Los 8 errores más comunes al usar la tarjeta de crédito
Usar la tarjeta de crédito para pagar los recibos de la luz o el gas, la compra semanal o para sacar dinero del cajero son algunos de los errores más comunes que pueden endeudarte. Las tarjetas de crédito son una herramienta que ofrece gran comodidad al usuario. Permiten pagar con un dinero del que no se dispone en un momento determinado. Pero no saber gestionar y hacer un buen uso de este crédito puede tener consecuencias muy graves.
Para evitarlo, en esta guía se incluyen algunos de los errores más comunes del uso de la tarjeta de crédito que pueden endeudarte y, como consecuencia, que estos plásticos acaben convirtiéndose en un auténtico quebradero de cabeza.
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Contenido de la información:
1. Sacar dinero del cajero
Utilizar la tarjeta de crédito para sacar dinero en efectivo en el cajero es uno de los grandes errores que cometen los usuarios de este tipo de tarjetas. Siempre y cuando se recurra a esta práctica de manera habitual. Es decir, que ante un apuro, sacar dinero con tarjeta de crédito no es una mala opción. Pero no debe ser la norma.
Es muy cómodo acudir a un cajero y sacar un dinero que no tienes para afrontar un gasto inesperado. Pero, como decimos, no es algo que deba hacerse a la ligera. Básicamente, porque cada vez que saques dinero generas una nueva deuda y aumentas la cantidad de dinero que tienes que devolver. Una práctica que puede resultar altamente peligrosa y que puede salirte muy cara.
2. Usar varias tarjetas de crédito a la vez
Una de las claves de una buena gestión de la economía del hogar y de las finanzas es tener control y organización sobre los gastos. Motivo por el que es totalmente contraproducente tener varias tarjetas de crédito y acumular deuda en todas ellas. A no ser que mantengas un control exhaustivo sobre los gastos y dinero que debes en cada una, esta práctica acabará siendo un auténtico caos. Puede que se te olvide pagar algunos recibos, lo que aumenta más el crédito a devolver o que no sepas directamente la cantidad de dinero que debes en cada una.
3. No tener control sobre la deuda
En relación con el apartado anterior, no hay error más grande al usar la tarjeta de crédito que no tener un control sobre la deuda que tienes pendiente. Perder la noción sobre el dinero que debes y los plazos solo puede tener un resultado: el endeudamiento. Si no sabes qué dinero debes ni cuándo, no puedes organizar ni planificar tus gastos. Y, como consecuencia, acabarás agotando el crédito, el banco te pedirá cuentas y no podrás hacer frente a ellas. En estas situaciones, aquí te explicamos qué hacer si no puedo pagar mi tarjeta de crédito.
4. Usar la tarjeta para el día a día
Financiar los gastos y compras del día a día no es una práctica recomendada. La explicación es sencilla. Si una persona utiliza una tarjeta de crédito para pagar la compra todas las semanas, siempre tendrá que devolver el dinero gastado más intereses. Por ello, utilizar de manera recurrente la tarjeta de crédito puede provocar el temido efecto bola de nieve que acabe en un sobreendeudamiento de la persona. Y en la imposibilidad de hacer frente a todas las deudas. ¿El resultado? Acabar metido en algún fichero de morosos.
5. No cumplir los plazos
Al contratar una tarjeta de crédito hay que firmar un contrato en el que se detallan todas y cada una de las condiciones asociadas a la tarjeta. Y, por supuesto, se incluyen los distintos plazos en los que hay que devolver el dinero que la entidad te ha prestado, así como la penalización por no hacerlo.
Es fundamental devolver el dinero antes de que se cumpla la fecha. De lo contrario, además del dinero prestado y de los intereses, a la deuda se suman las comisiones por los recibos impagados.
6. Elegir una cuota muy baja
Está claro que la financiación con una tarjeta de crédito es una herramienta muy práctica. Con ella, puedes comprar un producto de un elevado precio y pagarlo en cómodos plazos. Pero hay que tener cuidado a la hora de elegir una cuota para no pagar demasiados intereses.
Hay una línea muy fina entre pagar a plazos de manera cómoda y tener una cuota tan baja que te obligue a pagar demasiados intereses. Hay que encontrar el punto medio que te permita comprar un producto y financiarlo, pero pagar los menores intereses posibles. La regla a seguir es que cuantos menos meses tardes en pagar, menos intereses vas a abonar.
7. Dejarse llevar por los descuentos
En ocasiones, estas tarjetas ofrecen descuentos tentadores por cada compra. Lo que estimula su uso de una manera habitual para conseguir cierto ahorro. Pero no hay que dejarse llevar por estas ofertas. Recuerda que cuanto más utilices la tarjeta, más crédito pendiente y más deuda. Y probablemente el descuento que te ofrecen por comprar a crédito no compense la deuda acumulada por la compra.
8. No elegir una modalidad de pago acorde
Las tarjetas de crédito suelen ofrecer distintos métodos de pago a plazos. Los principales son a fin de mes en diferido o pago aplazado en distintas modalidades, ya sea en un número determinado de meses o con una cuota fija. Sea cual sea el que escojas, debes tener en cuenta cuál es el mejor según tu situación personal para tener control sobre los gastos y evitar deudas pendientes que se alarguen en el tiempo.