Los niños tienen un nivel elevado sobre las normas y señales de tráfico
En España, nueve de cada diez niños van al colegio en el mismo núcleo urbano en el que residen. Si atendemos al modo de transporte mediante el cual los niños se desplazan hasta el colegio, podemos observar que el 59 % va al colegio andando y el 40 % en coche. Pero en términos generales, puede afirmarse que el 70 % de los niños españoles nunca van solos al colegio ya que siempre lo hacen en compañía de alguien (en el 77 % de los casos por los propios padres). Y entre los motivos por los que el niño nunca va solo al colegio destacan: la seguridad, la tranquilidad de los padres y la distancia. En general, los niños de 8 a 12 años tienen una capacidad teórica para moverse solos por su localidad, pero en la práctica los padres no favorecen esta capacidad de autonomía. Los padres se consideran una influencia positiva en la seguridad vial de sus hijos, mientras que la influencia negativa la ejercen los conductores que no respetan las normas. La distancia y la comodidad son los principales motivos que llevan a los padres a dejar que sus hijos habitualmente vayan solos al colegio. A destacar también que entre los padres que afirman que sus hijos van al colegio en autobús escolar, un 42 % declara que el autobús no dispone de cinturones de seguridad, un 27 % que sí los tiene, un 8 % que algunos sí pero otros no y un 23 % afirma desconocer esta cuestión.
Estas son algunas de las conclusiones recogidas en el estudio “Los niños, las ciudades y la seguridad vial: una visión a partir de la investigación” , realizado por Attitudes con motivo de la organización de la 8ª Jornada de Reflexión de Attitudes que, bajo el título ¡La calle también es mía! Los niños, las ciudades y la seguridad vial, se celebrará en Madrid el próximo 28 de octubre.
La edad media en la que los niños comienzan a ir solos al colegio en España es a los 9,4 años
Por lo que se refiere al 30 % de niños que van solos al colegio, la edad media en la que empezaron a ir solos se sitúa en los 9,4 años, aunque en la mayoría de casos el niño empezó a ir solo al colegio durante el periodo de los 7 a los 11 años (78 %); mientras que el 12 % lo hizo a los 12 años de edad.
Más de una cuarta parte de los padres no saben a qué edad dejarán ir solos al colegio a sus hijos
Ante la cuestión de la edad a la que los padres dejarán que sus hijos vayan solos al colegio, el 36 % señala que a los 12-13 años de edad; mientras que el 16 % cuando tenga más de 14 años; y el 12 % cuando el niño tenga 12 años. En este caso, el 35 % no se decantó por ninguna de las opciones planteadas. La edad media en que los padres afirman que dejarán que sus hijos vayan solos al colegio se sitúa en 12,6 años.
Por tamaño de municipio, a medida que aumenta el número de habitantes también lo hace la edad del niño para desplazarse solo a su colegio.
EL ENTORNO El 69 % de los niños españoles se sienten seguros cuando van por su localidad frente a un 13 % que no se sienten seguros
Un 69 % de los niños consultados se siente seguro cuando camina por su pueblo o ciudad, un 13 % no se siente seguro y el 18 % restante afirma que a veces se siente seguro pero otras veces no.
Entre los motivos por los que los niños se sienten seguros destacan el hecho de ir siempre acompañado, el conocimiento de la gente del pueblo y del mismo pueblo. Por el contrario, los vehículos y la gente desconocida o rara son los aspectos que producen inseguridad, ya sea siempre o algunas veces; mientras que el hecho de ir acompañado es el otro aspecto que destacan los niños que no siempre se sienten seguros.
Destaca la importancia de los temas relacionados con la seguridad ciudadana, tanto en la percepción de seguridad como en la de inseguridad experimentada por los niños.
Para los padres, en la seguridad del entorno del niño tiene más peso específico la seguridad ciudadana que la seguridad vial
Los aspectos relacionados con la seguridad ciudadana son los que más influyen en la decisión de los padres a la hora de dejar que el niño realice sus actividades con plena autonomía, destacando especialmente las referencias a vivir en un entorno seguro y a la disponibilidad de mayor vigilancia policial.
Le siguen en orden de importancia los aspectos relacionados con la seguridad vial (reducción del tráfico, el incremento de las señales de tráfico y un mayor respeto a las normas) y, finalmente, los aspectos relacionados con el niño (edad, actividades cerca de casa, mayor responsabilidad, etc.). Todo ello posibilitaría, según los padres, que los niños pudiesen realizar sus actividades de manera más segura.
Los citados aspectos de seguridad vial y los relacionados con el niño destacan en las ciudades grandes, mientras que los aspectos relacionados con el tráfico son los que destacan en municipios que tienen entre 5.000 y 10.000 habitantes. Es decir, que existe una relación inversa entre el tamaño del municipio y la sensación de seguridad. Así, a medida que se incrementa el número de habitantes del municipio de residencia, también lo hace la percepción de inseguridad.
Y es que el 65 % de los padres consultados que percibe su municipio como un entorno seguro lo hace básicamente por tratarse de un barrio o pueblo pequeño, por la seguridad vial y por el poco tráfico existente. Por su parte, para el 31 % de los padres que creen que el municipio en el que vive es muy o bastante inseguro desde el punto de vista de seguridad vial, destacan como principales motivos el tráfico, el que no se respeten las normas de circulación y la inseguridad vial.
En la valoración realizada por los padres sobre el entorno destacan también: la inexistencia de carriles bicis, el poco respeto de los conductores por las normas de tráfico, el excesivo volumen de tráfico y los déficits en el transporte público. Asimismo, los aspectos que reciben mejor valoración son: la señalización, los pasos para peatones y la amplitud de las aceras Otro aspecto estudiado ha sido el del entorno de la escuela de sus hijos. Para el 30 % de los padres entrevistados, la entrada y la salida de la escuela es un entorno muy o bastante inseguro desde el punto de vista de la seguridad vial, básicamente por la existencia de mucho tráfico, por los aparcamientos en doble o triple fila y por la falta de policía. En cambio, para el 68 % de los padres que lo perciben como un entorno muy o bastante seguro, lo hacen por la presencia de policía, la existencia de pasos de peatones y semáforos y el poco tráfico de la zona.
En general, el mayor número de consultados que perciben la entrada y la salida de la escuela como un entorno inseguro residen en municipios grandes, mientras que quienes lo perciben como un entorno seguro residen en mayor medida en municipios pequeños.
El 43 % de los niños españoles propone cambios relacionados con la seguridad vial (reducir el tráfico, más semáforos…) para que su localidad sea más segura
Un 43 % de los niños consultados cree que para que su pueblo fuera más seguro se deberían hacer cambios relacionados con la seguridad vial, entre los que destacan un mayor respeto por las normas de tráfico, reducir el tráfico, instalar más semáforos y hacer más parques y zonas de juegos para niños. Por el contrario, el 12 % considera que se debería poner más vigilancia policial y un 6 % que se debería reducir la delincuencia.
Además, en los municipios más grandes, los niños se inclinan por una mayor demanda de respeto a las normas de tráfico y una reducción del tráfico, mientras que los niños de los municipios pequeños demandan la instalación de más semáforos.
En municipios pequeños es más habitual que los niños jueguen en la calle, vayan en bicicleta o patinete y vayan a casa de sus abuelos en un entorno próximo a su casa; mientras que en los municipios grandes la actividad que más destaca es la de ir a actividades extraescolares
Las actividades que según los padres realizan sus hijos en mayor medida en el entorno próximo a su casa son ir a comprar e ir a casa de los amigos. En cualquier caso, los porcentajes del resto de actividades (ir a actividades extraescolares, ir en bici/patinete, jugar por la calle e ir a casa de los abuelos) se sitúan alrededor del 75 %.
Si analizamos la frecuencia con la que los niños llevan a cabo cada una de las actividades planteadas, podemos señalar que jugar en la calle o ir en bici o patinete son las actividades donde encontramos un mayor porcentaje de niños que declaran que no las realizan nunca (alrededor del 20 %).
Por lo que se refiere a las actividades que realiza el niño sin la compañía de ningún adulto o en compañía de otros niños en el entorno próximo de su casa, destacan jugar por la calle e ir a comprar. Por el contrario, ir a casa de los abuelos es la que realizan en mayor medida acompañados de adultos.
LA EDUCACIÓN VIAL En un 94 % de los casos, los niños demuestran un nivel de conocimiento muy elevado sobre las normas y señales
El conocimiento de los niños españoles sobre diferentes aspectos de educación vial relacionados con el hecho de ir por la calle es muy elevado en prácticamente todas las recomendaciones, pero lo que hay que tener en cuenta a la hora de cruzar la calle y el hecho de andar siempre por la acera destacan por su elevado conocimiento espontáneo. Asimismo, el aspecto que más desconocen es que en carretera deben andar siempre por la izquierda.
Respecto a otros aspectos de educación vial relacionados con el hecho de ir en coche, el conocimiento de los niños es igualmente muy elevado en todas las recomendaciones, destacando por su elevado conocimiento espontáneo el hecho de tener que llevar el elevador o sillita y el cinturón de seguridad. Los niños también mencionaron de manera espontánea que no deben molestar al conductor (8 %), que tienen que sentarse bien y estar quietos (3 %), no sacar las manos por la ventana (2 %) y no abrir las puertas (1 %).
Por lo que se refiere al conocimiento de las señales de tráfico, la más conocida entre los niños es el stop, seguida del paso de peatones, el ceda el paso y la dirección prohibida. Destacar que, en general, las señales que más conocen los niños son también las que más les afectan.
En relación con las señales que los padres creen que sus hijos conocen en mayor medida, destacan la señal de stop, seguida del paso de peatones y el ceda el paso. A continuación, mencionan señales como la dirección prohibida, velocidades máximas, los semáforos y la prohibición de adelantamiento.
En general, los niños de 8 a 12 años tienen una capacidad teórica para moverse solos por su localidad, pero en la práctica los padres no favorecen esta capacidad de autonomía
Pero esta capacidad, sin embargo, parece no condicionar el hecho de que los niños de esa edad puedan desenvolverse de forma autónoma por el entorno del hogar o para ir a la escuela. Y es que el entorno tiene una gran influencia en el hecho de que esta capacidad se convierta en posibilidad, puesto que en los entornos rurales es donde se da en mayor medida esta situación (los niños de los municipios de hasta 5.000 habitantes comienzan cinco veces antes que los niños de los municipios de más de 100.000 habitantes a desplazarse solos al colegio).
La preocupación de los padres por la seguridad vial es clave para posibilitar que el niño pueda ir solo, sin embargo la misma preocupación por la seguridad ciudadana se percibe como el principal obstáculo parta conseguir esa deseada autonomía de los niños.
LAS INFLUENCIAS Los padres se consideran una influencia positiva en la seguridad vial de sus hijos, mientras que la influencia negativa la ejercen los conductores que no respetan las normas
A nivel general, los consultados consideran que los padres y la escuela son los encargados de enseñar al niño las normas y recomendaciones en materia de seguridad vial. No obstante, se observan pequeñas diferencias entre las respuestas de los padres y las de los niños. Mientras que la importancia que dan estos últimos a la escuela es mucho más similar a la que dan a sus padres (63 % versus 73 %), para prácticamente la totalidad de los padres son ellos los principales responsables de la educación vial de sus hijos y sólo para poco más de la mitad la escuela también se encarga de este tipo de educación.
Cuando se pregunta por las personas encargadas de la educación vial, los padres y la escuela son considerados como factores que influyen positivamente en la seguridad vial de los hijos. Por el contrario, los conductores que no respetan las normas se consideran la principal influencia negativa para esta seguridad.
Pero mientras un 65 % de los niños considera que los conductores, en general, no respetan nunca o algunas veces las normas de conducción, únicamente el 5 % cree que sus padres no las respetan.
A los niños que manifestaban que sus padres no siempre respetaban las normas de conducción se les pidió que indicaran cuáles son las infracciones que cometen. Como vemos en la tabla adjunta, el hecho de no respetar los semáforos ni la velocidad permitida son las citadas con más frecuencia.
Por otro lado, el 33 % indica que sus padres algunas veces, casi siempre o siempre dicen palabrotas y se enfadan mientras conducen.
En este caso, podemos destacar que mientras las variables relacionadas con las características del hogar no influyen de manera significativa en la percepción que el niño tiene de la conducción de sus padres, se puede observar una ligera relación entre el número de situaciones vividas por los padres como conductores y la percepción del hijo. De este modo, los niños cuyos padres no han vivido ninguna situación relacionada con el tráfico en los últimos cinco años, afirman en mayor medida que sus padres siempre respetan las normas de conducción y, en cambio, el porcentaje de niños que dice que sus padres no siempre cumplen las normas va aumentado a medida que lo hace el número de infracciones cometidas por los padres.
¡La calle también es mía! Los niños, las ciudades y la seguridad vial
Estas son algunas de las conclusiones recogidas en el estudio “Los niños, las ciudades y la seguridad vial: una visión a partir de la investigación” , realizado por Attitudes con motivo de la organización de la 8ª Jornada de Reflexión de Attitudes que, bajo el título ¡La calle también es mía! Los niños, las ciudades y la seguridad vial, se celebrará en Madrid el próximo 28 de octubre.
Se trata de un estudio con dos partes complementarias pero muy diferenciadas: la primera de ellas tiene un carácter documental que crea un marco conceptual sobre la relación del niño y el tráfico en un entorno físico como es el de las ciudades, recogiendo diferentes prácticas internacionales. La segunda parte, tiene un carácter poblacional y nos ha permitido conocer la opinión y comportamientos de los padres españoles y de sus hijos sobre las relaciones existentes con su entorno más próximo y los efectos que éstas tienen sobre la educación vial de todos ellos, especialmente de los niños. Los ámbitos analizados han sido el entorno, las influencias, los hábitos de desplazamientos del niño y la educación vial.
Asimismo, como información de base para esta Jornada, previamente se ha organizado un focus group de niños para conocer su opinión sobre una temática que les convierte en los principales protagonistas de esta edición, en el que también participó el Director General de Tráfico, Pere Navarro. Durante más de una hora, 21 niños y niñas de la ciudad de Madrid plantearon al máximo responsable de la seguridad vial diferentes preguntas relacionadas con la educación y la seguridad vial en sus entornos urbanos. Con este acto protagonizado por ese grupo de niños y niñas, en representación de todo el colectivo infantil español, Attitudes pretendía recoger sus inquietudes y hacer oír su voz en un evento relacionado directamente con ellos.
El curioso e interesante diálogo que se produjo fruto del intercambio de preguntas y respuestas de esa nueva experiencia se dará a conocer durante la celebración de la 8ª Jornada de Reflexión de Attitudes.
Una Jornada que contará como conferenciante con la periodista Lenore Skenazy, la cual fue bautizada por los medios de comunicación norteamericanos como “la peor madre de América” por permitir que su hijo Izzy, de 9 años de edad, se trasladara solo por el metro de Nueva York para ir al colegio, en un país como EE. UU. donde apenas el 10 % de los niños van solos al colegio. A raíz de esta experiencia personal fundó el movimiento de los Free Range Kids (Hijos en libertad) que reclaman la exploración, la aventura y la imaginación como el territorio natural de la infancia. Lenore Skenazy forma parte de una nueva tendencia que está en pleno debate en Estados Unidos y que cuestiona la obsesión y perfeccionismo de los padres con la educación de sus hijos. Es lo que los expertos denominan “padres helicóptero” o “hiperpapás”.
La Jornada contará, además, con representantes de la DGT, Fiscalía de Seguridad Vial, Comisión de Seguridad Vial del Congreso de Diputados y representantes de entidades de los ámbitos de la seguridad vial, educación, infantil, psicología, sociología y cultura digital.
International Walk to School Month
En octubre de 2009 se celebra el “International Walk to School Month”, cuyo objetivo es que durante este mes, los niños, padres, maestros y líderes de la comunidad participen en un evento mundial que celebra los beneficios de caminar.
Organizado anualmente por la asociación International Walk to School (en el año 2007 participaron escuelas de 42 países), este evento pretende promover la actividad física mediante la enseñanza de las habilidades para caminar con seguridad, identificar rutas seguras a la escuela, crear conciencia de comunidad y reducir la congestión del tráfico y la velocidad cerca de las escuelas.
Attitudes, atendiendo la convocatoria efectuada para participar en un evento coincidente con la temática de las Jornadas de Reflexión de este año, ha decidido participar activamente en el mismo con la campaña “Detrás de una señal siempre hay alguien” que se llevará a cabo en Zaragoza la última semana del mes de octubre, coincidiendo también con la presencia de la Escuela Infantil de Educación Vial de Attitudes en dicha ciudad.
En colaboración con la Policía Municipal zaragozana, esta campaña pretende fomentar el uso responsable de los pasos de peatones entre los niños y el respeto entre los conductores desde una perspectiva nueva como es la de humanizar los pasos de peatones.
Entre las actividades previstas, además de talleres educativos en colegios y la edición de diverso material informativo, destaca la acción de rotular los pasos de peatones con diferentes nombres, que representarán a los niños que cada día cruzan por dichos pasos de peatones.