Las primaveras más espectaculares
Campos de tulipanes o amapolas, almendros y cerezos en flor, cascadas cantarinas… El comienzo de la primavera siembra nuestros paisajes con una paleta de colores, es el momento de salir al campo y disfrutarlos. Te proponemos cuatro escapadas en distintos lugares de España y una experiencia única en el jardín más bello del mundo.
Montañas, valles y playas reflejados en el mar. SAN VICENTE DE LA BARQUERA (CANTABRIA)
Pocos paisajes reflejan mejor lo que es Cantabria, lo que representa ese eslogan que trata de definirla ?Cantabria infinita- como el que se contempla desde el Puente de la Maza de San Vicente de la Barquera. Al fondo el cielo azul tachonado de nubes; sobre él, formando una perfecta silueta, la cordillera de Los Picos de Europa, con el Naranjo de Bulnes y su cumbre plana como seña de identidad; más adelante el verdor de los valles cuajados de encinas, robles, hayas, fresnos, abedules, nogales y tilos y sobre ese variado verde la reciedumbre de la piedra del pueblo, con el Castillo del Rey y la Iglesia de Santa María de los Ángeles como puntos destacados.
Para completar la escena el agua de la ría uniéndose al mar con su contrapunto azul y como un espejo mágico que repita la escena. El paisaje es particularmente bello en primavera, cuando conservan la nieve las cumbres de los Picos de Europa, llamados así por los marineros que venían de ultramar y descubrían esos picos como primera referencia de su regreso al Viejo Continente, y cuando en los valles y colinas hacen su aparición las primeras flores.
Un escenario para la aventura. SOMONTANO (HUESCA)
La combinación de almendros todavía en flor, olivos, sembrados y filas interminables de vides hacen del paisaje de Somontano uno de los más bellos en primavera. Para que no falte nada, las aguas de los ríos Alcanadre, Isuala, Vero y Cinca saltan cantarinas en su incesante discurrir desde las sierras del norte hasta las extensas planicies del Valle de Ebro.
La naturaleza se desborda en esta región del norte de Huesca, al comienzo de las montañas pirenaicas, pero el hombre también ha dejado su propia huella en el paisaje, reflejo de los modos de vida propios de cada época y del aprovechamiento que sigue haciendo del medio. Bancales, olivares centenarios, muros de piedra, ermitas rupestres… Todos ellos constituyen un universo de pequeños detalles que nos hablan del intenso diálogo que ha establecido el hombre con la naturaleza a los largo de los siglos.
Sin duda los paisajes más espectaculares del Somontano según Skyscanner, pueden admirarse en el corazón del Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara, donde los barrancos y los profundos cañones son los protagonistas indiscutibles. Los asombrosos acantilados acogen plantas únicas y son el refugio de una de las colonias de aves rapaces más importantes de Europa. Estos cañones y otros, como el Congosto de Olvena en el río Ésera, dan paso, más al sur, a un paisaje de formas suaves jalonado por grandes bloques de piedra arenisca que se disponen de forma alineada. Mientras que en las montañas dominan los bosques de encinas, quejigos y pinos silvestres, en las tierras fértiles y de menor pendiente de los somontanos, dominan los cultivos de vid, olivo, almendro y cereal.
Naturaleza en pleno apogeo. CAZORLA (JAEN)
Un macizo de complicada orografía, dominado por el verdor de su manto vegetal que alterna con escarpados riscos de calizas o con los poderosos roquedales rojizos de las zonas más bajas forma el singular paisaje de Cazorla, un prodigio de la naturaleza que, en primavera, se puebla además con multitud de plantas llenas de flores, frutos y olores y con las crías de los animales y de las aves.
El Parque Natural de las Sierras de Cazorla, Segura y las Villas, que con sus 210.000 hectáreas, una extensión equivalente a un quinto de la provincia de Jaén, es el espacio natural protegido de mayor extensión de España, ofrece al visitante un mundo lleno de sorpresas y satisfacciones continuas. Un paseo por estas sierras andaluzas permite la contemplación de la naturaleza en todo su apogeo y la magia y el encanto que en ellas se encierra. En medio de esta atormentada y grandiosa geografía, los cauces de arroyos y ríos se abren camino furiosamente entre peñascos, dando lugar a cascadas de incomparable belleza, como son las de Linarejos, Salto de los Órganos, La Palomera, y posteriormente encajonarse y discurrir mansamente en las gargantas de los desfiladeros, tales como la Cerrada de Utrero, Cerrada de Elías, Cerrada de la Canaliega o la Cerrada del Pintor.
El agua como protagonista. ALREDEDORES DE SEGOVIA
El agua, en sus múltiples manifestaciones parece ser el eje en torno al cual gira todo el paisaje segoviano y muchas de sus ciudades. La silueta más conocida de la propia capital con el Alcázar en lo alto, suele ser comparada con un navío pétreo que parece esperar a que los dos ríos que confluyen a sus pies, Eresma y Clamores, inunden el valle para echarse a navegar hacia el dilatado mar de mieses de la meseta.
Esas aguas generosas se hacen arte en los fastuosos Jardines de la Granja y que pueden contemplarse en todo su esplendor los miércoles, sábados y domingos a partir de las 17:30 horas. Entre las más hermosas destacan La Carrera de Caballos, La Cascada, Los Vientos, La Fama, El Canastillo, Las Ranas y Los Baños de Diana.
Otro lugar cercano en el que el agua en lugar de arte es artista y ha tallado uno de los más bellos paisajes de España es en el Parque Nacional de las Hoces del Duratón donde se pueden contemplar impresionantes hoces formadas en el río a lo largo de 25 km. Además, de tener entre sus paredes rocosas una de las mayores colonias de buitres Leonardo, se pueden observar más de 130 especies de aves en el Parque. También se encuentran pinturas rupestres que datan de la Edad de Bronce, puentes y calzadas romanas y varias ermitas románicas.
La primavera más bella del mundo. KEUKENHOF (HOLANDA)
Al margen de calendarios, no puede decirse que la primavera ha llegado a Europa hasta que Keukenhof abre sus puertas. Cada año este paraje abre durante dos meses escasos tras arrancar la primavera para visitar este paraíso considerado por los expertos como el jardín más bello del mundo.
Este gigantesco jardín holandés de 32 hectáreas, próximo a Amsterdam, muestra más de seis millones de flores, especialmente tulipanes en todas su variedades. Se calcula que hay más de 5.000 diferentes, pero también narcisos, jacintos y otras flores de bulbo en un paisaje fascinante, en el que se intercalan árboles centenarios, lagos, arbustos, plantas perennes y grandes extensiones de césped.
Los visitantes pueden recorrer sus más de quince kilómetros de paseos y senderos bordeados de flores y plantas, detenerse ante los diferentes jardines temáticos: aromático, abstracto, multicolor, de estilo renacentista, acuático…, contemplar la deliciosa exposición permanente de orquídeas o tomar ideas de los jardines en miniatura para trasladarlas a su jardín particular.
Aunque el tulipán es sin duda el símbolo floral holandés ?hace unos años celebró oficialmente sus cuatro primeros siglos de vida, y desde siempre ha sido fuente de inspiración para artistas y poetas?, las flores, en general, son, además, su gran industria. Para obtener una idea de lo que el mundo de las flores representa para Holanda, vale la pena visitar Aalsmeer, a pocos kilómetros de Keukenhof, donde cinco veces por semana tienen lugar subastas de flores que son vendidas a todo el mundo. Cada día pasan ante los expertos ojos de los compradores 14 millones de flores y un millón y medio de plantas, y se realizan más de 50.000 transacciones a un ritmo frenético. Dos mil camiones se apañan para salir cada día del gigantesco edificio y llevar su carga por todo el mundo.