Las redes sociales crean jóvenes más despiertos

Las redes sociales crean jóvenes más despiertos
NOTICIA de Javi Navarro
25.01.2011 - 15:22h    Actualizado 25.06.2021 - 11:58h

Los usuarios más activos en redes sociales son a su vez más críticos y conscientes de las oportunidades y los riesgos del uso intenso de la tecnología, aunque al mismo tiempo adoptan conductas más expuestas en la Red frente al comportamiento de los no usuarios de redes sociales. Esa es una de las conclusiones que se desprenden del último estudio del Foro Generaciones Interactivas sobre “Menores y Redes Sociales” en España.

Más de una tercera parte de los jóvenes internautas españoles, de edades comprendidas entre 10 y 18 años, ha publicado y administra un perfil en una red social y un 35 % tiene más de uno, lo que sitúa a este último grupo como usuarios avanzados de este tipo de herramientas de comunicación 2.0. Así, podemos decir que más del 70 % de los menores internautas españoles son usuarios habituales de redes sociales, una herramienta que utilizan para afianzar sus relaciones sociales ‘reales’ y cuyo uso resta tiempo al ocio tradicional, entre otros. Este es uno de los datos que arroja el estudio “Menores y Redes Sociales” en España, un informe que ha sido elaborado por expertos de la Universidad de Navarra en el marco de actividades del Foro Generaciones Interactivas, y que hoy se ha presentado en Madrid.

El acto de presentación del estudio ha contado con la presencia de Iñaki Urdangarín, presidente de honor del Foro Generaciones Interactivas, Sebastián Muriel, director general de Red.es, Benilde Caro, director del Foro, y los autores del estudio Xavier Bringué y Charo Sádaba, de la Universidad de Navarra.

El informe pretende analizar el entorno y hábitos de los menores como usuarios de las redes sociales en España y, en concreto, relacionando su perfil de uso de dichas redes (no usuario, usuario o usuario avanzado) con su acceso a la tecnología, su conocimiento, sus relaciones familiares o los riesgos y oportunidades que les plantean, entre otros aspectos.

De acuerdo con los datos del estudio, los menores que utilizan redes sociales son más críticos y más conscientes de las oportunidades, pero también de los riesgos, que encierra un uso intenso de las nuevas tecnologías, aunque al mismo tiempo adoptan conductas más expuestas en la Red frente al comportamiento de los no usuarios de redes sociales. Así, frente al 65 % de no usuarios que declara no percibir riesgos en el uso de Internet, sólo el 40 % de los usuarios avanzados creen que el uso de la Red está exenta de riesgos. No obstante, el 22 % de estos últimos tiene hábitos más expuestos (cree que puede colgar cualquier foto o vídeo suyo en la Red), frente al 8 % de los no usuarios.

Por otra parte, los usuarios avanzados en redes sociales, que además viven en hogares con una mayor dotación tecnológica, aprecian más las ventajas de la Red. De hecho, más del 80 % de ellos considera que Internet es útil, ahorra tiempo y facilita la comunicación, un porcentaje 11 puntos mayor que entre los no usuarios de redes sociales.

Más redes sociales, más relaciones ‘reales’

Las conclusiones del informe aportan luz a la paradoja ‘autonomía-socialización’ mostrando que la relación entre el uso de las redes sociales y la intensidad de las relaciones ‘reales’ con su entorno cercano de amigos y conocidos es siempre proporcional, a pesar de un mayor uso en solitario del ordenador, el móvil o cualquier otro medio desde el que el menor se conecte a Internet.

Según los datos analizados, los menores usuarios de redes sociales tienen una marcada autonomía, y demuestran una gran capacidad para utilizar por sí mismos todo tipo de tecnologías. El estudio confirma que el uso de los diferentes soportes se realiza en solitario, pero también demuestra que esta tendencia viene acompañada de una mayor intensidad en las relaciones ‘reales’ con su entorno cercano de amigos: la mitad de los usuarios avanzados de redes sociales comparten momentos de navegación con sus amigos, frente al 35 % de los no usuarios, poniendo de manifiesto que los menores utilizan esta vía de comunicación al mismo tiempo que refuerzan sus vínculos sociales reales al navegar más con sus conocidos, en casa de otros amigos, jugar a los videojuegos con ellos, etc. Además, los usuarios avanzados en redes sociales son también aquellos que utilizan el móvil con más frecuencia para estar en contacto con sus amigos.

Por otro lado, a medida que los menores usan más las redes sociales, crece de forma sustancial el acceso a otros servicios y el intercambio de contenidos relacionados con los intereses de su grupo, lo que favorece la interacción entre ellos. Así, sólo una tercera parte de los menores no usuarios de redes sociales utilizan Internet como herramienta para compartir fotos y vídeos. Porcentaje que, sin embargo, se eleva al 56 % en el caso de los usuarios de redes sociales y al 73 % si se trata de internautas usuarios de redes sociales avanzados.

De acuerdo con los datos del estudio, los usuarios de redes sociales visitan de forma más intensiva casi todo tipo de contenidos que pueden encontrar en Internet y se intensifica también la faceta creadora de los internautas al aumentar el acceso a redes sociales. De hecho, la probabilidad de tener una web o un blog propio se duplica si se administran dos o más perfiles (52 %), frente a los menores que no tienen ninguno (26 %). Además, los usuarios avanzados en redes sociales toman clara delantera en la creación de contenidos relacionados con la música y con historias personales.

Sin embargo, el estudio también apunta que el uso intensivo de redes sociales disminuye el tiempo dedicado a otras actividades de ocio más tradicionales: Como ejemplo, frente al 21 % de chicas no usuarias que declaran no leer más que los textos obligatorios de clase, la cifra aumenta al 31 % entre las usuarias avanzadas.

El informe no sólo se preocupa por las relaciones personales de los menores, sino que también muestra interés en cómo afecta al ámbito académico y escolar. Aquí se pone de manifiesto, una vez más, la paradoja oportunidad – riesgo: por ejemplo, un 70 % de usuarios avanzados utiliza la tecnología como apoyo para el estudio o las tareas escolares -frente al 50 % de los no usuarios de redes sociales-, si bien, al mismo tiempo, un 40 % de menores expertos en el uso de las redes sociales reconoce que su uso afecta al tiempo dedicado a estudiar.

Equipamiento y dispositivos utilizados
Las diferencias entre usuarios avanzados en redes sociales y aquellos que no lo son también se visualizan en el equipamiento con el que cuentan para utilizar las nuevas tecnologías. Podría decirse que los usuarios de redes sociales tienen un contexto tecnológico más complejo y más sofisticado que los no usuarios.

El porcentaje de menores activos en redes que tienen en su dormitorio un ordenador personal o una televisión supera al de los no activos en casi 15 puntos porcentuales. En lo que se refiere al móvil, también aparecen diferencias reseñables: los usuarios avanzados superan en un 20 % a los no usuarios en cuanto a posesión de móvil propio.

El multiacceso a las diversas pantallas y en múltiples lugares es un rasgo típico y acentuado en los menores usuarios de redes sociales. Dicho de otro modo, la vida social de los menores expresada a través de estos medios exige un mayor acceso a Internet -y también a las demás pantallas- desde más lugares y con mayor intensidad.

Conclusiones
El informe manifiesta que las redes sociales son una de las herramientas digitales que mayor éxito y penetración tiene entre los menores. Pero, al mismo tiempo que se intensifica su uso, crece de forma sustancial el acceso a otros contenidos y servicios. Muchos de ellos aparecen claramente interconectados: una vida social digital intensa hace que compartan más música, que accedan a más contenidos lúdicos o relacionados con los intereses de su grupo, que utilicen más el correo electrónico o que envíen más mensajes de texto a través de sus móviles. Todo ello, lejos de provocar aislamiento, sirve para reforzar los vínculos con sus iguales.

Como es lógico, el uso positivo de las redes sociales no impide que venga acompañado de ciertos riesgos, muchos de ellos reconocidos por los propios menores: el uso intensivo de estas redes se asocia a una mayor exposición de la intimidad o a una disminución de tiempo en otras actividades como son el ocio tradicional o el estudio.

En definitiva, este informe -que se ha realizado con una muestra de casi 13.000 menores de entre 6 y 18 años de 78 centros educativos españoles- pone una vez más de manifiesto los numerosos retos educativos y sociales que plantean el uso intensivo de las nuevas tecnologías y sus aplicaciones, y en este caso de las redes sociales, y la necesidad de un compromiso global para fomentar y garantizar un uso adecuado y responsable de estas por parte de los menores.



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