Por qué es recomendable dormir con la puerta abierta

Una mujer en la cama.
NOTICIA de Javi Navarro
16.07.2024 - 12:29h    Actualizado 16.07.2024 - 12:31h

Los dormitorios son los espacios de las viviendas donde se produce mayor concentración de CO₂. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la contaminación del aire interior puede ser hasta cinco veces mayor que la exterior. Así, la calidad del aire interior es un asunto importante, sobre todo en los dormitorios, donde pasamos la mayor parte del tiempo.

Niveles de dióxido de carbono en los dormitorios

En muchos hogares españoles, los niveles de CO₂ superan ampliamente los límites recomendados por el Código Técnico de la Edificación (CTE), que establece un límite medio anual de 900 ppm. Las mayores concentraciones de dióxido de carbono se dan especialmente en los dormitorios, donde el 70 % de las viviendas sobrepasan los niveles aceptables.

En algunas viviendas, estos niveles pueden incluso alcanzar concentraciones superiores a 2.500 ppm, según mostraron los resultados del estudio ‘La calidad del aire interior en viviendas‘, realizado por el Consejo General de Arquitectura Técnica de España (CGATE).

De media, los valores de concentración de CO₂ durante la noche son un 43 % mayores que los datos de medición diurna, revelando un problema significativo de calidad del aire en nuestros hogares. El 84 % de las viviendas supera el límite normativo de 900 ppm de CO₂ durante la noche, y un 10 % registran medias nocturnas superiores a 2.500 ppm.

Lo más preocupante es que el 100 % de las viviendas donde se duerme con la puerta cerrada sobrepasan estos niveles establecidos. Alfredo Sanz, presidente del CGATE, advierte que “dormir con la puerta cerrada puede multiplicar la concentración de CO₂ en una habitación, afectando gravemente nuestra respiración y descanso”.

Ventilar bien

Estas cifras subrayan la necesidad urgente de adoptar estrategias efectivas de ventilación, especialmente durante la noche, para garantizar un sueño reparador y prevenir problemas de salud asociados con los altos niveles de CO₂. “Implementar prácticas como ventilar adecuadamente el dormitorio antes de acostarse, utilizar sistemas de ventilación de calidad y mantenerlos en buen estado, y dormir con la puerta abierta puede tener un impacto significativo en la calidad del sueño y en nuestra salud general”, concluye Sanz, puesto que mejorar la ventilación de las viviendas no solo reduce las concentraciones de CO₂, sino que también favorece un entorno más saludable.

Consecuencias de ventilar mal

Al igual que el aire exterior, que suele estar expuesto a los agentes contaminantes, el aire interior puede albergar una variedad de sustancias nocivas que, si no se controlan adecuadamente, pueden tener graves consecuencias para la salud como problemas respiratorios, dolores de cabeza, fatiga y dificultad para concentrarse.

Además, los contaminantes y alérgenos presentes en el aire y una exposición prolongada a ellos pueden desencadenar o empeorar síntomas alérgicos, aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, debilitar el sistema inmunitario y afectar la calidad del sueño, dando lugar a un descanso inadecuado, sobre todo en verano.

Así, tanto en verano como en invierno, es recomendable dormir con la puerta abierta. Esta es la principal conclusión de los expertos del CGATE tras llevar a cabo el estudio para medir los espacios con mayor concentración de CO₂ de las viviendas. Gracias a esta medida de ventilación natural se mejora en alto grado la calidad del aire interior y, por tanto, la salud de sus ocupantes.



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