Leche con galletas, anti insomnio
Los cereales y la leche son la combinación perfecta para acabar con el insomnio al ser alimentos ricos en triptófano (aminoácido encargado en nuestro organismo de sintetizar la hormona melatonina, sustancia implicada en la inducción al sueño). Por el contrario, deben evitarse en las últimas horas del día frutas ricas en vitamina C como la naranja o el kiwi, bebidas como el té o el café o carnes rojas y embutidos ricos en tiroxina.
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Para dormir, leche con galletas
Tan importante como incluir una serie de alimentos en nuestra dieta diaria es la hora en la que ingerimos dichos productos. Así lo asegura la catedrática de Fisiología de la Universidad de Extremadura, Carmen Barriga.
Precisamente por eso, la investigadora, especialista en Crononutrición, recomienda a las personas que padecen insomnio, o a las que les cuesta conciliar el sueño, tomar el remedio casero de toda la vida antes de ir a dormir: un vaso de leche caliente con una cucharada de azúcar y unas galletas.
Esta fórmula, según explica Barriga, es la combinación perfecta, puesto que tanto los cereales como la leche son alimentos ricos en triptófano (aminoácido encargado en nuestro organismo de sintetizar la hormona melatonina, sustancia implicada en la inducción al sueño).
Alimentos para dormir bien
Pero no es el único alimento que puede facilitar la somnolencia durante la noche. De hecho, todos los alimentos que contienen triptófano o incluso serotonina o melatonina son idóneos para tomarlos al anochecer o en la cena. Así, los plátanos, las cerezas, los cereales, el tomate, la lechuga, el pescado, los frutos secos o los frutos rojos pueden ayudar a dormir bien y obtener un sueño más reparador.
Por contra, debe evitarse en las últimas horas del día frutas ricas en vitamina C como la naranja o el kiwi, bebidas como el té o el café o carnes rojas y embutidos ricos en tiroxina, ” un aminoácido precursor de las catelocaminas y dopaminas que son las que nos hacen estar despiertos” afirma la profesora de la UEx. Estos productos es recomendable tomarlos durante la mañana.
Otras aplicaciones de la melatonina
El Grupo de Neuroinmunofisiología y Crononutrición de la Universidad de Extremadura lleva años estudiando temas de Crononutrición, la disciplina que se encarga de analizar cómo afectan determinados elementos presentes en los alimentos a nuestros ritmos biológicos, en especial al ritmo sueño/vigilia.
Actualmente, este grupo de investigación está centrado en intentar a través de la nutrición actuar sobre los problemas de insomnio en las personas mayores, en las que los niveles de melatonina son prácticamente inexistentes.
Paralelamente, se está llevando a cabo investigaciones en el campo nutracéutico, dirigido por Rodríguez Moratinos, para la comercialización de un producto concentrado a base de cerezas del valle del jerte con propiedades dietéticas y medicinales. Este compuesto presenta propiedades preventivas y terapéuticas frente al insomnio, estrés oxidativo y depresión.
No dormir bien engorda
No dormir bien engorda debido a que la falta de sueño aumenta el deseo por alimentos ricos en calorías, según un estudio de la Universidad de California, que confirma así la relación entre los trastornos del sueño y la obesidad. El hecho de que no dormir bien aumente la actividad asociada con el impulso de comer (izquierda) y disminuye la que controla la buena elección de alimentos está asociado a países industrializados donde se duermen menos horas.
Numerosas investigaciones han relacionado el aumento de la obesidad en los países industrializados con una constante disminución en las horas de sueño. Pero los mecanismos cerebrales implicados en el proceso aún no han sido suficientemente estudiados.
Ahora un equipo de investigadores de la Universidad de California ha demostrado que la falta de sueño causa cambios en el cerebro asociados con un mayor deseo por alimentos altamente calóricos. Los resultados del estudio se publican en la revista Nature Communications. Según explica Matthew P. Walker, autor principal del trabajo, “estudios previos habían demostrado que las personas que duermen menos, tienden más al sobrepeso y obesidad. Nuestro estudio pretende lograr una mayor comprensión de los posibles mecanismos cerebrales que explican esta relación”.
El equipo de Walker llevó a cabo un experimento en el que participaron 23 individuos sanos (13 de ellos mujeres) y examinó su actividad cerebral tras una noche completa de sueño y después de una noche sin dormir.
Durante la medición de la actividad cerebral, llevada a cabo con un escáner de resonancia magnética, los participantes fueron decidiendo cuanto querían comer de un total de 80 elementos que les fueron mostrados.
Resultados: No dormir bien engorda
“Nuestros resultados han demostrado que las regiones del cerebro relacionadas con la toma de decisiones de alto nivel quedan embotadas por la falta de sueño a la hora de elegir alimentos. Por el contrario, las estructuras profundas del cerebro que controlan la motivación y el impulso se amplifican”, dice el investigador. Además –añade– “un hallazgo adicional interesante fue que a los participantes privados de sueño les apetecían más los alimentos ricos en calorías”.
Walker indica que esta menor actividad cerebral en regiones que controlan las buenas decisiones, en combinación con la amplificación en aquellas más relacionadas con la recompensa inmediata, encaja bien con las teorías de que la falta de sueño favorece el aumento de peso y la obesidad Por ello, el científico opina que “promover que la gente duerma un número adecuado de horas puede ser una buena fórmula para facilitar el control de peso en la población, favoreciendo los mecanismos cerebrales que gobiernan una buena elección de los alimentos”.