Las etiquetas de eficiencia energética de los electrodomésticos no siempre son reales
El 17 de octubre entró en vigor el Real Decreto 1390/2011, de 14 de octubre, por el que se regulan las nuevas etiquetas de eficiencia energética de los electrodomésticos, así como en el caso de algunos productos el consumo de agua, el nivel de ruido y de calor, el volumen de almacenamiento, la eficacia del centrifugado o del secado, etc. Sin embargo, no existe un organismo que etiquete los electrodomésticos, sino que son las propias marcas de aparatos las que, a través de laboratorios homologados, realizan pruebas para establecer el consumo de cada uno de ellos. La ley permite un margen de error de hasta un 15 %, por lo que en muchas ocasiones las clases energéticas mencionadas en las etiquetas no se corresponden con las reales, situando los electrodomésticos en una clase mayor a la que les corresponde.
La Asociación General de Consumidores, ASGECO Confederación, denuncia esta situación ante el falso etiquetado energético de algunos aparatos electrodomésticos y emplaza a modificar ese margen de error y a establecer uno más bajo para que realmente cada electrodoméstico esté situado en la clase que le corresponda. ASGECO Confederación quiere sin embargo incidir en el problema que se plantea al no existir ningún organismo autorizado que etiquete los electrodomésticos, siendo las propias marcas las que, a través de laboratorios homologados, realizan pruebas para establecer el consumo de cada uno de ellos.
Las nuevas etiquetas, presentadas de manera más gráfica, y que son obligatorias en todos estos productos distribuidos en España, permitirá a los consumidores conocer de forma más rápida el consumo de energía anual de un electrodoméstico y compararlo con otros a la hora de la compra. En materia de eficiencia global, se añaden las categorías A+, A++ y A+++, y desaparecen las E, F y G (un equipo de clase A -alta eficiencia- respecto a uno de clase D -baja eficiencia- consume menos de la mitad de energía).
La asociación anima a los consumidores a tener en cuenta estas informaciones, considerando que el sobrecoste que representa a la hora de la compra se recuperará en poco años de uso, por ahorro de energía (estos aparatos suponen el 13 % del consumo de energía en los hogares), pero también de agua en el caso de las lavadoras y lavavajillas.
Además, existen Plan Renove en vigor en varias comunidades autónomas, que conceden ayudas que oscilan entre los 50 y 125 euros para que pueda sustituir su frigorífico, congeladores y combinados, lavadoras, hornos, lavavajillas y cocinas eléctricas por equipos nuevos con etiquetado energético A o superior.