Los bancos empiezan a tener en cuenta el cambio climático para dar una hipoteca
¿Conoces el riesgo climático de la ciudad en la que vives o te gustaría vivir? Este va a convertirse en un factor más que los bancos van a tener en cuenta a la hora de conceder una hipoteca a sus clientes. Un nuevo condicionante que va a tener un gran peso en el proceso de contratación del préstamo y que puede no solo encarecer la financiación, sino incluso poner en peligro su concesión.
En concreto, si la vivienda se encuentra en una zona de desastres naturales, en un futuro no muy lejano, la hipoteca podría ser más cara. Esta es una de las principales conclusiones extraídas de un informe presentado por la entidad especialista en financiación, Unión de Créditos Inmobiliarios (UCI). Una guía donde se detallan cuáles son los principales factores medioambientales y riesgos climáticos a los que se enfrenta el parque de vivienda español. Y las implicaciones que podría tener este aspecto en la viabilidad de las hipotecas.
No solo los bancos, sino que los demandantes de vivienda de Madrid quieren cambiarse a otras zonas por cuestiones climáticas, un aspecto que sucede también en otros lugares, como Andalucía, Barcelona y Valencia.
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Por qué el cambio climático importa a la hora de conceder una hipoteca
Los eventos climáticos extremos, como pueden ser las sequías prolongadas, inundaciones repentinas, incendios forestales y tormentas severas, cada vez más frecuentes, representan una amenaza significativa para la economía en general. Una situación ante la que el Banco Central Europeo se ha pronunciado para instar a las entidades financieras a que adopten medidas impulsoras del cambio climático. Y para que incluyan el riesgo climático dentro de su gobernanza y estrategia antes del mes de diciembre de 2024.
A pesar de estas recomendaciones, 6 de cada 10 entidades bancarias todavía no cuentan con marcos sólidos de pruebas de resistencia sobre riesgo climático, según detalla el Banco de España. Aunque a pesar de ello, según explica Cátia Álves, directora de Sostenibilidad y Rehabilitación en UCI, algunas entidades ya han comenzado a analizar el riesgo climático de los inmuebles que financian, dado que es la garantía hipotecaria con la que cuentan los organismos.
Entre las actuaciones concretas, se trabajan con herramientas y métricas que evalúan la vulnerabilidad de las propiedades ante los riesgos climáticos. Un análisis con el que se pretende además estimar el impacto económico que podrían tener en el valor de mercado a largo plazo. Una evaluación que va a permitir tomar decisiones informadas y considerar la resiliencia climática como un factor clave en las estrategias de la inversión.
Ello, en el caso de los particulares, puede ser sinónimo de que les concedan o no la hipoteca o la posibilidad de un aumento del precio de esta si el inmueble se encuentra en una zona de elevada exposición a riesgo de cambio climático.
Qué factores van a tener los bancos en cuenta sobre el riesgo climático
Alves explica que la gestión de las hipotecas va a reflejar un cambio en la operativa bancaria. De tal manera que los riesgos medioambientales van a incorporarse a la ecuación financiera. Desde las inundaciones, hasta los incendios. En concreto, el Banco Central Europeo insta a las entidades a que consideren estos factores para que impacten directamente en la tasación de propiedades y, por tanto, en los gastos asociados de las hipotecas.
Los principales riesgos e impacto que puede tener este riesgo climático en las viviendas pasa precisamente por la depreciación de las propiedades o hasta la pérdida de inversiones.
Riesgo de inundación
Viviendas en zonas inundables con eventos extremos de lluvias o elevación del nivel del mar. Las fuertes inundaciones pueden dañar gravemente las estructuras, así como la infraestructura de los inmuebles. Además, las propiedades costeras también se enfrentan al riesgo de aumento del nivel del mar y erosión, lo que puede llevar a la destrucción de viviendas y pérdida de terrenos.
Riesgo por sequía
Zonas afectadas por sequía. Las viviendas ubicadas en estos espacios afectan a la disponibilidad de agua y, por tanto, al rendimiento de los cultivos. De manera adicional, el riesgo de subsidencia del suelo podría afectar a la estabilidad de las construcciones.
Riesgo de olas de calor extremo
Viviendas ubicadas en zonas con olas de calor extremo. Este tipo de inmuebles podrían sufrir daños estructurales por estrés térmico y causar una mayor demanda de sistemas de enfriamiento, con el consecuente aumento de las emisiones de CO₂.
Riesgo de incendio
Viviendas en zonas con riesgo de incendio. En este caso, el peligro de la propagación rápida de los incendios hacia zonas urbanas podría afectar a las estructuras, así como causar daños a la calidad del aire y riesgos para la salud.
Riesgo de zonas volcánicas
Viviendas en zonas volcánicas. Aquellos inmuebles ubicados en zonas con riesgo de erupción volcánica podría afectar a las edificaciones, así como requiere de medidas de construcción resistentes a esta actividad.
Riesgo de terremotos
Viviendas afectadas por terremotos. La posibilidad de colapso de las estructuras que no estén diseñadas para resistir seísmos supone una amenaza total a la estabilidad estructural de los edificios y a la necesidad de edificar viviendas sísmicamente resistentes.
Las zonas de mayor riesgo en España
El análisis de UCI revela que zonas ubicadas en áreas costeras, como la Costa del Sol y la Costa Brava, se encuentran entre las más expuestas del país a fenómenos extremos, lo que podría impactar directamente en la viabilidad financiera de las operaciones y en la concesión de la hipoteca.
Otros impactos del cambio climático en el mercado inmobiliario
Además de todos estos factores, el cambio climático también tiene un impacto indirecto en el sector inmobiliario por la variabilidad del clima. Los cambios en los patrones de lluvia y temperatura pueden afectar a la demanda de las viviendas, así como al precio de las mismas.
En concreto, desde UCI explican que “ejemplo, las áreas que solían ser atractivas para vivir pueden volverse menos deseables debido a la escasez de agua o al aumento de las temperaturas. Esto puede dar como resultado una disminución en el valor de las propiedades en esas áreas y en la pérdida de inversiones para los propietarios”, concluyen.
Otra de las consecuencias y riesgos de este cambio climático en el sector inmobiliario se da en las estructuras, dado que las ciudades cada vez están más expuestas al riesgo de inundaciones y tormentas, lo que puede afectar a las infraestructuras. Si se deterioran, estas zonas pueden convertirse en menos atractivas para vivir. Lo que supone un impacto negativo en el mercado inmobiliario.
Por todos estos aspectos, es fundamental que los futuros compradores evalúen no solo la ubicación y comodidades de una propieadad, sino también su resistencia a riesgos climáticos.