Los ladrones expertos en el uso de la lanza térmica, los más valorados por las bandas
El tiempo empleado en el ataque a una caja fuerte con una lanza térmica puede reducirse a 15 minutos cuando lo realiza un experto. Pero, ¿qué es una lanza térmica? ¿cómo se usa y cómo se construye? Los tiempos de perforación de esta herramienta no dejan lugar a duda en cuanto a su capacidad destructora; sin embargo, existen materiales como el óxido de alúmina que la contrarrestan de forma sustancial.
Contenido de la información:
- Cómo funciona una lanza térmica
- El soplete y la oxidación ultrarápida
- Construir una lanza térmica
- La lanza térmica en los atracos
- Cajas de alúmina o corindón
- Cae una red de butroneros que robó en 24 joyerías y estancos con lanza térmica para forzar las cajas fuertes
- Detenidos dos expertos en usar la lanza térmica de 23 y 28 años de edad tras un largo historial reventando cajas fuertes
Cómo funciona una lanza térmica
Para entender correctamente el funcionamiento de una lanza térmica, conviene comprender primero cómo funciona un soplete convencional. El oxígeno es un gas, con capacidad para oxidar un buen número de materiales, entre ellos el acero. Si se deposita un fragmento de este material a la intemperie, sufrirá un proceso destructivo generado por el oxígeno que se encuentra en el aire, pero si se ubica en contacto con el agua, el deterioro será más considerable en razón de la cantidad de este gas contenido en el líquido elemento.
Sin embargo, cuando más débil se muestra el acero ante la presencia del oxígeno es cuando está la lanza térmica a alta temperatura. Si imaginamos el filamento de una bombilla incandescente, mientras se encuentre hermético y aislado del oxígeno, no sufrirá ningún daño, pero en el instante que tenga el más mínimo contacto con el aire, se producirá una oxidación ultrarápida que lo destruirá.
El soplete y la oxidación ultrarápida
El poder de corte que tiene el oxígeno durante una oxidación ultrarápida es de tal importancia que, si la aportación del gas es uniforme y está bien dosificado, la fisura practicada será tan perfecta como la realizada por cualquier máquina herramienta, sin que el espesor del acero suponga ningún tipo de obstáculo.
El soplete convencional funciona mediante la aportación de dos tipos de gases, un combustible que puede ser butano, propano o aceitileno entre otros, y el citado oxígeno que funciona como acelerante de la combustión.
El proceso de corte con el soplete no es complicado, primero se abre la vía del combustible (aceiteleno, normalmente) y dado que su llama es de tipo ‘candil’ no tendrá capacidad para generar altas temperaturas si no se mezcla con oxígeno; una vez que los dos gases arden juntos se consigue una llama carburante con aptitud para calentar el acero por encima de los 900 grados centígrados. Es en este momento cuando una segunda aportación controlada de oxígeno provoca el corte mediante la citada oxidación ultrarápida.
Construir una lanza térmica
Fueron los franceses, allá por los años treinta, los primeros europeos que la usaron a nivel industrial y posteriormente en la destrucción de búnkeres alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Si en el soplete habitual el propano se usa como combustible y el oxígeno como acelerante, en una lanza térmica el propio tubo metálico se comporta como combustible, mientras que el oxígeno sigue cumpliendo la misma función.
¿Puedo hacer una lanza térmica casera? La construcción física es, si cabe, aún más sencilla que la de un soplete, pudiendo incluso construirse una lanza térmica de forma casera, pero su uso es radicalmente más peligroso y destructivo.
Un tubo metálico hueco (lo más largo posible) y de 20 mm de diámetro, se rellena de varillas finas de hierro que conviene que estén enriquecidas con magnesio o silicio. Se conecta un extremo de la lanza a una bombona de oxígeno y se calienta la otra punta con un soplete convencional, cuando se consigue la temperatura adecuada se abre el oxígeno con un caudal, que no suele superar los 7Kg/cm2.
Al iniciarse la ignición, la temperatura derivada, puede oscilar entre los cuatro y cinco mil grados centígrados.
Llegados a este punto, conviene dejar muy claro un aspecto importante que diferencia a la lanza térmica del soplete. Es obvio que este último corta por oxidación ultrarápida y conlleva la imposibilidad de devastar materiales como los aceros inoxidables o al manganeso. Sin embargo, la acción demoledora de la lanza tiene que ver solo con la capacidad de generar una temperatura extrema, en función de ello la gama de materiales, susceptibles de ser ‘atacados’ es casi ilimitada (incluyendo el hormigón), incluso pudiéndolo hacer debajo del agua.
Como ejemplo de la capacidad tecnológica de la lanza, hay que decir que en la Nasa se emplea para cortar las planchas protectoras anticalóricas, que se usan en las naves espaciales.
La lanza térmica en los atracos
Una herramienta con un enorme potencial destructivo, como el que tiene la laza térmica, no podía pasar desapercibido para los atracadores, sobre todo a la hora de propiciar ataques contra los cofres de seguridad.
Una caja fuerte homologada, certificada, bien ubicada y anclada al suelo, es un elemento muy consistente a la hora de consolidar la seguridad. No es nada aconsejable tratar de destrozarlas mediante el uso de una lanza térmica porque el calor generado destruirá, a buen seguro, su contenido.
Los ladrones lo saben y por ello aplican su capacidad destructiva en algunos puntos muy definidos como las cerraduras y otros elementos de bloqueo con el objetivo de realizar su apertura.
Una lanza térmica puede traspasar una plancha de acero de 2 cm, en menos de 5 segundos y una de 7 cm en 40 segundos aproximadamente. Una pared de hormigón de 20 cm tardará alrededor de 2 minutos en ser perforada.
Cajas de alúmina o corindón
Sin embargo, no se puede considerar la lanza térmica como el elemento destructor de todos los materiales. Existen algunos de ellos, muy especiales, como el óxido de alúmina o corindón, que tiene la capacidad de hacerle frente y al día de hoy, existen fabricantes españoles, de cajas fuertes, especialmente diseñadas para hacer frente a las lanzas térmicas.
Lanza térmica precio
Una lanza térmica de segunda mano puede adquirirse en el mercado por un precio de unos mil euros y una nueva por dos mil, por lo que económicamente está al alcance de casi todo el mundo. La tecnología es un gran aliado de las mejoras industriales que de una forma u otra acaban repercutiendo positivamente en la sociedad, pero siempre habrá elementos poco recomendables y peligrosos que tratarán de darle un uso de carácter delictivo.
Cae una red de butroneros que robó en 24 joyerías y estancos con lanza térmica para forzar las cajas fuertes
Aprovechaban los días laborables para marcar sus futuros objetivos, y los robos los perpetraban los fines de semana y los días festivos. Se camuflaban con pasamontañas y gorros. En ocasiones, realizaron hasta tres butrones en comercios aledaños para conseguir acceder a su destino. Empleaban herramientas muy especializadas, como la lanza térmica, para culminar sus robos y forzar las cajas fuertes de las joyerías. Así hasta un total de 24 robos con fuerza, de los cuales 13 de ellos cometidos en joyerías y 11 en diferentes locales comerciales como estancos o comercios de telefonía, etc.
Agentes de la Policía Nacional han detenido a 18 butroneros especializados en robos a joyerías. Formaban parte de una organización estructurada en tres grupos “operativos” independientes que compartían logística y beneficios.
Actuaban en Madrid y utilizaban lanzas térmicas, grupos electrógenos y dispositivos tecnológicos para perpetrar los asaltos. Durante los días laborables seleccionaban e inspeccionaban sus objetivos para posteriormente cometer los ilícitos durante los fines de semana y festivos.
La investigación comenzó el pasado mes de agosto, cuando los agentes detectaron la presencia de un grupo organizado, formado por individuos de nacionalidad rumana, dedicado a cometer robos con fuerza en establecimientos. Las primeras informaciones obtenidas determinaron que la banda tenía su base de operaciones en la Comunidad Autónoma de Madrid.
Tres células independientes
Los agentes averiguaron que la organización estaba distribuida en tres células independientes. Cada una actuaba de forma autónoma, pero se integraban dentro de la propia red.
Periódicamente, los miembros de la banda se reunían para intercambiar conocimientos y la información adquirida en los golpes. Además, compartían las mismas herramientas con las que realizaban los ilícitos y usaban trasteros comunes donde almacenaban los efectos sustraídos que posteriormente se repartían entre todos los miembros.
Lanzas térmicas
Los agentes realizaron un total de siete registros, cuatro de ellos en viviendas y tres en trasteros, todos ellos en Madrid. Se han intervenido numerosas herramientas utilizadas para la comisión de los robos, tales como lanzas térmicas, grupos electrógenos de soldadura, radiales, equipos soldadores, gatos hidráulicos, palanquetas, taladros, extractores de cerraduras, radiales, mazas y destornilladores.
Estos utensilios eran utilizados para forzar cerraduras, cajas fuertes o realizar los butrones. Además, se han aprehendido varios inhibidores, walkies, equipos discretos de comunicaciones y ordenadores.
La investigación ha sido realizada por la UDEV adscrita a la Comisaría General de Policía Judicial, la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid y el Grupo Operativo de Apoyo adscrito también a la UDEV central de la Comisaría General de Policía Judicial.
Detenidos dos expertos en usar la lanza térmica de 23 y 28 años de edad tras un largo historial reventando cajas fuertes
La Policía Nacional ha detenido a dos expertos en usar la lanza térmica para abrir cajas fuertes, Enrique N.S de 23 años de edad y Miguel Ángel A.
M de 28, por el robo en ocho comercios de Madrid. Con 23 y 28 años, los arrestados tienen un amplio historial delictivo. Utilizaba inhibidores de frecuencia para desactivar el sistema de alarma y sierras radiales o lanzas térmicas para violentar las cajas de seguridad. Tras estudiar previamente las medidas de seguridad de los locales, empleaban coches a nombres de terceras personas sin antecedentes para evitar así ser detectados y siempre cometían los robos durante la noche.
La investigación comenzó el pasado mes de mayo tras el robo en una empresa de limpieza cometido en el distrito de Carabanchel. Tras varias gestiones, los agentes constataron la existencia de indicios que apuntaban a que podían tratarse de los mismos autores de robos anteriores.
Los robos se cometían siempre en horario nocturno y utilizaban inhibidores de frecuencia para anular la señal telefónica de la central de alarma. Para acceder al local, los jóvenes forzaban las ventanas o inutilizaban las cerraduras de las puertas utilizando taladros eléctricos portátiles con tornillería especial. Ya en su interior, empleaban una lanza térmica o sierra radial para forzar las cajas de seguridad o acorazadas que encontrasen.
La pasada semana, y tras establecer el correspondiente dispositivo operativo, los agentes procedieron a la detención de los dos jóvenes. Posteriormente, y con el preceptivo mandamiento judicial, realizaron la entrada y registro de cuatro viviendas situadas en Madrid y Toledo. Allí, los investigadores intervinieron varios efectos procedentes de los robos y unos 2.000 euros en efectivo. Igualmente, localizaron un inhibidor con frecuencia, una taladradora portátil y una radial con seis discos.