Los alimentos que tienen más Vitamina D

Los españoles carecemos de vitamina D, crucial para evitar muchos cánceres
NOTICIA de Javi Navarro
06.08.2021 - 10:59h    Actualizado 12.01.2023 - 16:22h

Aunque España sea un país cálido y con mucha luz solar, existe una carencia generalizada de vitamina D en toda la población, que se puede relacionar con un aumento del riesgo de sufrir diferentes tipos de cáncer. Los científicos exigen mayor atención de los profesionales sanitarios, sobre todo en atención primaria. Esta molécula reguladora de la biología del hueso se forma en una proporción del 90 % por la radiación solar, y en el 10 % restante, por la dieta. Contra todo pronóstico, los habitantes de países cálidos, como España, no tienen los niveles correctos de la vitamina. “Es el defecto nutricional más frecuente en los españoles”, ha asegurado Franco Sánchez, jefe del servicio de endocrinología del Hospital Carlos III (Madrid).

Falta de vitamina D

“El nivel crítico de vitamina D, según el Instituto de Medina de EE. UU., es de 20 nanogramos por mililitro, aunque muchos médicos consideran que, para prevenir enfermedades, habría que elevarlo a 30”, ha explicado Michael F. Holick, director en el Centro Médico de la Universidad de Boston (EE. UU.).

Esta carencia de vitamina D está ligada, sobre todo, a la obesidad, al embarazo, a la diabetes tipo 1 o a las enfermedades autoinmunes, pero afecta a toda la población.

Alimentos que tienen vitamina D

Otro factor que incide en el desarrollo de esta vitamina es la alimentación. Los pescados, la leche, las setas o el aceite de hígado de bacalao son alimentos ricos en vitamina D.

Pero ingerir demasiada leche no es recomendable debido a sus grasas saturadas y “la cantidad de pescado que tendríamos que comer para aumentar la presencia de esta vitamina sería impracticable”, ha reconocido Franco Sánchez.

Y es que para obtener la cantidad necesaria de vitamina D conviene no olvidar que hay que incluir en nuestra dieta alimentos ricos, como son los pescados azules, los huevos o los lácteos enteros. “Seguir una dieta equilibrada y una exposición solar de media hora al día, con protección solar ya nos aporta los niveles suficientes de vitamina D necesarios. Ambas fuentes de vitamina D son complementarias, puesto que las dos son imprescindibles y en general el mantener una dieta equilibrada es recomendable para lograr una salud completa”, señala la doctora Regina Dalmau, miembro de la sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), que añade que “más que niveles adecuados, parece que hay niveles por debajo de los cuales se considera que la cantidad es insuficiente, que son menos de 30 nanogramos por mililitro en sangre.”

Aunque se puede mejorar con alimentos como lácteos o pescados azules, “no es suficiente”, ha subrayado Sánchez durante el simposio “Vitamina D y cáncer: promesa o realidad”.

Suplementos vitamina D

Desde su punto de vista, en España hacen falta nuevos medicamentos porque “no tenemos la suplementación óptima en los fármacos disponibles”. La misma opinión ha manifestado Alberto Muñoz, profesor de investigación del CSIC. “Los que tomamos vitamina D la compramos en EE. UU. o Inglaterra”.

En estos países y en los países nórdicos, sí existen medicamentos y suplementos destinados a aumentar los niveles de vitamina D. Según los expertos, en España sólo existen fármacos para mujeres postmenopáusicas (que también incluyen calcio), o tratamientos para bebés de vitamina D.

Precaución con la exposición al sol

Aunque la vitamina D se forma con la radiación solar, los científicos han recomendado precaución a los ciudadanos a la hora de tomar el sol. “La solución no es tomar más el sol porque aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de piel”, ha advertido el profesor del CSIC.

No obstante, una exposición de 10 a 15 minutos, entre las diez de la mañana y las tres de la tarde, en manos y piernas, durante los meses de verano, “podría ser beneficiosa”, ha apuntado Holick.

¿Cómo se miden estos niveles de vitamina D?

Sólo a través de análisis de sangre porque su carencia no tiene una sintomatología específica. “Algunas personas mayores presentan una leve debilidad muscular”, ha explicado el experto del Hospital Carlos III. Los endocrinólogos están concienciados de la importancia de esta molécula, pero no así los expertos de medicina primaria.

En cuanto a la investigación, ésta se centra sobre todo en la prevención, pero diferentes estudios empiezan a estudiar sus aplicaciones terapéuticas, como la combinación con diferentes terapias antitumorales.

“Estudios de laboratorio demuestran que altas dosis de vitamina D matan a células cancerígenas”, ha señalado Donald L. Trump, presidente del Instituto del Cáncer Roswell Park (EE. UU.).

La vitamina D frena el cáncer de colon

Los indicios de que la vitamina D y sus derivados (leche, grasas de pescados, tomar el sol…) ejercen un efecto protector contra diversos tipos de cáncer no son nuevos. En el ámbito del cáncer de colon, numerosos estudios experimentales y epidemiológicos señalan que la vitamina D3 (o colecalciferol) y algunos de sus derivados inhiben el crecimiento de las células cancerosas.

Un estudio realizado por investigadores del Insituto de Oncología Vall d’Hebron (VHIO) confirma que la carencia de vitamina D -que se obtiene a través de la ingesta de alimentos como la leche y las grasas de pescado, y la exposición a la luz solar – aumenta la agresividad del cáncer de colon. Los resultados se acaban de publicar en la revista PLoS One.

Investigadores del Vall d’Hebron Institut d’Oncologia (VHIO) en colaboración con el Instituto de Investigaciones Biomédicas “Alberto Sols”-cSIC-uAB, han confirmado el papel esencial de la vitamina D, concretamente de su receptor (VDR), frenando la acción de una proteína clave en el proceso de transformación cancerígena de las células en el cáncer de colon.

Dicha proteína, llamada beta-catenina, que normalmente se localiza en los contactos entre células facilitando la cohesión del epitelio intestinal, se acumula en otros lugares de la célula en grandes cantidades cuando se inicia la transformación tumoral. Fruto de estos cambios, la proteína queda retenida en el núcleo de la célula, donde facilita el proceso cancerígeno y es en este punto donde interviene la vitamina D, o mejor dicho, el receptor de la vitamina D (VDR).

“Nuestro estudio ha confirmado el papel esencial del VDR en el control de la señal anómala que desata el crecimiento y la multiplicación incontrolada de las células del colon que, en última instancia, acaba provocando la aparición del tumor. la estimulación de este receptor reprime la acción de la proteína beta-catenina atajando así la serie de acontecimientos que transforman la célula intestinal en una célula tumoral maligna”, declara Héctor Palmer, coordinador de este estudio y responsable del Laboratorio de Células Madre y Cáncer del VHIO.

El estudio se realizó con ratones y células humanas de cáncer de colon. Los ratones empleados son un modelo que replica las fases iniciales del cáncer de colon. “Los resultados demuestran que los ratones de este tipo que además carecen del receptor VDR, y que, por tanto, no responden a la vitamina D, presentan tumores más grandes y agresivos que los ratones dotados del VDR”, aclara Palmer, y concluye: “El número de tumores no se ve influido por la carencia del VDR, lo que apunta a que este factor no protege frente a la aparición del tumor, pero sí interviene en la fase de crecimiento del mismo, limitando su agresividad”.

A continuación, los investigadores analizaron el efecto del VDR en cultivos de células de cáncer de colon humanas y observaron que la concentración de la proteína alterada, la beta-catenina, aumentaba en las células desprovistas del VDR. Este resultado se repitió en los tres tipos de células de cáncer de colon estudiadas y confirma el resultado observado en los roedores.

En dos tercios de los tumores de colon avanzados, el VDR escasea en las células cancerosas y esta circunstancia hace pensar que su pérdida podría contribuir a acelerar el crecimiento del tumor. Los resultados de este estudio confirman esta suposición.

Esencial en las fases iniciales del cáncer de colon

A la luz de estos resultados, la deficiencia crónica de vitamina D supone un factor de riesgo para desarrollar tumores de colon más agresivos. Los pacientes afectados por las etapas iniciales del cáncer de colon, momento en el que el VDR todavía se halla presente en las células de manera sustancial, podrían beneficiarse de la administración de la vitamina D3. En cambio, ésta no sería de utilidad en las fases avanzadas de la enfermedad, cuando la presencia del receptor VDR es mucho más reducida.

Los datos del estudio avalan el desarrollo de fármacos anti-tumorales basados en la estructura de la vitamina D, aunque su aplicación en pacientes requerirá más investigación durante los próximos años.

El organismo obtiene la vitamina D a través de los alimentos, sobre todo de la leche y las grasas de pescado, pero también la fabrica cuando se expone a la luz solar. No es necesario una exposición prolongada -basta con 10 minutos de sol diarios -, tomados en las horas menos cálidas del día, para estimular su fabricación. En estas fechas veraniegas en que solemos tomar el sol, es importante tener en cuenta las medidas de protección, imprescindibles para evitar las quemaduras solares y así futuras lesiones cutáneas. Usar protectores solares y no exponerse al sol en las horas centrales del día ayuda a prevenir tumores cutáneos.

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Vitamina D con 30 minutos al sol

Vitamina D con 30 minutos al sol

Diversos estudios demuestran la existencia de una asociación entre niveles bajos de vitamina D y una mayor prevalencia de factores de riesgo cardiovascular como la hipertensión arterial y la diabetes, factores que pueden provocar algunas enfermedades cardiovasculares como el infarto o la angina de pecho. En concreto, el estudio estadounidense Health Professionals Follow-up Study, revela que el riesgo de infarto se multiplica por dos en aquellas personas que tienen valores de vitamina D inferiores a 15ng/ml. Desde la Fundación Española del Corazón (FEC) se destaca la importancia de mantener unos hábitos de vida cardiosaludables para mantener los niveles de vitamina D por encima de 30 ng/ml. ¿Cómo lograrlo? Con una dieta equilibrada y 30 minutos diarios de sol con protección.

La vitamina de la luz del sol

La vitamina D es una vitamina liposoluble, es decir que se almacena en el tejido graso del cuerpo, y su función principal es la de ayudar al organismo a absorber el calcio necesario para, junto con el fósforo, formar nuestros huesos.

Esta vitamina se produce principalmente mediante la exposición de nuestra piel a los rayos solares UV, por este motivo también se la conoce popularmente como “la vitamina de la luz del sol”. La doctora Dalmau explica el proceso: “frente a la exposición solar, se produce una reacción química que trasforma el colesterol o ergosterol (propio de los vegetales) en vitamina D activa efectiva, por este motivo los países que gozan de más cantidad de horas de sol poseen unos niveles más altos de Vitamina D.” Y añade, “también existen muchos alimentos que contienen vitamina D de forma natural, como los pescados grasos (salmón, atún, caballa, sardinas), el marisco, el huevo, o de forma enriquecida como algunos productos lácteos (leche, yogures, quesos), cereales o zumos”.

Falso mito sobre la vitamina D

¿Con 30 minutos tomando el sol es suficiente? Sí, incluso con la exposición de la piel a la luz solar durante unos 15 minutos es suficiente. Durante este tiempo se favorece la síntesis por parte del organismo. De este modo, no es necesario exponerse durante mucho tiempo al sol para obtener la vitamina D necesaria, puesto que la producción de vitamina D no está relacionada con el tiempo de exposición al sol.

La vitamina D, tanto la que obtenemos mediante la filtración de la luz solar (90 %) como la que ingerimos mediante alimentos (10 %) sufre dos transformaciones en el organismo: la primera sucede en el hígado y da lugar al calcidiol. La segunda tiene lugar en los riñones y otros tejidos y produce calcitriol, una hormona activa que estimula la absorción del calcio, algunos fosfatos y regula la transcripción de diferentes genes. Además, también participa en la síntesis de la insulina y en la contracción cardiaca, regula el sistema inmunitario y tiene poder antimicrobiano.

Los bebés deben tomar un suplemento de vitamina D el primer año de vida

Los bebés deben tomar un suplemento de vitamina D el primer año de vida.

A los niños les hace falta tomar, al menos durante el primer año de vida, un suplemento de vitamina D. ¿Motivos? La población infantil presenta bajos niveles de vitamina D, según ha informado el Comité de Nutrición de la European Society for Paediatric Gastroenterology Hepatology and Nutrition. Es necesaria la exposición de la piel a los rayos ultravioleta de la luz del Sol para que se produzca la forma activa de esta hormona. Su deficiencia puede derivar en raquitismo u osteomalacia.

La revisión sistemática publicada en el Journal of Pediatric, Gastroenterology and Nutrition por los miembros del Comité de Nutrición (CoN) de la ESPGHAN (European Society for Paediatric Gastroenterology Hepatology and Nutrition) ha dado lugar a una serie de recomendaciones orientadas a prevenir la deficiencia de vitamina D.

Suplemento de vitamina D

Entre ellas, se aconseja que todos los niños tomen un suplemento de vitamina D (400 IU) diario durante su primer año de vida. Sin embargo, se ha demostrado que muchos bebés no reciben estos suplementos.

Por tanto, es importante que los pediatras y los profesionales de la salud se aseguren de que esta eficiente estrategia preventiva se lleva a cabo, y por tanto, que todos los niños europeos reciben diariamente los suplementos apropiados de vitamina D durante el primer año de su vida.

Falta de vitamina D por el sol

Los niños y adolescentes que, por diversos motivos, tengan una exposición solar insuficiente (uso excesivo de cremas con alta protección solar, que estén en lugares cerrados la mayor parte del día, que lleven ropa que cubra la mayor parte de su piel o que vivan en países nórdicos durante el invierno), así como los niños de piel oscura que viven en países nórdicos, son más propensos a mostrar deficiencia de vitamina D.

Otros grupos de riesgo identificados en el informe son los niños obesos y los recién nacidos alimentados al pecho que no reciben el suplemento oral de vitamina D recomendado.

Aunque las recomendaciones del Instituto de Medicina (IOM) para niños y adolescentes de edades comprendidas entre los 2 y los 18 años son de 600 IU/día, el CoN de la ESPGHAN concluye que a pesar de existir evidencia de baja ingesta de vitamina D en los niños y adolescentes europeos, los estudios no han demostrado de forma concluyente la necesidad de suplementar de manera generalizada a este grupo de población, ni tampoco se pueden establecer aún puntos de corte en estas edades para hablar de deficiencia o requerimientos.

Lo que hace la vitamina D

La vitamina D regula el metabolismo del calcio y el fósforo, contribuyendo a la mineralización ósea Por ello, instan a los gobiernos y autoridades a adoptar políticas que mejoren el estado nutricional de vitamina D mediante recomendaciones dietéticas, fortificación de alimentos o suplementación de vitamina D según las condiciones locales.

Christian Braegger, miembro del CoN de la ESPGHAN y coautor del presente informe, hablará sobre los requerimientos de vitamina D en los niños durante el ESPGHAN International Fori que se celebrará en Granada el 15 de septiembre, en el marco del 20th IUNS International Congress of Nutrition.

La vitamina solar

La vitamina D regula el metabolismo del calcio y el fósforo, contribuyendo a la mineralización ósea, por lo que resulta esencial para la correcta constitución de los huesos. Un déficit severo de este micronutriente durante las primeras etapas del desarrollo podría derivar en raquitismo u osteomalacia.

Se ingiere a través de alimentos de la dieta como el pescado, los huevos o los productos lácteos; y posteriormente es necesaria la exposición de la piel a los rayos ultravioleta de la luz del Sol para que se produzca la forma activa de esta hormona.



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