Las vacaciones perfectas deben combinar descanso y placer
Para pasar unas vacaciones perfectas hay que plantearse la personalidad del individuo y el ritmo de vida cotidiano que tiene, huyendo de las vacaciones “estandarizadas”, para en los primeros días descansar y en la segunda parte dedicarlo a hacer “lo que nos apetezca”.
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Vacaciones: ¿lujo o necesidad?
“El concepto vacaciones ha cambiado radicalmente en los últimos años. De ser un artículo de lujo, ha pasado a convertirse en una necesidad médica”, asegura el doctor José Antonio López Rodríguez, vicepresidente de la Asociación Española de Psiquiatría Privada (ASEPP). “Vivimos sometidos a un estrés psicofísico de semejantes características que es obligatorio por el bien físico y mental del individuo parar, descansar y desconectar.”
¿Cómo son las vacaciones perfectas?
Para este fin, asegura este experto, no es necesario realizar un largo viaje o utilizar los lugares “ideados por el imaginario popular” para descansar. “Hay que huir de las vacaciones estandarizadas de playa, montaña o viaje por Europa. Es necesario que el individuo se plantee qué vacaciones necesita en función de su vida personal, su ritmo de vida, su estrés diario, su situación personal, etcétera”, asegura el doctor López Rodríguez. Ahora bien, la sociedad y el mundo en el que vivimos, no facilita la tarea de “elegir vacaciones al gusto. La familia, el trabajo y, hoy más que nunca, el factor económico condicionan el descanso necesario para el individuo”. Sin embargo, estos condicionantes son “relativamente” salvables, pues no es tan importante el dónde sino el tipo de actividades que se realizan durante el periodo vacacional.
“El objetivo de las vacaciones es darle un descanso a nuestro cuerpo y a nuestra mente, sobre todo a nuestra mente, de modo que lo recomendable es cambiar de ritmo y de actividad y permitirnos tiempo y espacio para hacer aquellas cosas que siempre queremos hacer y que no hacemos”, asegura el doctor. En este sentido, este experto asegura que existen diferentes tipos de vacaciones, tantas como individuos.
En nuestra sociedad actual, en la que el ajetreo, las prisas y el nerviosismo tienden a imperar, se hace más que necesario “servir al cuerpo y la mente de un espacio donde abunde todo lo contrario: calma, serenidad y tranquilidad”. Sin embargo, la sociedad en que vivimos parece tener cierto miedo a practicar el “sano ejercicio de no hacer nada” y aún en vacaciones “tendemos a copar todas nuestras horas libres con multitud de actividades”.
Vacaciones adaptadas
Las vacaciones han de adaptarse a la personalidad del individuo. Es decir, “aquellas personas de naturaleza muy activa y con un trabajo muy estresante, bajo ningún concepto han de seguir aquellos consejos bienintencionados de sus familiares y amigos que les instan a no hacer absolutamente nada durante las vacaciones, pues lo más seguro es que dicha inactividad acabe generándoles un cuadro de ansiedad”. Por el contrario, asegura el doctor López Rodríguez, “han de mantener, si así lo desean, su nivel de actividad, ahora bien, practicando una actividad que nada tenga que ver con su actividad laboral.”
Como norma general, a estos individuos les cuesta mucho “desconectar” de su actividad laboral, algo que solo es posible si encuentran una actividad “muy motivadora y placentera” que les permita dejar a un lado los temas pendientes del trabajo para desconectar. “Si tras probar con diversas actividades la persona no es capaz de relajarse, es probable que estemos hablando ya de algún tipo de problema relacionado con el estrés y sería conveniente que aprendiera a vivir de otra manera con ayuda psiquiátrica”, concluye el doctor.
Desconectar y descansar
Por el contrario, existe otro perfil de individuos, “mucho más relajados y tranquilos a los que las vacaciones de hamaca y la vida contemplativa durante el periodo vacacional les vienen perfectas para desconectar y cargar pilas de cara a la vuelta al trabajo”.
El vicepresidente de ASEPP distingue dos partes importantes en las que han de dividirse las vacaciones. “La primera de ellas hace referencia a los primeros días, en los que es necesario un descanso físico, un sueño reparador que nos predisponga a estar descansados y disfrutar de la segunda parte de nuestras vacaciones”, explica el doctor. Esta segunda parte tiene un componente más lúdico, “olvidemos el reloj, los horarios impuestos por la sociedad y los teléfonos, dejemos de lado las prisas y dediquémonos a hacer lo que nos gusta, lo que siempre queremos hacer y en el día a día no nos da tiempo y lo más importante, dediquémonos tiempo a nosotros”.
Una parte fundamental de las vacaciones, según el doctor López Rodríguez, ha de estar dedicada a la reflexión. “En un ambiente distendido, sin presiones de ningún tipo, es el momento perfecto para reflexionar sobre nuestra vida, en lo que hacemos a diario, ¿Es lo que nos gusta? ¿Nos hace felices? ¿Queremos cambiar algo? ¿Podemos cambiar algo? Traer de las vacaciones un propósito y llevarlo a cabo nos hará sentir que realmente han sido unas vacaciones descansadas, aprovechadas y meditadas”.
Los españoles son los europeos que menos disfrutan de las vacaciones si tienen que trabajar durante esos días
El poder desconectar de la rutina diaria, olvidar los madrugones, las reuniones y todo lo relacionado con el trabajo, pero ¿realmente los españoles desconectan cuando se van de vacaciones? Según una encuesta realizada por TripAdvisor, la mayor web de viajes del mundo, entre más de 750 españoles y cerca de 11.000 europeos sobre trabajar en vacaciones, casi la mitad de los españoles (47 %) mira su correo de trabajo mientras está de vacaciones y no desconecta.
Sin embargo, a pesar de este dato, los españoles son los europeos que más desconectan en vacaciones junto con los británicos (48 %), pues en el caso de los alemanes la cifra aumenta hasta el 61 %, en los italianos es un 58 % y en los franceses un 50 %. Además, otra de las conclusiones que arroja el estudio es que el 46 % de los españoles lo hace para reducir el volumen de mails de cara a la vuelta, un 25 % porque le relaja más estar pendiente de lo que sucede en el trabajo y un 23 % afirma hacerlo porque le encanta su trabajo, aunque el 52 % comenta que suele leer los correos electrónicos por encima y contestar sólo a lo más importante.
Parece ser que leer mails en vacaciones es algo habitual, sin embargo, responder llamadas o hacer otro tipo de tareas relacionadas con el trabajo ya no tanto, pues un 30 % de los españoles no lo ha hecho nunca y, por ejemplo, un 82 % asegura no haber hecho nunca una presentación u otras tareas del trabajo. Además, el 54 % afirma leer los emails del trabajo a diario o casi a diario, mientras que un 37 % lo hace de vez en cuando.
¿Disfrutamos menos si tenemos que trabajar?
Cabe destacar también que para el 57 % de los españoles tener que trabajar en vacaciones está reñido con el disfrute de las mismas, pues es algo que -afirman- les afecta si tienen que hacerlo, siendo el porcentaje más alto de los países europeos participantes en la encuesta, puesto que para los franceses es un 35 %, británicos (32 %), alemanes (27 %) e italianos (22 %).
Por otro lado, los españoles son los europeos que más convencidos están de que su empresa espera que estén disponibles para trabajar en vacaciones. Así lo cree un 32 % de los encuestados, mientras que en italianos y alemanes es un 23 % respectivamente, franceses un 20 % y británicos un 13 %.
“Está claro que aunque pasamos casi un año saboreando la llegada de los días de ocio y asueto, nos cuesta un poco desconectar al 100 % de nuestro trabajo, aunque sea simplemente por saber cómo están yendo las cosas en nuestra ausencia o para restar volumen de trabajo a nuestra vuelta”, comenta Blanca Zayas, responsable de comunicación de TripAdvisor España.