Los automóviles viejos, combustible para la industria
El sector español de reciclaje del automóvil apuesta por el residuo cero. El tratamiento de vehículos al final de su vida útil en España ha mejorado mucho en los últimos años, de tal forma que el porcentaje de reciclaje alcanza los objetivos europeos. No obstante, aún queda la asignatura pendiente de aprovechar los materiales no reciclables de los que se compone el automóvil. Una pionera iniciativa de los recicladores y fabricantes de coches, que cuenta con el apoyo de la industria cementera, pretende ofrecer una solución a este reto a través de la preparación y uso de estos residuos inertes como combustibles alternativos en plantas de cemento.
La Federación Española del Reciclaje, los fabricantes de coches y las cementeras impulsan una iniciativa para convertir los residuos de automóviles en energía alternativa para la industria. Esta medida hará posible la valorización del 100 % de los automóviles fuera de uso, consiguiendo alcanzar el residuo cero, puesto que un 85 % se reciclará y un 15 % podrá ser valorizado energéticamente, superando así los niveles exigidos por la normativa europea vigente sobre vehículos al final de su vida útil, que fija en un 95 % el porcentaje obligatorio de valorización para el horizonte 2015.
En España el grado de sustitución de combustibles fósiles no renovables (carbón y petróleo) por alternativos en la industria del cemento es inferior al 7 %, lo que nos sitúa a la cola de Europa, donde el promedio es del 18 %, según datos recogidos por la Federación Española del Reciclaje (FER) y por la Fundación Laboral del Cemento y el Medio Ambiente (Fundación CEMA).
Estas cifras ponen de manifiesto que nuestro país se encuentra todavía muy lejos de alcanzar los niveles de utilización de combustibles alternativos procedentes de residuos que emplean el resto de países de la Unión Europea, donde, por ejemplo, es llamativo el caso de estados como el de Holanda que alcanza un porcentaje superior al 80 % o los de Francia o Alemania, con porcentajes que superan el 25 %.
Con el fin de impulsar esta práctica, la FER, junto con SIGRAUTO (Asociación para el Tratamiento Medioambiental de los Vehículos Fuera de Uso) y OFICEMEN (Agrupación de Fabricantes de Cemento de España), abogan por la implantación a nivel nacional de una iniciativa que permite convertir los residuos no reciclables de los vehículos al final de su vida útil en combustible ecológico.
Mediante esta iniciativa, que ya se ha probado con éxito en cinco empresas cementeras del país, las organizaciones mencionadas quieren valorizar cerca de 120.000 toneladas de residuos anuales compuestos de una mezcla de plásticos, fibras textiles y espumas que, hasta la fecha, se desaprovechan en los vertederos, convirtiéndolos en una fuente de energía alternativa para la industria española.
Esta transformación, que garantiza una gestión correcta de los residuos para evitar que dañen el medio ambiente, permite el ahorro anual de alrededor de 80.000 toneladas de petróleo y cerca de 100.000 toneladas de carbón, puesto que éstos tienen un poder energético cercano a las 5.000 kilocalorías/kilo.
Además, al sustituir combustibles fósiles por materiales que, de no ser aprovechados, hubieran sido enterrados en vertederos, contribuye a reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera, ayudando así al cumplimiento del Protocolo de Kyoto.