Las posturas del kamasutra en la empresa
¿Qué tienen en común el cerdo de Dalí y el boli azul de Pedro Jota? Son dos de las posturas que proponen Rafael Galán y Fernando Montero en su nuevo libro Kamasutra en la empresa. 69 posturas que te darán placer en el trabajo (Gestión 2000). Se trata de un divertidísimo libro dirigido a todo el mundo en el que se tratan asuntos como los típicos ‘marrones’ en el curro, los compañeros trepas, jefes tocapelotas… En definitiva, es una guía para sobrevivir, con humor, a los grandes problemas del trabajo y los negocios a través de Kamasutra posturas..
Hacer el amor es el arte de jugar el uno con el otro, de descubrir cuáles son los puntos más sensibles de tu pareja con la finalidad de que ella sienta placer y siempre tenga en cuenta cuál es la diferencia entre ambos, según explicaba Vatsyayana Mallanaga. No nos engañemos, ¿no es ésta también la base de cualquier relación empresarial y de cualquier transacción de negocios?
Los autores juegan con el lector en este libro, detectando en tono divertido los puntos más sensibles de su relación con la empresa, tanto si se acaba de incorporar a su puesto de trabajo, como si lleva tiempo queriendo dejarlo, como si es un veterano, como si ya están echando cuentas para prejubilarle de la forma más airosa.
Fernando Montero y Rafael Galán explican situaciones cotidianas del trabajo a través de polémicas y sorprendentes posturas que producirán placer al lector, y para ello reinterpretan el texto original del Kama Sutra y crean sus propias y divertidas posturas: la Del boli azul de Pedro Jota, la Del cerdo de Dalí, la Del gigoló de Lady BMW, la De Guardiola o del novato contra la vieja guardia…y muchas más.
A CONTINUACIÓN SE RECOGE UN EXTRACTO DE LA POSTURA «DEL CERDO DE DALÍ»
Objetivo. Obtener ingresos extra con trabajos esporádicos al margen de tu actividad laboral.
¿Qué partes de tu cuerpo estimula? El más beneficiado es el sentido del gusto. ¡Hay que ver lo bien que sabe esa mariscada que te vas a meter con el sobresueldo! ¡Mucho mejor que los langostinos nigerianos si dependieras sólo de tus ingresos habituales! Que aproveche.
(…) representativo para ilustrar esta postura es el caso del genial pintor catalán Salvador Dalí. Por eso le hemos dedicado este capítulo. ¿Y lo del cerdo, de qué va? Pues porque para él era un animal simbólico al que le dedicó algunas obras y referencias. Pero también por el conocido dicho de que «del cerdo se aprovechan hasta los andares». Una máxima que Dalí parecía seguir a rajatabla y que lo hizo millonario. Sin amigos, sin familia, solo, rodeado por una corte de especuladores carroñeros, pero eso sí: millonario y famoso. ¡Qué bien, Salvador! ¡Te damos la enhorabuena si nos lees desde tu tumba! Pues de esto es de lo que te queremos prevenir.
Dalí fue un pintor extraordinario. Eso es algo que nadie duda, ni siquiera sus más furibundos detractores. Un genio del surrealismo. Pero su obsesión por el dinero (el poeta André Bretón le puso el acertadísimo sobrenombre de «Avida Dollars») hizo que su arte degenerara en «producción industrial» a la que había que sacarle hasta la última peseta. Se perdió un gran artista y se ganó un excelente empresario. Y para ello supo explotar como nadie su papel de clown del surrealismo (la corriente artística de moda en aquel momento), sacándole todo el jugo a una creciente fama que le llevó a ser el primer español en aparecer en la portada del Time:
La publicidad me encanta y, si tengo la suerte de que los periodistas sepan quién soy, los alimentaré con mi propio pan, como hacía san Francisco con sus pajaritos.
Con esta declaración de intenciones, cultivó hasta sus últimas consecuencias su vena histriónica y exhibicionista. En una ocasión, se presentó en un evento artístico metido en una escafandra de buzo coronada por un tapón de radiador de Mercedes Benz, sujetando con una cadena a dos grandes perros rusos. Estuvo a punto de morir asfixiado, puesto que se estaba quedando sin aire y no había forma humana de quitarle la escafandra. Hubiera sido una muerte surrealista. Pero logró sobrevivir. Episodios como estos engrandecieron su figura como «personaje popular», un friqui de la época, al tiempo que su arte perdía toda su fuerza creadora y su talento se iba extinguiendo.
Dalí, el pesetero, se lanzó a una desenfrenada actividad para hacerse millonario. Empezó a ser admirado por los empresarios del dólar, que compraban sus obras al peso como meros objetos de inversión. Sacaba sustanciosos beneficios de cualquier mamarrachada que llevara su firma. Realizó los decorados de óperas y espectáculos. Diseñó joyas. Si la prensa quería escándalos, los tendría en abundancia; si los ricos industriales querían excentricidades, llenaría de ellas su existencia; si había alguien dispuesto a pagar, Dalí estaría siempre dispuesto a actuar.
Su decadencia pictórica era ya alarmante, pero supo seguir explotando el filón de su fama. Empezó a trabajar para Hollywood y a hacer publicidad en televisión para las marcas que querían contratarlo. En la televisión española llegó a hacer una campaña contando las excelencias de las camisas Ike, de Tervilor. ¡Sublime! El genial pintor hacía tiempo que había muerto, pero él, como un zombi obsesionado por el dinero, seguía incrementando su fortuna.
Los profesionales que se lancen por el resbaladizo terreno del dinero fácil (¡mi tesoroooo!) tienen que valorar si quieren evitar la POSTURA DEL CERDO DE DALÍ. Eso sí, tendrán que asumir hasta sus últimas consecuencias una de las lapidarias frases de Dalí cuando ya le quedaba poco de vida:
¡Oh! Sería maravilloso que todos los retretes se atascaran y la mierda se desbordara, inundando todo el museo. Sería un espectáculo enteramente daliniano.
Y no nos engañemos. La historia de Dalí, que puede parecer ajena, es una perfecta metáfora de la situación por la que pasan hoy muchos profesionales en la empresa española. ¿Habrá suficientes anuncios de camisas Ike para todos ellos?
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN. Bájate del armario. ¿De qué va este libro?
PRIMERA PARTE. LAS LECCIONES DEL KAMA SUTRA
DECONSTRUIR EL KAMA SUTRA Cómo se debe escoger al mejor candidato para trabajar en una empresa Con qué te deberías encontrar cuando ya estés a solas con tu empresa Sobre cómo comportarte los primeros días en la empresa Cuándo puedes dejar la empresa en la que estás e irte a otra Cómo cortejar a un compañero de trabajo o a un jefe Cómo lograr que no decaiga el interés hacia tu (simpática) persona Sobre la competitividad dentro de la empresa Sobre la gestión de equipos Sobre la recompensa en la empresa Sobre la pérdida de respeto en la empresa
Sobre los «viejos lobos» dentro de la empresa Cómo deshacerte en 27 pasos de alguien que te está haciendo o intentando hacer mobbing Cómo saber que un compañero o un socio NO es de fi ar Sobre el poder de convicción en los negocios Cómo dejar bien atada una operación o conseguir un proyecto A la hora de vender una empresa
SEGUNDA PARTE. CHATUSHSASHTI: 69 POSTURAS QUE TE DARÁN PLACER EN LA EMPRESA
I. DESARROLLO PERSONAL Y DE HABILIDADES PROFESIONALES 1. Del exorcista 2. Del recluta patoso 3. Del Trichobatrachus robustus 4. Del número ocho 5. De las cucarachas del Che Guevara 6. De la cucaracha decapitada 7. Del señor Lobo 8. Del jubón reversible 9. Del codo en el Picasso 10. De las tres estrellas de Senderens 11. Del enanito de Blancanieves 12. De Hrundi V. Bakshi 13. De Pepe el del Popular 14. Del golfi sta experto 15. Del horario de Darwin 16. De Peter Pan 17. Del mugriento Matt Weatherford 18. Del borde 19. De Rimbaud el aventurero y el burro de Kawasaki 20. De la cuarta galleta 21. Del cazafantasmas de La Moncloa 22. Del tamborilero rentista 23. Del pepino conformista 24. Del boli azul de Pedro Jota 25. Del cavernícola 26. Del político honesto 27. Del falso Mohamed 28. Del rechazo de Faulkner 29. Del seguidista 30. Del perrito caliente 31. Del listo en cinco minutos 32. Del cerdo de Dalí II. RECURSOS HUMANOS 33. De la stripper de Manhattan 34. De las meninges del consultor melómano 35. Del buen profesor 36. Del mánager de gladiadores 37. De las pelotas de Mágico González 38. De la lengua escaldada 39. Del noctámbulo 40. Del holandés optimista 41. Del bello durmiente 42. Del cazador de gazapos 43. De la tórrida caravana de Kim Basinger 44. Del gigoló de Lady BMW 45. Del muerto viviente III. GESTIÓN 46. Del mono capuchino 47. De la consellera en el prostíbulo 48. De la hoja de loto 49. De Vacca Peditum o de Cientifi cus Japonensis 50. De la casa encantada 51. Del miembro fantasma 52. Del tacón del drag queen 53. De Tinky Winky o del eterno feliz 54. Del grafi tero anónimo 55. De Alí Babá y el ladrón de medallas 56. Del perro de Pablo 57. De Guardiola o del novato contra la vieja guardia 58. De Franco, el Monórquido 59. Del niño al que le cayó encima un meteorito 60. Del mito de la termita 61. Del mareo en el asiento de atrás 62. De la cara estirada 63. Del eterno ennoviado 64. De las greñas del Padre Johnny 65. De la creatividad profi láctica sin sal 66. De los 6.000 asteroides 67. Del ecodescuento prostibulario 68. De la calentura guatemalteca 69. De san Isidro Labrador
LOS AUTORES
Rafael Galán es licenciado en Ciencias de la Información, es periodista especializado en economía y empresas. Ha trabajado en Europa Press, ABC, El Día de Valladolid y en la actualidad es redactor de la revista Emprendedores. Es coautor del libro El error positivo (Planeta).
Fernando Montero es subdirector de la revista Emprendedores, ha trabajado también en IPMARK y OTR Press. Es autor del libro Marketing de periódicos y revistas y del Blog de periodismo creativo (blogdeperiodismocreativo.wordpress.com).
Ambos son coautores del libro La empresa según Homer Simpson (Gestión 2000).