Los mayores de 64 años son el 17 % de la población, un porcentaje que se duplicará en 2049

Los mayores de 64 años son el 17% de la población, un porcentaje que se duplicará en 2049
NOTICIA de Javi Navarro
10.08.2012 - 16:28h    Actualizado 13.03.2023 - 12:37h

El envejecimiento activo es un derecho y una necesidad pública y social. La Universidad Menéndez Pelayo (UIMP) de Santander ha clausurado esta semana el primer curso de verano sobre envejecimiento activo. Bajo el título “Envejecimiento Activo: promover la autonomía personal a través del compromiso y la responsabilidad social” y organizado por el Imserso, el encuentro ha servido como reflexión y espacio de debate sobre este proceso. El curso se ha celebrado en el marco de las actividades del Año Europeo del Envejecimiento Activo y de la Solidaridad Intergeneracional 2012.


El secretario general del Imserso, Francisco Ferrándiz, subrayó en su intervención en el encuentro el carácter “bidireccional” del envejecimiento activo: por un lado, supone un compromiso y responsabilidad de la sociedad y de los poderes públicos, pero también supone un potencial generador de riqueza y estímulo económico. En suma, Ferrándiz aseguró que “envejecer activamente no sólo es un derecho de los mayores, sino también una necesidad pública y social”.


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Los datos demográficos demuestran esta necesidad: en España, los mayores de 64 años suponen un 17 % de la población, un porcentaje que se duplicará en 2049, de acuerdo con las estimaciones del Instituto Nacional de Estadística (INE). Por otro lado, las estadísticas también revelan que aún queda mucho por hacer: de acuerdo con los últimos datos del Eurobarómetro, de 2009, la percepción de los europeos de que la discriminación por edad constituye una práctica extendida ha aumentado. Para los españoles, este tipo de discriminación ocupa el segundo lugar (61 %) por detrás de la discriminación por origen étnico.

Conclusiones
Circunstancias como ésta amenazan el desarrollo del envejecimiento activo, con imposición de jubilaciones no deseadas en las que se desperdicia capital humano y se generan situaciones de exclusión social. Ésta es sólo una de las conclusiones del curso celebrado en la UIMP, y expuestas durante la clausura por María Teresa Sancho, vicerrectora de Ordenación Académica de la universidad.

Entre ellas, citó que “las personas tenemos responsabilidad en nuestro proceso de envejecimiento y también en la entrada en situaciones de dependencia”. Asimismo, señaló que el envejecimiento activo debe favorecer vidas laborales más prolongadas, aunque siempre manteniendo un equilibrio entre los años en retiro y los años de trabajo.

En cuanto a las nuevas propuestas de participación y compromiso social, los participantes del curso concluyeron que dependerán de nuevas oportunidades en las que los mayores se sientan reconocidos a través de sus espacios de participación, donde puedan compartir sus experiencias y valoraciones.

Año Europeo

El envejecimiento activo significa dar a los mayores la posibilidad de participar plenamente de la sociedad:

– Fomentar sus oportunidades de empleo.

– Permitirles contribuir activamente a través del voluntariado.

– Permitirles vivir con independencia, adaptando la vivienda, las infraestructuras, la tecnología y el transporte.

Para conseguir estos objetivos, desde el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, a través del Imserso, se han puesto en marcha varios proyectos. En el área de la participación social, ha arrancado la iniciativa “Cerca de ti”, que trata de desarrollar intervenciones para dar apoyo emocional y seguridad a los mayores que sufren soledad. El modo de llevarlo a cabo es promover la participación de mayores en actividades que tienen lugar en su entorno, proporcionándoles acompañamiento, sin olvidar uno de los recursos más utilizados en España: la teleasistencia para mayores.

Asimismo, en enero se puso en marcha la campaña de sensibilización “Doce Causas para 2012. Por una sociedad para todas las edades”, en colaboración con la Unión Democrática de Pensionistas (UDP). A través de sus asociaciones provinciales, las personas mayores hacen llegar sus aportaciones y sugerencias.

El Imserso, asimismo, ha creado un nuevo espacio para transmitir información, compartir experiencias y movilizar a todos los agentes implicados en relación al Año Europeo del Envejecimiento Activo en España. A través de esta página www.envejecimientoactivo2012.es, se puede participar en actividades “on-line” como encuestas, debates o concursos.

En 2049 trabajará 1 de cada 10

Las tendencias demográficas actuales llevarían a una reducción progresiva del crecimiento poblacional en las próximas décadas, según la Proyección de la Población de España a Largo Plazo, 2009-2049, elaborada por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Esto podría suponer, de continuar esta tendencia, que por cada 10 personas en edad de trabajar, en 2049 residirían en España casi nueve personas potencialmente inactivas (menor de 16 años o mayor de 64), alcanzándose una tasa de dependencia del 89,6 %, desde el 47,8 % actual. La población mayor de 64 años se duplicaría en 40 años y pasaría a representar más del 30 % del total debido al envejecimiento de la pirámide poblacional

La Proyección de Población de España a Largo Plazo elaborada por el INE constituye una simulación estadística del tamaño y estructura demográfica de la población que residiría en España en los próximos 40 años, en caso de mantenerse las tendencias y comportamientos demográficos actuales. Se trata, por tanto, de una extensión al largo plazo, para el total de población nacional, de la Proyección de Población a Corto Plazo recientemente publicada.

De esta forma, estos resultados muestran, básicamente, el efecto que en el largo plazo tendrían la evolución recientemente observada de la fecundidad, la mortalidad y las migraciones. Además, la simulación se ha elaborado en relación con un flujo inmigratorio anual constante de 400.000 personas desde 2019.

El envejecimiento poblacional reduce el potencial de crecimiento demográfico

Futuro La estructura demográfica actual de la población de España y las tendencias demográficas actuales nos llevarían a un escenario de reducidas tasas de crecimiento poblacional futuro, el cual supondría un incremento de 2,1 millones de habitantes en los próximos 40 años. De esta forma, nuestro país rozaría los 48 millones en 2049.

El crecimiento demográfico sería, además, progresivamente decreciente en las próximas décadas. La simulación realizada muestra también el progresivo envejecimiento al que se enfrenta nuestra estructura demográfica, que se observa de forma evidente en la evolución de la pirámide poblacional de España resultante:Piramide poblacional España
De hecho, los mayores crecimientos absolutos y relativos en los próximos 40 años se concentrarían en las edades avanzadas. Concretamente, el grupo de edad de mayores de 64 años se duplicaría en tamaño y pasaría a constituir el 31,9 % de la población total de España.

Por otro lado, la población de 0 a 15 años se incrementaría en 157 mil personas (un 2,2 %), lo que se derivaría de la prolongación futura de la tendencias al crecimiento de la fecundidad actualmente observada. Sin embargo, la población de 16 a 64 años, se vería disminuida en más de medio millón de efectivos, un 18,4 % de su volumen actual.

Con ello, por cada 10 personas en edad de trabajar, en 2049 residirían en España casi nueve personas potencialmente inactivas (menor de 16 años o mayor de 64). Es decir, la tasa de dependencia se elevaría hasta el 89,6 %, desde el 47,8 % actual.

Crecimiento vegetativo y migratorio

La continuidad futura de las tendencias recientes de la fecundidad llevaría al número medio de hijos por mujer hasta un nivel de 1,71 en 2048. Dicha hipótesis no sería suficiente para evitar el descenso en el número absoluto de nacimientos en las próximas dos décadas, como consecuencia de la reducción del efectivo de mujeres en edad fértil. El número de nacidos no volvería a elevarse hasta 2028, una vez superado el efecto sobre la pirámide poblacional femenina que produjo la crisis de natalidad de los años 80.

Por otro lado, de mantenerse los ritmos actuales de reducción de la incidencia de la mortalidad por edad sobre la población de España, la esperanza de vida al nacimiento alcanzaría los 84,3 años en los varones y los 89,9 años en las mujeres en 2048, incrementándose en 5,8 y 6,5 años, respectivamente. No obstante, el mayor tamaño poblacional y una estructura demográfica cada vez más envejecida producirían un continuo crecimiento del número anual de defunciones.

Con ello, el saldo entre nacimientos y defunciones entraría en una dinámica continuamente decreciente. De hecho, dicho excedente vegetativo, tras haber alcanzado su máximo de las últimas décadas en 2008, acabaría tornándose en negativo a partir de 2020, lo cual supondría un fuerte freno al crecimiento poblacional.

En lo referido al fenómeno migratorio, para el corto plazo (próximos 10 años), la proyección se ha realizado en relación con una hipótesis de decrecimiento en el flujo de inmigrantes hasta los 3,8 millones entre 2009 y 2019, un millón menos que los observados entre 2002 y 2008. A partir de 2019, los resultados corresponden a un flujo anual constante de 400 mil inmigrantes.

Con ello, la extensión al largo plazo de los comportamientos actualmente observados de la emigración exterior, muy ligada a la entrada previa de inmigrantes, llevaría a España a presentar una saldo migratorio externo de 2,6 millones de migrantes netos en los próximos 40 años.

España tendrá la población más vieja de Europa en 2050

Según las proyecciones sobre evolución de la población realizadas por Eurostat, se observa que el envejecimiento de la población seguirá avanzando notablemente en Europa durante las próximas décadas, con las consecuencias que ello traerá consigo para el gasto público en pensiones y sanidad. De hecho, en el conjunto de países de la UE-27, las personas con edades por encima de los 65 años suponen un 17,08 % sobre la población total en 2008, cifra que pasará a un 28,81 % en 2050. España será uno de los países más ancianos.

No obstante, en la Unión Europea habrá una serie de países en los que el envejecimiento será más acusado. En el año 2050 será Italia el país “más viejo” de Europa con un 32,62 % de su población con edades superiores a los 65 años. Eslovenia ocupará el segundo lugar con un 32,50 % y España se situará en el tercer puesto. En 2050 la población española con 65 años o más supondrá un 32,11 % sobre la población total, duplicando prácticamente la cifra del 16,61 % correspondiente a 2008. Alemania, Polonia, Eslovaquia y Bulgaria superarán todos el 31 %, mientras que la República Checa, Rumania y Portugal se situarán por encima del 30 %.

Otros cuatro países -Lituania, Letonia, Hungría y Malta- registrarán todavía cifras superiores a la media europea al contar con más de un 29 % de población mayor de 65 años.

12 países de la UE tendrán menos problemas con el envejecimiento de su población y ya se situarán por debajo del promedio europeo. Austria (28,17 %) y Estonia (27,42 %) se mantienen a escasa distancia de la media, mientras que las cifras ya bajan algo más en Finlandia (26,81 %) y los Países Bajos (26,65 %). Bélgica y Francia superarán el 25 %, mientras que Suecia y Dinamarca se situarán por encima del 24 %.

Más jóvenes
Los países donde la población mayor de 65 años tendrá el menor peso sobre la población total serán Irlanda (23,74 %), Chipre (23,23 %) y el Reino Unido (22,95 %).



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