Los 2 motivos por los que te pueden echar de un piso de alquiler social
Las personas que viven en un alquiler social pagan una renta inferior a la del mercado por encontrarse en situación de vulnerabilidad. Es una alternativa habitacional que permite que las personas con menos recursos tengan acceso a una vivienda. ¿Pero, cómo se gestionan estos pisos? ¿Te pueden echar de un alquiler social? La respuesta varía del tiempo que lleve viviendo el inquilino en esa casa, así como de cómo evolucione su situación personal. Porque el alquiler social que puede solicitarse a los bancos se reserva a personas en situación de vulnerabilidad que se ajusten a determinados requisitos económicos y familiares.
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La respuesta rápida y general es que no, no te pueden echar de un piso de alquiler social. Los contratos de este tipo de viviendas se firman por un periodo de dos años. Se trata de un total de 24 meses en los que el beneficiario de este tipo de alquiler puede disfrutar de él sin que exista ningún riesgo sobre un posible desalojo de la vivienda.
En resumen, lo que se firma en el contrato por el periodo de dos años no se puede romper y, por tanto, no está permitido por ley echar a una persona de un alquiler social mientras el contrato en cuestión tenga vigencia. Ahora bien, una vez se produzca la fecha de vencimiento del mismo, la situación sí puede cambiar.
Son dos los motivos por los que pueden echarte de un alquiler social:
- Finalización del contrato del alquiler
- Porque el inquilino ya no cumpla las condiciones de vulnerabilidad que le dieron acceso a esta vivienda.
Una vez cumplidos estos dos primeros años, si el beneficiario ya no cumple los requisitos y condiciones de vulnerabilidad que le dieron acceso a este alquiler, sí que le pueden echar del piso. Aunque mejor dicho, más que echarle del piso, se produce la no renovación o prórroga del contrato y, en la práctica, el inquilino debe dejar esa vivienda de inmediato.
Esto quiere decir que la posibilidad de que un órgano gestor eche a un inquilino de un piso de alquiler está sujeta a que se ajuste a las condiciones y requisitos para acceder a una vivienda de alquiler social y a los plazos de vencimiento fijados en el contrato de alquiler.
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