Ojo con las mezclas de biodiésel de las estaciones de servicio
La OCU ha realizado un análisis en 20 estaciones de servicio por toda España en las que se puede repostar biodiésel B30 (30 % biodiésel, 70 % gasóleo) para conocer la calidad de estas mezclas, compararla con la del gasóleo A y averiguar el impacto de este nuevo carburante en el motor del vehículo. Dos de las veinte mezclas analizadas han presentado cantidades de biodiésel muy pequeñas (4 %). El estudio de la OCU también ha comprobado si la cantidad servida en la estación de servicio coincide con la cobrada. En todos los casos analizados, los surtidores fueron exactos.
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La OCU ha querido averiguar, principalmente, si las mezclas contienen realmente el porcentaje de biodiésel que anuncian y el resultado es que cinco de las veinte mezclas analizadas se encuentran por debajo del porcentaje que anuncian. Por el contrario, la OCU ha encontrado una mezcla que supera ampliamente el porcentaje y que, por tanto, no debería de anunciarse como B30.
El estudio de la OCU determina que los conductores que utilicen este tipo de combustible pueden tener algunos problemas en sus vehículos: uno de ellos es el arranque en frío, puesto que los B30 obtienen peores resultados en el Punto de obstrucción del filtro frío (POFF) que los gasóleos convencionales. Además, al ser mezclas bastante densas, los sistemas de bombeo e inyección del motor pueden sufrir un desgaste más rápido. Las altas cantidades de agua encontradas, aunque permitidas por la legislación, pueden acarrear problemas de corrosión en el motor. Algunos fabricantes de coches deniegan la cobertura en caso de avería porque no dan garantía para el uso de biodiésel, ya sea puro o mezclado con gasóleo.
Además, la OCU considera que la demanda de cultivos para biodiésel puede afectar a los precios de los alimentos para el consumo humano y dar lugar, en última instancia a conflictos sociales, como ocurrió en México donde el precio del maíz subió un 75 %.
Para finalizar, la OCU considera que la introducción de biocarburantes debe realizarse teniendo en cuenta las diferentes características físico-químicas del biodiésel respecto del gasóleo. Para lograrlo, es necesario reformar la normativa que rige la calidad de las mezclas (hasta hoy asimila los mismos requerimientos a las mezclas que a los gasóleos), para direccionar a todos los agentes implicados (fabricantes de coches, usuarios, etc.) hacia un nuevo producto con unos parámetros de calidad satisfactorios para todas las partes. De este modo, se podrá velar por el cumplimiento de una garantía que satisfaga a los consumidores.