Lo que tu casero te puede prohibir en un piso de alquiler

Lo que tu casero te puede prohibir en un piso de alquiler
NOTICIA de Jessica Pascual
22.03.2022 - 17:30h    Actualizado 26.12.2022 - 19:26h

Celebrar fiestas, subarrendar habitaciones o tener animales son algunas de las cláusulas prohibitivas que los inquilinos pueden encontrarse en un contrato de alquiler. Y tal y como señala la norma que regula los alquileres, la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) los propietarios tienen la posibilidad de prohibir la práctica de ciertas actividades en sus viviendas. Pero siempre y cuando este hecho aparezca reflejado en el contrato por escrito. Por tanto, para que el propietario de una vivienda pueda prohibir alguna práctica a sus inquilinos, tiene que estar redactado en el contrato de alquiler. De lo contrario, el dueño no puede exigir el cumplimiento de estas restricciones porque no tienen respaldo legal.

En esta guía puedes consultar algunas de las cláusulas que debes revisar antes de firmar un contrato en las que se detallan las principales obligaciones, prohibiciones y normas de la vivienda.

Las prohibiciones tienen que estar en el contrato

Cualquier prohibición que un dueño de una vivienda quiera imponer a sus inquilinos, debe figurar en el contrato antes de firmarlo. Un ejemplo. Si en el documento de arrendamiento no hay una cláusula que especifique que se prohíbe la entrada de animales, el inquilino puede vivir en esa casa con su mascota. Mientras que si en el contrato hay una cláusula que lo prohíbe y, el inquilino tiene la obligación de respetar lo firmado. Y, por tanto, de no meter animales.

En el caso de incumplimiento, el propietario tiene derecho a expulsar al inquilino de la vivienda o a exigirle las penalizaciones pertinentes, siempre y cuando estas figuren también como cláusulas en el contrato.

Es fundamental recalcar este punto y, sobre todo, que cualquier restricción u obligación quede detallada por escrito. Por el contrario, no tiene validez legal que el propietario de una vivienda exija de manera verbal la prohibición de tener mascotas o fumar en una casa. Si no aparece en el contrato, el inquilino no tiene que cumplir esta norma.

Tener perros, gatos y otros animales

No todos los propietarios son partidarios de que los animales entren en su casa. Si bien es cierto que la nueva ley de protección animal los considera como un miembro más de la familia, en el caso de un alquiler, la última palabra la tiene el propietario. Esto quiere decir que todos los dueños que alquilen su vivienda pueden negarse, si así lo prefieren, a que los inquilinos metan a sus animales en casa.

En estos casos es el inquilino tiene la responsabilidad de hacerse cargo de su mascota y, por tanto, de buscar otra alternativa y otros pisos en los que sí acepten animales. Pero tiene que quedar claro que esta responsabilidad no es exigible al dueño, quien puede negarse perfectamente a aceptar animales en su casa.

Si quieres saber más sobre este tema, aquí te explicamos todo lo que necesitas saber sobre si se pueden prohibir mascotas en un piso de alquiler.

¿Puedo subarrendar una habitación de un piso de alquiler?

Esta es una de las cláusulas prohibitivas que suele aparecer en muchos contratos de alquiler. Y solamente si el propietario da permiso, el inquilino puede subarrendar habitaciones o la casa entera si se va de vacaciones. Por el contrario, si en el contrato hay una cláusula que lo prohíba, el inquilino no puede sacar beneficio por subarrendar la vivienda.

¿Se puede prohibir fumar en un piso de alquiler?

Al igual que en el caso anterior, el propietario puede añadir al contrato una cláusula sobre la prohibición de fumar en el interior de la vivienda. Y, detallar, por ejemplo, si la casa tiene terrazas o balcones, la posibilidad de hacerlo en estos espacios abiertos. O de no permitirlo aquí tampoco.

El casero tiene libertad para exigir esto en el contrato. Y el inquilino también tiene completa libertad para buscar otra vivienda en la que no le prohíban fumar si así lo prefiere. Eso sí, si en el contrato no figura nada al respecto, el dueño de la vivienda no puede exigir que la casa sea un espacio libre de humos.

Como hemos explicado al principio del artículo, el incumplimiento de esta o alguna otra cláusula es motivo de rescisión del contrato. Así que lo más recomendable es respetar toas las cláusulas, sobre todo con el tabaco. Básicamente, porque el olor se queda impregnado en sofás, cortinas, ropa y en prácticamente todos los rincones de la casa.

¿Puedo hacer una barbacoa en la terraza de un piso?

Depende de lo que ponga en el contrato de alquiler. Para empezar, en estos casos es el propietario el que debe revisar los estatutos de la comunidad de vecinos y la Ordenanza Municipal. En estos documentos puede comprobar si está permitido hacer una barbacoa en la terraza de su piso.

Pero independientemente de que se pueda hacer o no, el propietario tiene la última palabra. Y si no quiere permitir esta práctica en su casa y así lo detalla en el contrato, el inquilino debe respetarlo. Y cumplir con todas y cada una de las cláusulas firmadas en el contrato.

Si quieres saber más sobre este tema, aquí puedes consultar en qué casos puedes hacer una barbacoa en la terraza de un piso.

¿Puedo hacer reformas?

Hay que tener en cuenta que una de las desventajas de vivir de alquiler es que la casa nunca es propiedad del inquilino. Y, como consecuencia, estos tienen sus limitaciones. Una de ellas tiene que ver con las reformas, puesto que si el contrato prohíbe realizar obras por pequeñas que sean, el inquilino no puede modificar absolutamente nada. Ni pintar una pared, ni hacer un pequeño taladro, ni cambiar el suelo o los azulejos de la pared. Nada si así se refleja en el contrato.

En el caso de que en el documento no aparezca mención a este tema, hay que tener en cuenta dos cosas:

En cualquiera de los casos es recomendable hablar con el propietario para evitar conflictos. Porque los inquilinos tienen la obligación de dejar la casa en las mismas condiciones y estado en la que se la encontraron. En el caso de no respetarlo, además de las posibles penalizaciones o rescisión del contrato, pueden perder la fianza.

¿Pueden prohibir el acceso a la piscina de la comunidad?

Es el propietario el que tiene que señalar si los inquilinos pueden hacer uso de las zonas comunes del edificio. Si, por ejemplo, hay una piscina comunitaria o pistas de deporte conjuntas, los inquilinos pueden disfrutarlas si el propietario así lo dicta en el contrato.

Si lo prohíbe porque el mismo quiere hacer uso de esas zonas como propietario de la vivienda, los inquilinos tienen que aceptar la norma si deciden firmar el contrato.



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