Mi carrera profesional la decido yo mismo
Los trabajadores quieren empresas que les ayuden a desarrollarse profesionalmente. Además, la mayoría de empleados se siente responsable de su desarrollo profesional y sabe claramente dónde se quiere situar en los próximos cinco años. Parece que los empleados no dejan en manos de terceros la responsabilidad de su carrera profesional y han decidido tomar las riendas de su propio desarrollo. La formación se presenta como un aspecto clave no sólo en el desarrollo de los trabajadores, sino en su gestión de talento.
De este modo, las empresas que cuenten con el mejor talento, es decir, los mejores profesionales, serán quienes estén mejor preparadas para salir de la crisis. ¿Qué papel deben jugar las empresas en este aspecto? ¿Son las responsables de tomar las riendas de la carrera de sus empleados? ¿Deben invertir en mejorar la formación de su plantilla o deben esperar a que sean los propios trabajadores quienes actualicen y renueven su perfil?
Randstad, líder en soluciones de recursos humanos, ha querido indagar de qué manera se involucran los directivos con el desarrollo de sus empleados y cómo valoran éstos la vinculación de la compañía con su carrera. Para ello, ha estudiado las respuestas de 804 encuestas online realizadas a trabajadores de entre 18 y 64 años repartidos por toda la geografía española.
En primer lugar, parece que los empleados no dejan en manos de terceros la responsabilidad de su carrera profesional y han decidido tomar las riendas de su propio desarrollo. De hecho, reconocen que son ellos mismos quienes deciden hacia dónde dirigir su trayectoria laboral en un futuro (un 91,3 % de los consultados así lo manifiesta).
La duda que surge a continuación es: ¿lo deciden para poder elegir más libremente sobre su futuro o porque no les queda otra opción? Un 41,7 % de los asalariados cree firmemente que si quieren tener un desarrollo profesional tienen que ser ellos mismos quienes tomen la iniciativa. Pero también destaca el grupo de trabajadores que prefiere no dejar en manos de la empresa su carrera y asumen completamente su desarrollo profesional: un 21,2 % cree que son ellos los que tienen el control sobre su devenir en el mercado laboral.
Este dato se une a la proyección profesional: un 76,8 % de consultados afirma que sabe exactamente dónde quiere estar profesionalmente en los próximos cinco años. Estos datos marcan un precedente claro de una posible fuga de talento en los próximos años, de no unir las expectativas y necesidades de los empleados a las acciones formativas y de desarrollo profesional llevadas a cabo por las empresas.
Lo cierto es que aunque los asalariados se encuentran con la necesidad de apostar individualmente por su situación laboral, consideran que la empresa tiene la obligación de apoyar al empleado en el desarrollo de su carrera profesional (un 39,3 % lo ve absolutamente necesario y un 52,1 % lo ve necesario). Esto indica que es algo que reclaman directamente o indirectamente a su organización, aunque no siempre encuentren respuesta.¿Cuántos empresarios o directivos llevan a cabo esta “obligación”? Relativamente pocos, si atendemos a las respuestas ofrecidas por los consultados por Randstad. Casi la mitad de los empleados no encuentra en su compañía el apoyo que necesita para ascender o mejorar laboralmente. En concreto, un 49,3 % está en desacuerdo con la afirmación de que su empresa “estimula a sus empleados a continuar con el desarrollo profesional”.
La formación sigue siendo importante en época de crisis
A pesar de la crisis, las empresas siguen apostando por la formación como una herramienta de continuidad entre sus empleados. El 61,2 % de los empleados reconoce que ha recibido algún tipo de formación o curso a través de su empresa en el último año. Pero esta formación no cumple con las expectativas o con las necesidades de los empleados.
Un 60 % de encuestados confirma que aunque quieren crecer profesionalmente, no conocen exactamente qué posibilidades tienen en su actual organización.
De hecho, un 66,9 % de consultados reconoce que si pudieran obtener un desarrollo profesional más rápido o mejor en otra organización, cambiarían de empleo.
Para empezar a corregir esta desviación, las empresas deben conocer qué entienden sus propios empleados por “crecimiento profesional”. El 90,4 % afirma que desea seguir desarrollándose durante su carrera profesional pero la mayoría establece una correlación entre un crecimiento personal básicamente como mejorar en el puesto de trabajo (51,4 %). Algo más alto es el porcentaje de consultados que identifican el desarrollo como desarrollo personal, ganando más trabajo relacionado con sus propias áreas de conocimiento y habilidades personales (54,1 %). Hasta un 90 % asocia el desarrollo profesional con el propio desarrollo personal, por ejemplo, viajando, haciendo acciones de voluntariado, realizando cursos o buscando nuevos hobbies que le enriquezcan. Pero la cifra mayor llega al 91,6 % de consultados que entienden el crecimiento personal como una combinación de desarrollo personal y trabajo.
Los datos apuntan a que los trabajadores buscan empresas que les empujen en su desarrollo profesional y les ofrezcan como valor añadido una formación que les ayude en esta ambición. De no conseguirlo en su actual organización, lo buscarán en otra que cumpla con sus expectativas y necesidades profesionales, puesto que la mayoría tiene claro dónde se quiere situar laboralmente en un futuro cercano.