Los abuelos pasan más tiempo con los nietos por los trabajos de los padres
Más de 5.500 abuelos de edades comprendidas entre los 60 y los 85 años han participado en uno de los mayores estudios observacionales realizados en Europa, el cual ha revelado que los europeos pasan ahora más tiempo con sus nietos y que, pasados los 70, la función del abuelo es más destacada. Esta es la conclusión de SHARE, la encuesta sobre salud, envejecimiento y jubilación en Europa, en la que se estudió a abuelos de once países europeos, en concreto Austria, Bélgica, Dinamarca, Francia, Alemania, Grecia, Italia, Países Bajos, España, Suecia y Suiza.
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El estudio, realizado por el profesor de sociología de la Universidad de Stavanger (UiS, Noruega) Knud Knudsen, señala que los abuelos parecen estar más involucrados que antes en el cuidado de los nietos. Mientras que las abuelas participan más cuando una pareja es joven, esta divergencia entre los dos sexos cambia gradualmente con el paso de los años.
Según el profesor Knudsen: “Es probable que veamos un mayor número de abuelos que dedican tiempo a sus nietos. Pero las condiciones que determinan el ejercicio de esta función pueden diferir entre los dos sexos. Para ambos es una ventaja tener a su lado a su pareja, pero en los abuelos esta condición es más determinante que en las abuelas por lo que se refiere a desempeñar su papel con los nietos. El motivo es que cuando el abuelo tiene aún esposa, le resulta más fácil participar en la vida de sus nietos”.
Padres ocupados por los trabajos
El estudio también ha puesto de manifiesto la aparición de nuevos patrones, según señaló el profesor Knudsen. “Hoy en día, los padres se encuentran ocupados con su trabajo y su carrera profesional. A diferencia de lo que ocurría en generaciones anteriores, cuando los niños tenían prioridad frente a los estudios y el trabajo, los padres de ahora suelen ser mayores y tener trabajos a jornada completa para cuando adquieren la responsabilidad de cuidar hijos. Así pues, en la ajetreada rutina de los padres muy dedicados a su profesión, supone una gran ayuda contar con abuelos sanos y en buen estado que deseen pasar tiempo con sus nietos”.
El cambio en la paternidad moderna se suma a una modificación de la función desempeñada por el número creciente de personas mayores en Europa. Por ello la Unión Europea declaró 2012 el Año Europeo del Envejecimiento Activo y de la Solidaridad Intergeneracional. Los europeos viven más años y disfrutan de mejor salud, y en consecuencia los gobiernos buscan maneras de implicar más a los más mayores en la sociedad y de mantenerles activos. Se espera que esas modificaciones deparen beneficios económicos para el conjunto de la sociedad y, al mismo tiempo, favorezcan el bienestar físico, mental y social de los integrantes de más edad de la sociedad.
Aumento de la edad
Lograr este cambio en la sociedad reviste importancia dado el incremento progresivo de la edad media de la población europea. Según las últimas estadísticas, en los 27 Estados miembros viven algo más de 87 millones de personas mayores de 65 años, lo cual supone el 17,4 % de la población total. En el año 1985 vivían en esos mismos países 59,3 millones de mayores de 65 años que representaban el 12,8 % de la población total.
Tradicionalmente las abuelas han mantenido un contacto mayor y más variado con el resto de la familia que los abuelos y han ostentado la responsabilidad de mantener los lazos familiares. En opinión del profesor Knudsen: “Las normas de la atención están más claras para ella, como mujer, madre y abuela, y además sirve de inspiración para el abuelo. Por consiguiente, el hecho de tener pareja es un factor influyente a la hora de contribuir a la vida de los familiares, sobre todo en los hombres una vez llegan a una edad avanzada. Como en otros estudios sobre el sexo y la vida en pareja, observamos que el matrimonio resulta especialmente beneficioso para los hombres”.
En el estudio se aprecia también que la implicación considerable de los abuelos en la vida de sus nietos se debe también a cambios sociales y demográficos. A raíz de estos, hay tres generaciones cuyas vidas están más interrelacionadas que nunca antes.
Abuelas viudas
Lo que no ha cambiado es lo relativo al matrimonio y la vida en pareja. Los hombres suelen casarse con mujeres que son unos años menores, mientras que estas siguen teniendo una esperanza de vida más elevada. En consecuencia, es más habitual que un hombre de setenta años siga teniendo a su cónyuge en vida que una mujer de la misma edad. Así pues, es frecuente que las abuelas sean viudas y que los abuelos sigan estando acompañados. Al parecer, el hecho de tener una pareja más joven y sana determina sobremanera la implicación del abuelo en la vida de sus nietos.
El profesor Knudsen apuntó que algunas personas podrían atribuir el deseo de los abuelos de invertir tiempo en el cuidado de los nietos, como se observa en este estudio, a la esperanza de recibir ayuda más adelante. «De ser eso cierto, serían las abuelas viudas las que pasasen más tiempo con los nietos, pero no es así.» La teoría del rol sociológico parece ofrecer una explicación más plausible. “El trasfondo personal y social de los abuelos y las abuelas puede ser muy distinto. Aunque las abuelas pasan más tiempo con los nietos, la diferencia en la participación se reduce gradualmente pasados los sesenta años de edad. Y después de los setenta, el abuelo suele tener más protagonismo”.
Por norma los hombres rinden relativamente bien como abuelos por el motivo crucial de que suelen seguir teniendo a su esposa a su lado. A pesar de todo sigue habiendo grandes diferencias. Muchos abuelos tienen otras prioridades o viven muy lejos de sus nietos, lo cual afecta a la cantidad de tiempo que pasan juntos.
El 82 % de las abuelas que cuidan a sus nietos lo hacen por las dificultades laborales de los padres
El Instituto de la Mujer ha presentado un estudio sobre ‘Las abuelas como recurso de conciliación entre la vida familiar y laboral. Presente y futuro’, que analiza el cuidado de las abuelas como mecanismo de conciliación entre carreras laborales y vida familiar. Esta ayuda externa responde a las restricciones que imponen los trabajos de los padres y madres. Todo indica que el principal motor de la ayuda es precisamente la situación de necesidad.
El estudio, sobre una muestra de 600 mujeres que cuidan cotidianamente a menores de 12 años y que residen en grandes ciudades y coronas metropolitanas de seis provincias españolas, como son Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Valladolid y Vizcaya, concluye que el perfil medio es el de una mujer casada, con una edad media cercana a los 61 años y que no trabaja en la actualidad, pero ha trabajado alguna vez, con un estado de salud más que aceptable.
La investigación confirma el predominio de la línea materna en la función de abuela cuidadora. La actividad de cuidado es muy intensiva, dado que la mitad de las entrevistadas dice que dedica más de 4 horas diarias.
Respecto al número de nietos/as a los que cuidan, el 64,4 % de las abuelas cuida a uno, el 26,3 % a dos y el 3,5 % a más de tres. En relación con las actividades de cuidado que realizan, más de la mitad de las abuelas suele acompañar a los/as niños/as al colegio o a la guardería, a pesar de que una parte, por edad, no pueden ir al colegio y que la actividad de las abuelas es, en buena medida, sustitutiva de las guarderías infantiles.
Mucho más central en el papel de las abuelas cuidadoras es la preparación de la comida para los/as nietos/as: el 93 % de las abuelas proporciona alguna comida. La más frecuente es a merienda, pero más de la mitad también dan a su nietos/as la comida del mediodía. En conjunto, para la mayoría de las abuelas el cuidado implica proporcionar al menos una de las comidas principales y aún en el 16,5 % de los casos, las dos, normalmente acompañadas de alguna secundaria.
Respecto a los horarios, el cuidado de mañana es menos frecuente, la tercera parte de las abuelas realiza el cuidado en otros regímenes que implican algo similar a un horario partido, en el que complementan los tiempos vacíos de la jornada escolar.
Motivos del cuidado
Otra constatación que destaca el estudio es el motivo por el que las abuelas asumen el cuidado de sus nietos/as, y es que en el 84,2 % de los casos, la actividad responde a las restricciones que imponen los trabajos de los padres y madres. Todo indica que el principal motor de la ayuda es precisamente la situación de necesidad. Sólo una de cada once abuelas, el 9 %, concibe su actividad claramente como una obligación y la misma proporción tienen una visión más ambigua, según la cual su actividad no es una obligación, pero tampoco un placer. Por otro lado, la sexta parte de las abuelas aduce otros motivos, lo que podría reflejar la incidencia de otras causas del cuidado como el aumento de la monoparentalidad o los problemas sociales de los padres de los/as niños/as.