la ‘Encuesta sobre la Recogida y Tratamiento de Residuos (Año 2007)’ del INE arrojan interesantes datos por comunidades autónomas. Illes Balears registró el mayor valor per capita de residuos mezclados (con 626 Kg. por persona y año).
En el extremo contrario se situaron Castilla y León (con 429 Kg.) y Galicia (con 422Kg.). En recogida selectiva de papel y cartón los valores más elevados se registraron en Illes Balears (65 Kg.) y en Comunidad Foral de Navarra (40,4 Kg.). En vidrio, Comunidad Foral de Navarra (23 Kg.), País Vasco (22,8 Kg.) y Cataluña (21,4 Kg.) registraron los mayores valores.
Destino de los residuos urbanos
Si se consideran los sistemas de tratamiento de los residuos urbanos, el reciclaje fue el destino del 7,5 % del total de los residuos mezclados gestionados. En el caso del tratamiento de los residuos recogidos por sistemas selectivos, el reciclaje alcanzó el 52,3 % del total.
Tratamiento de residuos
Las empresas de tratamiento de residuos, tanto de origen urbano como no urbano, gestionaron 64,4 millones de toneladas de residuos no peligrosos y 3,2 millones de toneladas de residuos peligrosos en el año 2007. Del total de residuos no peligrosos, el 51,6 % se destinó al reciclado, el 45,4 % al vertido y el 2,9 % a la incineración.