Las señales para detectar si mi hijo hace bullying o lo sufre
El bullying es uno de los grandes problemas a los que se enfrentan los niños y adolescentes. De manera física, a través de redes sociales o por mensajes de WhatsApp, el acoso escolar, por desgracia, está muy presente. ¿Pero, cómo saber detectar este acoso a tiempo y evitar problemas aún mayores? Para ayudar a los padres en esta tarea, la psicóloga Pilar Conde, de Clínicas Origen, da las claves para saber identificar las señales y detectar si tu hijo hace bullying o lo sufre. También puedes encontrar recomendaciones generales de cómo actuar en cada caso.
En cualquiera de los dos casos, tanto si tu hijo intimida a otros como si acosa a otros niños, es fundamental detectar el problema y actuar con rapidez. Esto se debe a que el comportamiento por parte de los acosadores “hace mella en el bienestar emocional y psicológico de los víctimas, pudiendo provocar desenlaces muy dolorosos”, señala Conde.
Además de todas estas señales, es crucial aplicar los consejos de los expertos sobre cómo enseñar a los niños a usar bien la tecnología para combatir el acoso escolar.
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Cómo saber si mi hijo hace bullying
Puede que hayas notado algún comportamiento extraño en tu hijo, pero no hayas sabido a qué asociarlo. Mayor agresividad, sentimiento de superioridad o comportamientos impulsivos son algunos de lo indicadores que, como padres, deben poneros alerta porque evidencian que tu hijo puede estar acosando a otros niños. Las principales señales son:
- Que muestre una falta de empatía ante emociones ajenas.
- Se sienta superior frente a otros niños iguales que él y les critique, insulte o descalifique.
- Ve con buenos ojos la comprensión de acciones vejatorias que pueda ver en televisión.
- Tenga mal comportamiento con compañeros. Suele tener amigos alrededor, pero es probable que los critique.
- Si los profesores citan a los padres para hablar sobre comportamientos disruptivos.
- Muestra comportamientos impulsivos y agresivos.
Los niños que hacen bullying suelen tener problemas emocionales en la mayoría de los casos o incluso problemas cuyo origen está en el entorno familiar. En cuanto a la explicación de su comportamiento, la psicóloga añade que puede deberse a la “repetición de patrones de abuso que vive en casa o de que el menor se sienta vulnerable e indefenso y necesite cubrir esos puntos débiles a través de la fuerza y poder sobre otros”.
Ante estas situaciones, los principales puntos a trabajar con el acosador son la empatía y asertividad. El objetivo es que cambie su mentalidad sobre sus actuaciones y no repita estos patrones de comportamiento.
Cómo detectar si mi hijo es víctima de bullying
El acoso que reciben las víctimas de bullying les hace sentirse inferiores al resto y no valorarse. Se sienten solos, despreciados y aislados. De hecho, los niños que sufren este acoso llegan a creer que no son capaces de defenderse por ellos mismo. Como consecuencia, “la presencia de estas emociones sumadas a otros síntomas clínicos derivados de este acoso pueden provocar la aparición de una mentalidad de gran riesgo, pensar que quitarse la vida es la única salida” comenta la psicóloga.
Por este motivo, entre los síntomas y señales que pueden advertir a los padres de que un menor está siendo víctima de bullying destacan los siguientes:
- Odio, rencor o enfado de manera generalizada por lo que está sucediendo. Hay niños que adoptan un comportamiento negativo por la tensión que vive.
- Los menores que se aíslan y dejan de quedar con sus amigos
- Dejan de ir a actividades de ocio y de deporte
- Ponen excusas y trabas para ir al colegio con el fin de no tener que enfrentarse a esas situaciones
- Evolución negativa de su rendimiento y calificación escolar
- No quiere hablar con los padres sobre ningún tema del colegio ni de sus compañeros
- Se siente triste, llora y no sabe comunicar ni explicar lo que le sucede
- No tiene vida social, sus compañeros no le invitan a sus cumpleaños o pone excusas para no ir
- Si tenía redes sociales, las ha cerrado o borrado para evitar el contacto con sus acosadores o sufrir ciberbullying.
- Sus compañeros o amigos adoptan un comportamiento extraño y no saben explicar a los padres de la víctima lo que sucede
- Sufre trastornos de la alimentación y el sueño
- Evita la comunicación con sus padres
Cómo actuar ante un caso de acoso escolar
Una vez que se ha detectado el problema, hay que intervenir cuanto antes, para proteger y ofrecer seguridad a la persona que está siendo víctima de acoso. La actuación debe plantearse y organizarse con la colaboración tanto de padres como de los profesores para conseguir unas medidas de protección adecuadas.
Una vez que se asegura la protección del menor, el siguiente paso es abordar el tema con todas las partes implicadas, desde la o las personas que abusan hasta sus familiares. También deben intervenir las personas que han visto el acoso y no han hecho nada más que actuar de meros espectadores.
A la hora de tratar uno de estos casos, no solamente es importante cuidar a la víctima, sino también tratar el asunto con el acosador. Hay que trabajar en este entorno, señala Conde, porque es posible reconducir la conducta del acosador.
Además, durante el proceso es crucial resaltar la importancia de tener conciencia de qué es el abuso y cuáles son sus posibles consecuencias para inculcar a los acosadores la importancia de no tomarse a la ligera el acoso escolar.
Del bullying al suicidio
El bullying es una lacra que multiplica por 2,5 las probabilidades de suicidio entre los menores. Las cifras del Instituto Nacional de Estadística hablan por sí solas. A lo largo del año 2020, el 31,1 % de los fallecimientos de menores y adolescentes de entre 10 y 19 años fueron a causa del suicidio. Datos que convierten a este como el primer motivo de muerte por causas externas.
Además del bullying en entornos escolares, las nuevas tecnologías y la digitalización han impulsado el ciberbullying. “El acoso ha pasado de las aulas y patios de recreo a una constante que puede comprender las 24 horas del día, los 7 días de la semana”, comenta Jaume Amorós, psicólogo de Qustodio, empresa de bienestar digital para las familias.
Este acoso escolar, sumado al ciberbullying, son los factores de riesgo más importantes de la conducta suicida, según Save the Children, que multiplica por 2,55 las probabilidades de suicidio entre los menores. Y lo peor es que son innumerables los motivos que pueden utilizar los acosadores para convertir a un menor en una víctima de acoso de manera repetida y alargada en el tiempo. La nariz, unas gafas, las orejas, llevar ortodoncia, el color del pelo, una personalidad más reservada… Los acosadores pueden hacer bullying por cualquiera de estos y otros motivos y diferentes maneras. Desde el abuso físico, psicológico, presencial hasta digital.
Ante estas situaciones, la prevención es la mejor herramienta para detectar el acoso, poner solución al problema. Pero “cada niño es un mundo y, si tu hijo está siendo víctima de ciberacoso, puede que muestre todos estos síntomas o ninguno de ellos. Nadie puede juzgar mejor que los padres y madres su comportamiento diario, por ello, es importante continuar observando su conducta”, informa Amorós. Algunos de los síntomas que evidencian que un menor sufre este tipo de abuso son:
- No quiere ir al colegio porque en la mayoría de los casos conocen a sus acosadores en persona y evitan ir a clase para no encontrarse cara a cara con ellos.
- Si sufre cambios de conducta en el uso de la tecnología. Si un niño cambia los patrones en sus hábitos con el ordenador o tablet, hay que prestar atención para averiguar el motivo.
- Frustración, enfado o irritabilidad tras conectarse a internet. Lo que puede provocarles ansiedad
- Cambios en la conducta de sueño. Si un niño está preocupado, probablemente sufra cambios y alteraciones en sus rutinas de sueño. O que, directamente, no pueda dormir.
- Cambios en los hábitos de la alimentación. El acoso puede afectar al apetito en cualquier sentido y empiecen a perder o ganar peso sin razón aparente y a un ritmo bastante rápido.
- Se sienta avergonzado por miedo a contarle a alguien lo que le pasa.
- Problemas de autoestima. Este maltrato psicológico provoca una pérdida completa de autoestima de los menores que puede provocar cuadros de ansiedad.
Sobre cómo actuar ante una situación de ciberbullying, “aunque la primera reacción como progenitores es evitar que el menor esté expuesto a la tecnología, no es la adecuada. Es posible que él sienta que el problema es culpa suya si le prohíbes usarla. Lo mejor es animarlos a compartir más tiempo contigo o con sus amigos en el mundo real”, concluye Amorós.