No sabemos reaccionar ante un accidente en carretera
Tras analizar 174.000 accidentes con más de 290.000 conductores implicados, las conclusiones son alarmantes: en el 73 % de los accidentes con víctimas el conductor no supo reaccionar al peligro y fue incapaz de valorar correctamente la situación. Además, el 82 % de las personas que mueren o resultan heridas graves se debe a malas decisiones al volante. El 71 % de los conductores accidentados que hicieron adelantamientos indebidos en carretera convencional acabaron teniendo una colisión frontal. Los errores más comunes son distraerse, adelantar incorrectamente, no mantener la distancia de seguridad, incorporarse mal al tráfico o hacer giros incorrectos. Murcia, Galicia y Asturias son las regiones donde más maniobras infractoras se producen en los accidentes, y Extremadura, Castilla-La Mancha y Aragón, donde los conductores se distraen más.
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Enfrentarnos a una situación difícil o peligrosa cuando vamos conduciendo conlleva tomar una decisión en milésimas de segundo y ejecutarla correctamente. Por eso, cuando los conductores toman malas decisiones al volante, el número de accidentes con víctimas se multiplica por 3 tal como demuestran las estadísticas, puesto que en el 73 % de los siniestros el conductor tomó una mala decisión al volante, frente al 27 % que lo hizo adecuadamente. Este porcentaje se eleva hasta el 81 % cuando se trata de accidentes graves o mortales.
Esta es la principal conclusión que se desprende del estudio titulado ‘La toma de decisiones en la conducción’ que ha realizado Línea Directa Aseguradora en colaboración con el INTRAS de Valencia, y en el que se han analizado casi 174.000 accidentes con víctimas, en los que hubo más de 290.000 conductores implicados. Esto significa que en los últimos 4 años, casi 130.000 accidentes con víctimas se hubieran podido evitar si los conductores hubieran sido capaces de valorar correctamente los peligros de la carretera y hubieran tomado una decisión más adecuada a la situación de riesgo. Es decir, son fallos humanos del conductor evitables.
Pero, ¿qué entendemos por toma de decisiones?
Es el proceso que ocurre desde que vemos el peligro hasta que reaccionamos y ejecutamos la maniobra más adecuada de todas las posibles. Para ello, el estudio ha agrupado las tipologías de conducción en 3 comportamientos distintos: conducción correcta, conducción desatenta y conducción inadecuada, poniéndolas en relación con 3 niveles diferentes de exigencia (bajo, medio y alto).
Estos niveles incluyen variables como el diseño de la carretera, el estado de la superficie, el horario de conducción, la densidad del tráfico, las condiciones meteorológicas y la maniobra del conductor. ¿El resultado? Todavía nos queda un largo camino por mejorar, puesto que 8 de cada 10 personas que mueren o resultan heridas graves se ven implicadas en accidentes en los que existe una toma de decisiones incorrecta por parte del conductor. Además, el 71 % de los conductores accidentados que tomaron la decisión de adelantar cuando no debían en una carretera convencional acabaron en una colisión frontal o frontolateral, y más del 50 % de los conductores distraídos se vieron implicados en una salida de vía en este tipo de carretera.
Los errores más comunes
A la hora de tomar las decisiones, los errores más comunes que cometen los conductores son básicamente los siguientes: las distracciones, las malas incorporaciones a la circulación, los giros incorrectos, los adelantamientos antirreglamentarios (como pisar la línea continua, adelantar en curvas de visibilidad reducida o hacerlo cuando la señalización no lo permite) y no respetar la distancia de seguridad.
Por tipo de vía, el informe de Línea Directa confirma la mayor peligrosidad de las carreteras convencionales, pues en ellas no sólo se producen el 76 % de los siniestros, sino que 1 de cada 4 accidentes resultan graves o mortales. Las colisiones y las salidas de vía por la izquierda son los accidentes con mayor porcentaje de decisiones incorrectas en las carreteras convencionales, con un 85 % y un 75 %, respectivamente, debido, sobre todo, a situaciones de adelantamiento, en las que el conductor valora de forma errónea variables como el estado de la calzada, la velocidad, la visibilidad o el tiempo que tiene para realizar la maniobra.
En autovías y autopistas, que registran solamente el 24 % de los accidentes, el tipo de accidente más común por decisiones incorrectas son los alcances traseros a otros coches y las colisiones, con un 92 % y un 87 % de los casos, debido, sobre todo, a circunstancias como las retenciones repentinas y los cambios de carril. El problema más destacado en las autovías es que los conductores se distraen con más frecuencia, probablemente debido al diseño y la comodidad de este tipo de carreteras, que favorecen que el conductor relaje su nivel de atención aumentando así el riesgo de accidente.
Murcianos, gallegos y asturianos, los que más infracciones cometen
Por Comunidades Autónomas, Murcia es la comunidad peor parada en cuanto a las infracciones, con un 52,4 % de accidentes causados por comportamientos como conducir en zig-zag, adelantar incorrectamente o no respetar la distancia de seguridad, seguidas por Galicia (50,7 %) y Asturias (48 %).
Sin embargo, Extremadura y Castilla-La Mancha, ambas con un 44,9 %, son las regiones donde los conductores se distraen más, seguidas de Aragón, con un 43,8 % de accidentes.
Perfil del conductor
Los hombres de entre 18 y 24 años, con menos de 2 años de antigüedad en el permiso de circulación, y los mayores de 65 son los que más sufren accidentes por toma de decisiones incorrectas. Los primeros porque tienen una percepción del riesgo menor y les falta conocimiento y experiencia para resolver adecuadamente las situaciones difíciles del tráfico; y los segundos, porque han perdido capacidades y comienzan a percibir menos riesgo. En general, los hombres son más distraídos y cometen más infracciones que las mujeres, y suelen accidentarse más en autopistas y autovías, en desplazamientos por ocio y suelen sufrir en mayor medida lesiones graves o mortales.
Por su parte, las muj eres de 35 a 64 años, con una antigüedad del permiso de unos 15 años de media, y que suelen circular con acompañantes, son las que toman mejores decisiones ante las situaciones de riesgo en el tráfico.
El estado físico y mental en el que nos encontramos a la hora conducir también influye sobremanera. Según se desprende del estudio, cerca del 80 % de los conductores que habían consumido drogas o alcohol tomaron una decisión incorrecta, un porcentaje que baja hasta el 45 % en el caso de los conductores que viajaban en condiciones normales.
Para Francisco Valencia, Director de Gobierno Corporativo de Línea Directa, “aunque pueda parecer menos grave, tampoco es recomendable conducir enfermos, cansados o con sueño, pues ponerse al volante en estas condiciones afecta casi en la misma medida a la toma de decisiones que el consumo de alcohol y drogas. Algo a tener muy en cuenta a la hora de salir de vacaciones este verano, durante el que está previsto que se produzcan 80 millones de desplazamientos en nuestro país”.
Whatsapp, SMS y conducción
Además, para conocer el impacto sobre la conducción y la toma de decisiones de aplicaciones de mensajería instantánea como el “Whatsapp” o los SMS, Línea Directa e INTRAS han realizado un experimento con 34 jóvenes de entre 18 y 24 años, el grupo de conductores con más fallecidos y más propensión a usar estas tecnologías en el coche. Para ello, se ha utilizado un simulador de conducción SIMUVEG que reproduce un tramo de 18 kilómetros de una carretera convencional con diferentes niveles de dificultad, en la que los conductores tenían plena libertad para elegir el momento de utilizar el aplicativo. Los resultados hablan por sí solos: el 70 % de los conductores disminuye significativamente el control sobre su coche cuando escribe un Whatsapp o un SMS con el móvil durante la marcha, debido a la falta de atención.
Esto supone que circular por una carretera recta a 90 km/h e introducir datos en el móvil puede suponer una variación de casi 4 metros en el control lateral del coche, y hace que el vehículo se quede a poco más de 1 segundo de sufrir una salida de la vía. Además, durante el manejo del móvil, los conductores prácticamente no disminuyen la velocidad (de 75 km/h a 70 km/h) a pesar del alto riesgo que conlleva.