Llegamos a los 7.000 millones de habitantes en la Tierra
Seis mil millones de habitantes y pico. Esa era la respuesta habitual sobre el número de habitantes del planeta Tierra. A partir de hoy la respuesta es otra, siete mil millones y pico. Y es que, según los cálculos de la ONU, hoy nacerá el habitante número 7.000 millones. Un número redondo que, a pesar de ser mera anécdota, lleva a plantear en qué condiciones viven todos esos ciudadanos.
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“¿Cómo hemos llegado a cantidades tan grandes? ¿Cuánta gente puede sostener nuestra Tierra? Esas son preguntas importantes, pero tal vez no son las correctas en nuestros tiempos. Cuando nos focalizamos en las grandes cantidades, corremos el riesgo de quedar abrumados y perder de vista las nuevas oportunidades de mejorar las vidas de todos en el futuro. Por consiguiente, en lugar de preguntar: ¿Somos demasiado numerosos?, deberíamos preguntar en cambio: ¿Qué puedo hacer yo para que nuestro mundo sea mejor? o ¿qué podemos hacer para que nuestras populosas ciudades pasen a propiciar la sostenibilidad?”.
Con estas palabras comienza el informe Estado de la población mundial 2011, que ha presentado el Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA) y cuyo dato más llamativo, o que más titulares está generando es que hoy, 31 de octubre de 2011, se estima que la población de la Tierra llegue, y al momento supere, los 7.000 millones de habitantes.
Otros datos que pueden llegar a poner en cuestión nuestro modo de vida, y si éste será viable en el futuro, son los siguientes: hoy hay en el mundo 893 millones de personas mayores de 60 años. Al promediar este siglo, esa cantidad llegará a 2.400 millones. Actualmente, una de cada 10 personas vive en una ciudad, pero dentro de solamente 35 años vivirán en ciudades dos de cada tres personas. Las personas menores de 25 años ya constituyen el 43 % de la población mundial y en algunos países llegan hasta un 60 %.
“Si desde ahora se planifica correctamente y se efectúan las debidas inversiones en las personas -a fin de facultarlas para que efectúen opciones que no solamente son beneficiosas para ellas mismas, sino también para nuestros bienes públicos mundiales- nuestro mundo de 7.000 millones puede tener ciudades prósperas y sostenibles, fuerzas laborales productivas que impulsen el crecimiento económico, poblaciones de jóvenes que contribuyan al bienestar de las economías y las sociedades, y una generación de ancianos saludables que participen activamente en los asuntos sociales y económicos de sus comunidades”, lanza como mensaje de esperanza Babatunde Osotimehin, director djecutivo del UNFPA, en el prólogo del documento.
El informe habla en primera persona, sobre “el terreno”, contando casos particulares de habitantes de nueve países: China, Egipto, Etiopía, Finlandia, la India, México, Mozambique, Nigeria y la ex República Yugoslava de Macedonia.
La cifra, los 7.000 millones, ha sido calificada como “éxito” en el informe porque “las personas tienen vidas más largas y más saludables”. Aunque también hay ‘peros’: “No todos se han beneficiado con ese adelanto ni con la más alta calidad de vida que entraña. Persisten las grandes disparidades entre distintos países y dentro de un mismo país. También hay disparidades en cuanto a los derechos y las oportunidades de que disponen hombres y mujeres, niñas y niños varones. Hoy es más importante que nunca marcar un sendero de desarrollo que promueva la igualdad y no exacerbe ni refuerce las desigualdades”.
Por otro lado, en el informe World Population Prospects: The 2010 Revision (publicado en mayo de 2011), la División de Población, Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, prevé una población mundial de 9.300 millones de personas en 2050, cantidad superior a la de estimaciones anteriores (habrá 1.000 millones de asiáticos y 1.200 millones de africanos más en el mundo). También prevé que al finalizar el presente siglo habrá más de 10.000 millones.
El 31 de octubre de 2011 se superarán los 7.000 millones de habitantes en el mundo
El 31 de octubre de este año, el mundo se encaminará a cruzar un umbral cuando la población mundial llegue a 7.000 millones de personas, lo que representará un aumento muy rápido en 61 años con relación a los 2.500 millones de habitantes que poblaban la Tierra en 1950. No obstante, todavía la mayoría de muertes y enfermedades vinculadas al embarazo “pueden evitarse con sistemas de salud más sólidos, una buena administración y mucha menos pobreza”, señala Tamar Manuelyan Atinc, vicepresidenta de la red de Desarrollo Humano del Banco Mundial
Este hito en cuanto al número creciente de la población recuerda que las tasas de natalidad en muchos países en desarrollo son significativamente mayores que en otras partes del mundo con mejores condiciones económicas, por lo que es más difícil para las naciones pobres lograr los mejores resultados de salud materna e infantil exigidos por los objetivos de desarrollo del milenio para 2015.
Entre 10 y 20 millones de mujeres siguen siendo víctimas cada año de enfermedades prevenibles de salud reproductiva y las mujeres jóvenes están especialmente en riesgo de muerte y enfermedad. La mortalidad materna se redujo de 546.000 en 1990 a 358.000 en 2008. Sin embargo, el 99 % (355.000) de las muertes sigue ocurriendo en los países en desarrollo, con las mayores tasas de mortalidad materna en África al sur del Sahara (640 por 100.000 nacidos vivos).
Un año después de la puesta en marcha del Plan de Acción para la Salud Reproductiva del Banco Mundial, los expertos de la institución señalaron a varios países que lideran la mejora de los resultados de salud reproductiva: Mozambique está mejorando el suministro de fármacos e insumos médicos esenciales, incluidos los anticonceptivos. Swazilandia está capacitando en obstetricia a médicos y parteras . Bangladesh está mejorando la prestación de servicios de salud reproductiva, materna e infantil, incluido un mejor acceso a los asistentes de parto calificados y una mejor nutrición para las mujeres embarazadas y los niños.
En Yemen, los programas del Banco están aumentando el acceso a los servicios de salud materna e infantil, especialmente en las zonas rurales más alejadas del país.
Sistemas de salud más sólidos
Atinc destaca que es fundamental una mejor educación de las niñas para mejorar la salud materna e infantil en los países pobres. El análisis de encuestas demográficas y de salud muestra que las mujeres con educación secundaria o superior tienen menos hijos que las mujeres con educación primaria o sin educación en todas las regiones.
“La promoción de la anticoncepción y la planificación familiar es vital para reducir las tasas de natalidad, como lo es el fortalecimiento de los sistemas de salud para asegurar que estos servicios lleguen realmente a las mujeres pobres”, dice la Dra. Sadia Chowdhury, jefa del equipo del Banco para el Plan de Acción para la Salud Reproductiva y ex pediatra en Bangladesh.
“Y una y otra vez vemos cómo la educación de la mujer le permite atender mejor a sus hijos, forma habilidades para el trabajo que le permiten incorporarse al mundo laboral y casarse más tarde en la vida, le da el poder de decir qué cantidad de hijos quiere y cuándo, y estas son cualidades perdurables que ella también va a legar a sus hijas e hijos”.
Altos niveles de muertes maternas
El Plan de acción para la salud reproductiva detalla la participación del Banco en materia de salud sexual y reproductiva de 2010 a 2015 se centra en 57 países prioritarios con altos niveles de mortalidad y discapacidad materna, altas tasas de fertilidad, y niveles de prevalencia por encima del promedio de infecciones de transmisión sexual (STI, por sus siglas en inglés) .
La mayoría de estos países se encuentra en África al sur del Sahara y en Asia meridional, y muchos califican para créditos sin intereses en el marco del fondo del Banco para los países más pobres, la Asociación International de Fomento (AIF).
El plan de acción se centra en fortalecer los sistemas de salud para mejorar los resultados de salud reproductiva, incluyendo el uso de diferentes innovaciones en el financiamiento, la prestación de servicios y la gestión de los recursos humanos. El objetivo del Banco es prestar servicios de salud reproductiva a las familias más pobres, tratando de brindar especialmente a los jóvenes un mejor acceso a los servicios y la información.
Del 26 al 28 de julio en la ciudad de Washington, el Banco Mundial junto con la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, la Agencia Noruega para la Cooperación y el Desarrollo, la Fundación Bill y Melinda Gates y Grandes Desafíos de Canadá, copatrocinará la final del concurso mundial, “Salvar vidas al nacer: un gran desafío para el desarrollo”, que identifica y financia tecnologías e innovaciones para salvar vidas, destinadas específicamente a madres y recién nacidos. De las 600 propuestas recibidas de organizaciones de la sociedad civil, universidades y empresas, se seleccionaron 76 finalistas para concursar por los premios.