Operarme la vista: Cuándo hacerlo y precios

La cirugía refractiva para operarse la vista es una intervención rápida y ambulatoria, que se realiza bajo anestesia local, y que permite despedirse de las gafas y lentillas de forma permanente en la mayoría de los casos. Mientras que en otros, permite mejorar la calidad de la visión, aunque no prescindir de las lentes.

Está especialmente indicada para tratar problemas de vista provocados por miopía, astigmatismo, hipermetropía y hasta presbicia. Pero no todo el mundo puede operarse porque hay que ajustarse a unos requisitos para que la intervención sea segura. Y, de ello, depende también el momento idóneo para hacerlo. ¿Pero, cuándo es el mejor momento para operarse la vista? ¿Y cuánto cuesta? En esta guía puedes consultar todos los detalles al respecto.

Cuándo operarse la vista

Los pacientes que quieran someterse a esta intervención para operarse la vista deben ajustarse a unos requisitos previos. El objetivo es garantizar el éxito e intervención de la operación y evitar correr riesgos. Para ello, hay que tener en cuenta algunas cuestiones sobre la edad y la situación ocular.

Este tipo de operaciones están recomendadas para mayores de 18 años o, en algunos casos, mayores de 20 años. La edad es un factor importante a tener en cuenta a la hora de valorar si un paciente es apto o no para someterse a la cirugía. Y suele analizarse de forma conjunta con el problema de la vista, así como la estabilidad de la graduación. En el extremo contrario, no se recomienda someterse a este tipo de intervención a pacientes de más de 50 años. Aunque siempre se contemplan excepciones.

En cuanto al problema ocular, pueden tratarse distintas patologías, aunque en el caso de las personas con astigmatismo, se valora de forma individual, mientras que la miopía suele ser más sencilla de tratar.

Como requisito, en cualquier caso, es fundamental que el paciente acredite que lleva, al menos, uno o dos años con plena estabilidad en la graduación ocular, es decir, que durante este periodo no ha experimentado variaciones en las dioptrías de la vista.

Por otra parte, para ser un paciente apto también hay que cumplir algunos requisitos técnicos relacionados con la vista, como por ejemplo, tener un grosor de córnea mínimo y no sufrir patologías que puedan interferir en el buen desarrollo de la operación.

En resumen, esta es una operación que, siempre que se respeten los requisitos detallados, puede hacerse en cualquier momento.

Cómo saber si puedo operarme la vista

Ahora que ya conoces los requisitos para someterse a esta intervención puede que te preguntes cómo saber si puedes operarte la vista. Y la respuesta es que hay que acudir a las clínicas a que te realicen un estudio previo. Es un paso obligatorio por el que tienen que pasar todos los paciente que quieran operarse.

Se trata de un conjunto de pruebas que analizan el problema de visión de cada paciente y revisan el ojo a conciencia. Es un proceso que suele tardar, como máximo, unas dos horas y antes de salir de la clínica el paciente ya sabe si puede o no operarse, así como los resultados de cada una de las pruebas.

En este momento también se conoce el tipo de intervención más recomendada para cada caso, porque aunque la técnica láser es la más conocida, pero no la única. El especialista oftalmólogo es quien dictamina el método más adecuado a seguir en función de la situación de cada paciente.

Cuánto cuesta operarse la vista

El precio medio de operarse la vista se sitúa en unos 800 o 900 euros por ojo. En total, la operación asciende a unos 1.700 o 1.800 euros por operarse de la vista en ambos ojos. Esto es lo que cuesta en algunas clínicas que realizan el proceso, como en Quirón y en la Clínica Baviera.

¿Este precio se aplica a todos los caso? Sí. Porque hay que tener en cuenta que el precio total no varía en función a los problemas a corregir o de la graduación del paciente.

Este es el coste total del día de la intervención, al que hay que sumar, en algunos casos, el precio de la consulta previa que valora la viabilidad de la operación. En algunas clínicas esta consulta es gratuita si el paciente finalmente se somete a la operación y, en otras, es gratis aunque no realice la intervención. Por otra parte, hay clínicas en las que esta consulta se paga en cualquier circunstancia. El precio de esta consulta es de entre 50 y 90 euros de media.

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