Los riesgos de pedir un crédito rápido si no tienes en cuenta estas 5 cláusulas
Pedir un crédito es una de las fórmulas para conseguir dinero rápido al alcance de los ciudadanos. Una vía a la que se recurre de forma estacional en los momentos de mayor desembolso económico, como la cuesta de septiembre o la de enero. Aunque también para hacer frente a gastos recurrentes, como una avería en casa o en el coche o cualquier otro gasto imprevisto.
Sin embargo, la facilidad en la solicitud de este tipo de créditos puede llevar a su contratación sin tener en cuenta determinados aspectos clave, como las condiciones asociadas al producto y la cantidad de dinero final que hay que devolver por el dinero prestado. Ante esta situación y, para evitar que el usuario se quede con un nivel de deuda mayor que antes de contratarlo, en esta guía puedes consultar cuáles son los riesgos de pedir un crédito rápido si no tienes en cuenta las principales cláusulas del contrato.
Contenido de la información:
Cuáles son los principales riesgos del dinero rápido
Las dificultades económicas de las familias y la necesidad de acceder a financiación personal al margen de las entidades financieras tradicionales han favorecido que proliferen empresas y particulares que ofrecen dinero rápido y sin condiciones destinados a los consumidores en apuros. Una situación que puede convertir a los consumidores en presa fácil de determinadas modalidades de financiación que tienen condiciones desequilibradas y que se pagan a un alto precio. Este es precisamente el gran riesgo asociado a este tipo de método para conseguir dinero rápido.
Y, por ello, antes de ni siquiera buscar ofertas y valorar opciones, lo primero que hay que plantearse es si merece la pena endeudarse con un crédito. Esta es la primera pregunta que hay que responder antes de buscar opciones de microcréditos o créditos rápidos para hacer frente a los gastos de las dos grandes cuestas del año, la de septiembre y la de enero.
Porque uno de los grandes riesgos de este tipo de financiación es que las condiciones de estos productos no siempre son ventajosas para el cliente y que ante la necesidad imperante de conseguir dinero rápido, los clientes contratan productos que a la larga les acaban perjudicando más que ayudando. Por ello, es crucial analizar los distintos productos y las entidades donde el cliente valora pedirlas para detectar las señales de que un crédito es un fraude y que no te estafen.
Prestar atención a todas las condiciones
Es crucial prestar atención a todas las condiciones que realmente deben tenerse en cuenta y que no es solamente la cuota a pagar. Porque aunque la característica esencial y condición de mayor peso de estos préstamos es la cuota mensual, no es la única a valorar. Porque si el cliente solo se fija en esta cuota, pasará por alto el principal dato que permite saber cuánto va a costar de verdad el crédito, que se expresa mediante la TAE. Por ello, conviene calcular qué cantidad total habrá que terminar pagando a la entidad crediticia y compararla con distintas opciones.
Además, conviene prestar atención a los posibles intereses de demora que son los que se aplican al no pagar una cuota, recordando que el art. 19.4 de la Ley 7/1995 de crédito al consumo fija como inaceptable un interés de demora superior a 2,5 veces correspondiente al interés legal del dinero.
Comparar el interés con otros productos
El interés nominal suele estar alrededor del 22-24 %, mientras que en los tradicionales están en torno a un 10-12 %. Por ello, es fundamental comparar la cantidad o porcentaje de intereses que cobran las entidades en este tipo de productos para elegir el que menor cantidad imponga por prestar el dinero.
Conocer las comisiones de apertura y cancelación
Son otras de las partidas de gasto asociadas a la contratación de estos créditos rápidos y se aplican de la misma manera que en los tradicionales. Hay que tenerlas en cuenta para saber a cuánto asciende la cantidad de dinero que hay que devolver a la entidad por la cantidad prestada y si merece o no la pena.
Contrataciones adicionales
¿Para contratar el crédito la entidad obliga a contratar un seguro? En algunas entidades así lo establecen y no es nada recomendable. Por ello, para evitar gastos innecesarios y acabar con un mayor nivel de deuda que antes de solicitar el crédito, hay que revisar con lupa que en las condiciones de contratación no se incluyan este tipo de productos.
Consultar todas las condiciones del contrato
En definitiva, hay que leer todas las cláusulas y consultar aquellas condiciones que le resulten inciertas.
Sopesar los riesgos antes de firmar
El principal inconveniente es su elevado coste, la información poco transparente que puede ofrecerse en determinadas ocasiones porque se llama la atención más sobre la cuota que sobre el interés que se aplica y la facilidad con que se logran, que invita a reflexionar poco sobre su conveniencia. Es muy importante reflexionar sobre los riesgos en los que pueden incurrirse en caso de impago, en particular en aquellos contratos en los que el aval es la vivienda habitual.