Los propietarios no quieren alquilar sus pisos a personas vulnerables
Proteger a las personas vulnerables. Esta es una de las medidas de la nueva Ley de Vivienda que pretende asegurar que las personas que se encuentren en situación de vulnerabilidad económica puedan tener derecho a una casa. ¿Pero, a qué precio?
La normativa del Gobierno contempla que quienes pasen una mala racha y no puedan pagar su alquiler, siempre que se ajusten a una serie de límites de ingresos mensuales, pueden seguir viviendo en ese piso sin pagar. Una ley que, por un lado, alivia la situación económica de muchas familias, pero por otro, complica el bolsillo de los propietarios.
Ante esta situación, el experto inmobiliario Eduardo Molet opina que “uno de los efectos colaterales de la Nueva Ley de Vivienda está afectando de manera directa al colectivo de personas que se encuentran cerca de una situación de vulnerabilidad”. De forma específica, el consultor inmobiliario detalla que “cada vez son más los propietarios que deciden dejar de alquilar y, lo que es peor, prefieren no hacerlo a inquilinos con situaciones próximas a la vulnerabilidad“. Y los motivos de ellos se deben a que no quieren arriesgarse a sufrir impagos y a no poder recuperar la vivienda.
>> A esta problemática se añade que la demanda de alquiler desborda la oferta: 8 personas de cada 10 busca por cada 1,6 que arrienda.
Efectos colaterales de la nueva Ley de Vivienda en el mercado del alquiler
La nueva Ley de Vivienda ha implantado una serie de cambios y novedades al funcionamiento del mercado inmobiliario, tanto en régimen de venta, como de alquiler. Unas medidas, entre las que, destacan las que intentan proteger a las personas vulnerables para que no se queden sin solución habitacional.
Se trata de una serie de actuaciones concretas, como el tope de los precios y la inseguridad jurídica frente a impagos, que no se reciben con muy buenos ojos por determinados propietarios. Y que, desde el consultorio inmobiliario, señalan que son dos de los aspectos que han aumentado el deterioro del mercado de las viviendas disponibles para el alquiler.
Las personas más vulnerables se quedan fuera del mercado de alquiler
En las grandes ciudades, Molet explica que los inquilinos con un salario medio no puede hacer frente al pago de un alquiler el precio actual, dado que se encuentra por encima de los 1.000 y 1.200 euros. Ante esta situación, en determinados barrios y, en especial, en los más céntricos, ha desaparecido la oferta. No solo eso, sino que cada vez hay menos en las zonas periféricas.
A ello se suma que la subida de los tipos de interés no ayuda a aliviar la situación del mercado del alquiler, dado que muchas familias que querían comprar no pueden firmar una hipoteca. Y la opción que les queda es irse de alquiler. En resumen, Molet explica que “cada vez hay más demanda y menos oferta, y la situación, lejos de mejorar como se aseguraba que se conseguiría con la regulación, ha empeorado“, asegura Molet.
Respecto a los precios, el del alquiler ha subido un 8 % desde enero, y respecto al último año la subida roza el 11 %. De manera general, la “situación del mercado de la vivienda está empeorando y en las circunstancias actuales es difícil predecir cuándo se iniciará la recuperación”, explica el consultor.
Molet insiste en que detrás de la aprobación de la Ley de Vivienda hay una visión que a medio plazo quiere fomentar que se creen ciertas corrientes de opinión. Y concluye, que se busca que la sociedad acepte las expropiaciones como un mal menor. Y para ello primero tienen que dejar sin vivienda a miles de familias vulnerables que no podrán acceder a ella con los actuales precios de alquiler debido a la poca oferta“.