Las consecuencias de no usar el cinturón en ciudad
¿Sabes cuáles son las consecuencias de no usar el cinturón de seguridad? En caso de colisión a tan sólo 30 Km/h, el conductor que no utiliza el cinturón ve multiplicado por 10 su peso corporal, sufriendo lesiones graves en cuello, tórax, cabeza y rodillas. El RACE, a través de un estudio sobre el uso del cinturón, advierte sobre el poder de prescripción que tiene el conductor a la hora de utilizar el cinturón de seguridad por parte del resto de ocupantes del vehículo. Descubre las consecuencias de no usar el cinturón de seguridad así como los accidentes por no usar el cinturón de seguridad.
Contenido de la información:
- Sin cinturón
- Accidentes en ciudad sin cinturón
- Los cinturones de seguridad reducen las lesiones a los pasajeros
- Sin cinturón o bebido, tu seguro se desentiende aunque seas víctima del accidente
- El 25 % de los muertos en accidentes de coche el año pasado no utilizaba el cinturón
- Uno de cada tres accidentes de tráfico provoca lesiones faciales en los conductores
Sin cinturón
¿Te has preguntado qué pasaría si no usamos el cinturón de seguridad?
El Real Automóvil Club de España ha participado en un informe europeo en el que se demuestra la importancia de llevar puesto el cinturón de seguridad y sus complementos, como en el caso de embarazadas, así como su efectividad incluso a bajas velocidades. A través de una prueba de choque a 30 kilómetros por hora se ha demostrado que el riesgo de sufrir lesiones se incrementa significativamente cuando no se utiliza el cinturón de seguridad, y que el impacto que sufren los ocupantes como consecuencia de un pasajero que no hace uso de este sistema aumenta potencialmente la probabilidad de sufrir daños graves e incluso la muerte.
Los datos en España demuestran como poco a poco, los usuarios se han ido concienciando sobre la importancia del uso del cinturón en los grandes desplazamientos. Pero este porcentaje disminuye de forma considerable si comparamos estos datos en los entornos urbanos o en las plazas traseras, donde su uso es menor.
Si comparamos el porcentaje de uso del cinturón de seguridad en las plazas traseras en España, con el resto de países de la Unión Europea, la cuota media de utilización del cinturón de seguridad en los asientos posteriores se sitúa entorno a un 70 %. Cifra que continua siendo baja en comparación con el uso en otros países como Alemania, con porcentajes de uso en las plazas traseras del 89 %; Francia con un 81 %; Suecia con el 80 % de uso o el Reino Unido, con un porcentaje del 82 %.
Si tenemos en cuenta los datos de siniestralidad en España se observa como en zonas urbanas muchos conductores prescinden del uso del cinturón. En este sentido, los datos de la Dirección General de Tráfico señalan como un 40 % de los fallecidos en zona urbana no llevaban puesto el cinturón de seguridad, tendencia que se mantiene estable a lo largo de los últimos años.
Accidentes en ciudad sin cinturón
Accidentes por no usar el cinturón de seguridad: Para conocer los efectos que tiene un desplazamiento en ciudad, se ha querido conocer qué sucede en el caso de un impacto a tan solo 30 kilómetros por hora. Para ello, se desarrolló un crash test en el que se trató de estudiar los efectos de esta colisión en los ocupantes del vehículo, distribuidos por plazas. Las pruebas de impacto realizadas muestran como las lesiones que produce un ocupante en las plazas traseras sin llevar puesto el cinturón de seguridad al resto de ocupantes son similares a las lesiones producidas por la caída desde un segundo piso de altura.
Durante un choque a una velocidad de 30 km/h, la desaceleración multiplica por diez el peso corporal del pasajero que no lleva puesto el cinturón. En consecuencia, un adulto con un peso medio de 75 kg impactaría con una fuerza de 750 kg, similar al peso de un toro, ocasionandose lesiones muy graves en cuello, tórax, cabeza y rodillas por chocar contra el salpicadero, volante y parabrisas, lesiones que se podrían haber evitado llevando el cinturón de seguridad colocado.
Las pruebas demuestran la necesidad de llevar puesto el cinturón de seguridad tanto en carretera como en ciudad, y tanto en las plazas delanteras como traseras, puesto que un pasajero que no lleve puesto el cinturón de seguridad no solo pone en juego su vida sino la del resto de ocupantes.
El uso del cinturón de seguridad y los sistemas de retención infantil resultan indispensables para todos los ocupantes, independientemente de la velocidad a la que se viaje o de la plaza que se ocupe, puesto que los ocupantes que no hacen uso de este sistema de protección tienen el doble de probabilidades de sufrir lesiones muy graves, incluso mortales, frente a los ocupantes que lo llevan puesto, además de recibir una multa.
Es más, llevar el cinturón de seguridad mal ajustado, como cuando se conduce con el abrigo puesto si es invierno, puede también provocar consecuencias al no estar correctamente ajustado.
El RACE insiste, en el poder de prescripción del conductor a la hora de garantizar la seguridad de los ocupantes, puesto que si el conductor lleva puesto el cinturón de seguridad en el 89 % de los casos, el copiloto también hace uso del mismo y, por el contrario, si el conductor no lo lleva puesto en el 80 % de los casos los ocupantes tampoco.
Resultados de las pruebas de choque
Los cinturones de seguridad reducen las lesiones a los pasajeros
El profesor Balduí Blanqué, del Grupo de Accionamientos Eléctricos con Conmutación Electrónica de la Universidad Politécnica de Cataluña, ha desarrollado y patentado un sistema que incrementa la eficacia de los cinturones de seguridad de los vehículos gracias al hecho de que detecta la posición de la persona que ocupa el asiento. Varias empresas de ámbito internacional ya se han interesado por el sistema.
Los primeros cinturones de seguridad para coches se empezaron a fabricar, a pesar de que se hizo de manera discontinua, a comienzos de la década de 1950 en la empresa norteamericana Ford. En aquellos tiempos ni usuarios ni fabricantes los veían como una medida necesaria para preservar la integridad de los ocupantes de los vehículos, sino más bien como un valor añadido para situar los modelos de coche que lo llevaban en una buena posición en el mercado.
No fue hasta el 1959 cuando la compañía alemana Volvo empezó a instalarlos como un equipamiento estándar en toda su gama de vehículos. El ingeniero Nils Bohlin fue el encargado de liderar aquel proyecto, el cual desembocó en la invención y la universalización del cinturón de seguridad de tres puntos que ha perdurado hasta la actualidad. I precisamente se denomina así porque sujeta a la persona a partir de tres puntos de anclaje.
Desde entonces, los cinturones de seguridad para vehículos han experimentado varias evoluciones tecnológicas, con la particularidad que la última de estas innovaciones lleva el sello de la UPC. El investigador Balduí Blanqué, del Grupo de Accionamientos Eléctricos con Conmutación Electrónica (GAECE), con sede en el campus de Vilanova i la Geltrú, ha desarrollado y patentado un nuevo sistema que mejora la eficacia de los cinturones de seguridad porque estos son capaces de detectar en todo momento la posición de los ocupantes del vehículo.
Blanqué ha elaborado este nuevo dispositivo con la colaboración de Melcior Malivern, estudiante de la EPS de Ingeniería de Vilanova i la Geltrú, que había centrado su proyecto de fin de carrera en el ámbito de la seguridad pasiva y, concretamente, en el esbozo de un nuevo sistema que facilitara la toma de medidas en el proceso de homologación de los cinturones de seguridad.
El resultado de este trabajo conjunto es un dispositivo que, a diferencia de los actuales, no necesita la adhesión de ninguna cinta milimetrada ni la colocación de un sensor en la parte exterior por donde se desliza la cinta, que muchas veces frena el comportamiento natural del mismo cinturón.
Además, como el nuevo sistema aporta información continua sobre los movimientos de los ocupantes del vehículo, también facilita la elaboración de informes relacionados con los hábitos de los conductores y el resto de usuarios de un coche. Tal como explica Balduí Blanqué, el prototipo se puede utilizar “tanto para extraer datos de medida en la homologación de vehículos como para activar señales que disparan adecuadamente dispositivos de seguridad del mismo vehículo, como por ejemplo los airbags o los pretensores de los cinturones de seguridad”. De este modo “se reduce el riesgo de las lesiones a causa de la posición de los ocupantes de un vehículo”.
El sistema ha sido verificado y validado en colaboración con el Laboratorio de Seguridad Pasiva Applus+ IDIADA, donde se han llevado a cabo pruebas estáticas y dinámicas con un trineo utilizando instrumentación genérica de medida.
Varias empresas del sector automovilístico ya han manifestado interés por conocer el producto y poderlo explotar comercialmente. “La aplicación de ideas desarrolladas gracias al uso de nuevas tecnologías favorece oportunidades de evolución y de negocio, así como de investigación en ámbitos hasta ahora insospechados para la universidad”, afirma Blanqué.
Sin cinturón o bebido, tu seguro se desentiende aunque seas víctima del accidente
Acaba de darse una mportante sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea por el que se podría decir que ‘sin cinturón no hay indemnización’. El caso ahora resuelto por el Tribunal de Justicia de la UE se inició en junio de 2004, en Portugal, a raíz de una colisión entre dos vehículos en la que resultó lesionado el copiloto de uno de ellos, que salió despedido a través del parabrisas por no utilizar el cinturón de seguridad, provocándole profundos cortes en la cabeza y en la cara. El pasajero lesionado demandó a la aseguradora del vehículo en el que viajaba, al conductor del vehículo contrario y también al Fondo de Garantía del Automóvil portugués (equivalente a nuestro Consorcio de Compensación de Seguros, al circular éste sin seguro), y solicitó que se les condenase a todos a pagarle 65.000 euros de indemnización por las lesiones sufridas y por las futuras operaciones quirúrgicas que pudiera necesitar. Los tribunales le negaron la indemnización por no llevar puesto el cinturón aunque él fuese la víctima del accidente.
La Gran Sala del Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha dictado una reciente sentencia a la que ha tenido acceso la organización de defensa de los conductores, Automovilistas Europeos Asociados (AEA), en la que se declara que no son contrarias al derecho comunitario para proteger a las víctimas de accidentes de tráfico “las disposiciones nacionales que, en caso de una colisión entre dos vehículos automóviles que haya causado daños corporales al pasajero de uno de ellos sin que pueda imputarse culpa a los conductores, permiten limitar o excluir la responsabilidad civil de los asegurados”.
Sin cinturón no hay indemnización
Sin embargo, su petición fue rechazada sobre la base del artículo 570 del Código Civil portugués, al considerar que “los daños sufridos eran imputables a su propia culpa, por no llevar puesto el cinturón de seguridad exigido en el artículo 82, apartado I, del Código de Circulación portugués”, por lo que decidió interponer recurso de apelación ante el Tribunal superior de Guimaraes, que fue quién elevó la cuestión ante el Tribunal de Justicia de la UE a fin de que éste determinara si esa disposición nacional portuguesa en la que se fundamentaba la negativa a ser indemnizado era o no compatible con las Directivas comunitarias que regulan la protección de las víctimas de accidentes de circulación.
La Gran Sala confirma
El fallo del Tribunal de Justicia europeo no ofrece dudas y no sólo porque la decisión ha sido tomada por la Gran Sala -que se reúne cuando así lo solicita un Estado miembro o una institución que sea parte en el procedimiento, y para los asuntos particularmente complejos o importantes-, sino porque el fallo es contundente en relación con la normativa comunitaria al declarar que “no se oponen las disposiciones nacionales que, en caso de una colisión entre dos vehículos automóviles que haya causado daños corporales al pasajero de uno de ellos sin que pueda imputarse culpa a los conductores, permiten limitar o excluir la responsabilidad civil de los asegurados”.
En España, la víctima también se hubiera podido quedar sin indemnización
Tal y como reconoce el presidente de AEA, Mario Arnaldo, “en España también podría haber ocurrido los mismo ya que de forma similar al artículo 570 del Código Civil portugués, el artículo 1 del texto refundido de la Ley sobre responsabilidad civil y seguro en la circulación de vehículos a motor en el caso de daños a las personas se exonera de responsabilidad cuando se pruebe que los daños fueron debidos únicamente a la conducta o la negligencia del perjudicado”.
Por esa razón AEA viene realizando desde hace un lustro campañas de información para advertir a los automovilistas -además del riesgo personal que conlleva no usar los cinturones de seguridad o de los adecuados sistemas de retención infantil- de las consecuencias económicas que sobre víctimas y asegurados tendría la circulación de vehículos sin hacer uso de los necesarios sistemas de seguridad.
Si conduces bebido, olvídate del seguro
Por último, AEA quiere recordar también a los conductores el lema de su última campaña “Si conduces bebido, olvídate del seguro”, para advertir que la legislación española también excluye expresamente la cobertura de quienes conduzcan en estado de embriaguez o habiendo ingerido drogas.
El 25 % de los muertos en accidentes de coche el año pasado no utilizaba el cinturón
La Dirección General de Tráfico inicia hoy una nueva campaña para fomentar el uso del cinturón de seguridad en los vehículos con el eslogan “Un viaje seguro comienza con un gesto sencillo, ponerse el cinturón.” El año pasado 1.700 personas murieron en accidentes de turismos o furgonetas, y 425 de ellas no llevaban el cinturón en el momento del accidente.
Con esta campaña, que se llevará a cabo del 11 al 24 de febrero, se quiere convencer a los ciudadanos sobre la importancia de usar siempre el cinturón de seguridad. Además, de ser una campaña divulgativa, los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil realizarán controles intensivos durante dicho periodo alcanzando al menos a 800.000 vehículos.
El número de controles y el ámbito de actuación se ampliarán a las vías urbanas en la medida en que colaboren las policías dependientes del resto de instituciones. Para colaborar en esta campaña se ha invitado a los Servicios de Tráfico de las Comunidades Autónomas de Cataluña y el País Vasco, que tienen transferidas las competencias en materia de tráfico, a los Ayuntamientos y a las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla.
Por qué otra campaña sobre el cinturón de seguridad
El cinturón de seguridad es un elemento básico y fundamental de la seguridad vial y reduce a la mitad el riesgo de muerte en caso de accidente.
Con la campaña se pretende crear realmente un compromiso social con la seguridad vial, provocando a todos los ciudadanos de tal manera que se sientan directamente aludidos y dejen de mostrarse indiferentes.
Esta campaña responde a las recomendaciones de la Unión Europea, que aconseja realizar al menos dos campañas al año para concienciar de la conveniencia de utilizar siempre el cinturón.
Durante el pasado año el 25 % de las personas que murieron en murieron en accidentes viajando en turismos o furgonetas no llevaban puesto el cinturón de seguridad. Este porcentaje ha ido disminuyendo en los últimos años, pasando desde el 34 % en 2003 al 25 % en 2007.
Los estudios de campo reflejan que el uso del cinturón de seguridad de los ocupantes de asientos delanteros en turismo en carretera es del 95 %, y en los traseros del 72 %, lo que demuestra que todavía queda mucho por hacer, sobre todo para concienciar de que también en los asientos traseros es imprescindible su uso.
Un choque frontal a 80 km/h produce lesiones con resultado de muerte si no se lleva el cinturón de seguridad. En 2 milésimas de segundo el conductor rompe el volante con el tórax (con una fuerza de 8 veces su peso) y el acompañante choca con su cabeza contra el salpicadero y sale despedido por la luna con la misma fuerza.
El cinturón alcanza una máxima efectividad en los vuelcos, donde se reduce un 77 % el riesgo de muerte. Este porcentaje aumenta en el ámbito de las ciudades: en zona urbana en el año 2005 se registraron 144 muertos en turismos, de los cuales 68 (el 47 %) no utilizaban el cinturón. Este porcentaje se reduce en 2006, en que se registran 178 muertos, de los que 52 (el 29 %) no utilizaban cinturón.
Denuncias
En el año 2006 la Guardia Civil de Tráfico formuló unas 200.000 denuncias por no llevar el cinturón de seguridad. En la última campaña especial de control y vigilancia llevada a cabo durante el mes de septiembre del año pasado se controlaron 768.000 vehículos y se formularon 7.930 denuncias contra conductores y pasajeros que no hacían uso del cinturón y 273 de ellas por llevar a niños sin ningún sistema de retención.
Está previsto que en esta campaña también participen agentes de las diferentes Comandancias de la Guardia Civil para ampliar a las carreteras secundarias el control durante la campaña.
Campaña divulgativa sobre los beneficios del cinturón
La campaña se emitirá a través de radio, internet y se ha editado un folleto que se distribuirá en la Jefaturas Provinciales de Tráfico para transmitir a los ciudadanos la idea de que cada uno debe buscar las razones por las que no querría dejar de vivir, con el mensaje: “Un viaje seguro comienza con un gesto sencillo, ponerse el cinturón”.
Obligatoriedad
El Reglamento General de Circulación fija que el uso de cinturones de seguridad, correctamente abrochados, es obligatorio para el conductor y los pasajeros, tanto en trayectos por vías urbanas como por carreteras. El incumplimiento de esta norma está tipificado como infracción grave, y se sanciona con multa de 150 euros y la pérdida de 3 puntos para los conductores.
Uno de cada tres accidentes de tráfico provoca lesiones faciales en los conductores
En uno de cada tres accidentes de tráfico que se producen en estas fechas, los conductores implicados sufren lesiones faciales. Así lo atestigua la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial (SECOM). “Un 40 % de los traumatismos faciales que se atienden en las consultas de Cirugía Oral y Maxilofacial se deben a lesiones derivadas de accidentes de tráfico”, según el doctor José Luis López, Jefe del Servicio de Cirugía Oral y Maxilofacial de Hospital Juan Canalejo de La Coruña.
El 40 % de los traumatismos faciales que se atienden en las consultas de Cirugía Oral y Maxilofacial corresponden a lesiones derivadas de accidentes de tráfico. Además, un 72 % de estos accidentes de tráfico provoca lesiones en la zona de cabeza y cuello, siendo los huesos nasales los más afectados.
A pesar de las cifras, los especialistas consideran que desde la implantación del uso obligatorio del casco al circular con una motocicleta y del cinturón de seguridad y la instalación de airbags en los coches la incidencia de traumatismos faciales por esta causa ha descendido notablemente; ya que hasta hace poco los accidentes de tráfico constituían la causa más frecuente de traumatismos faciales. “La causa de la fractura también está cambiando y actualmente las agresiones ya alcanzan el mismo porcentaje que los accidentes de tráfico”, señala el especialista.
Lesiones con el airbag
La utilización del airbag y el cinturón ha disminuido de forma notable la severidad de las de fracturas faciales, reconoce el doctor López Cedrún, aunque advierte que el cinturón de seguridad no previene drásticamente la disminución de las fracturas en la cara, “por lo que hay que seguir trabajando en el diseño de dispositivos que protejan más los huesos de la cara”, señala. Además, el especialista asegura que según los últimos estudios realizados son los huesos malares “son los menos protegidos con esta nueva tecnología”.
Igualmente, los cirujanos de la SECOM señalan que también el airbag puede producir lesiones “si el cinturón de seguridad no está colocado y si el tórax del conductor está demasiado cerca del volante”, advierte López Cedrún. Otros problemas derivados de la acción de los airbags en los conductores, asegura López-cedrún, son la producción de lesiones menores “tanto de la piel, como dermatitis y quemaduras químicas y térmicas, hasta lesiones traumáticas, como abrasiones, quemaduras por fricción o laceraciones. Además, también pueden provocar lesiones en los ojos y otras áreas sensibles”.
Problema estético y funcional
Las fracturas de los huesos de la cara ocasionan problemas tanto desde el punto de vista estético como funcional. “La fractura del maxilar superior o de la mandíbula ocasiona una alteración entre la relación de los dientes superiores e inferiores que puede acarrear serias complicaciones, como dificultad para la masticación, dolores, o problemas en la articulación temporo-mandibular, si no se realiza una perfecta reducción y estabilización de la fractura”, destaca el doctor López-Cedrún.
Las fracturas de los huesos de la cara pueden ocasionar, además, problemas en la visión, en el olfato, “así como una secuela estética que se hace más evidente por estar en una zona tan expuesta y de relación social como es la cara”, afirma este especialista.
Precisamente, para disminuir las posibles cicatrices y acelerar la recuperación de los pacientes, los cirujanos orales y maxilofaciales han empezado a utilizar recientemente tecnologías como la endoscopia. “En las fracturas del cóndilo de la mandíbula, que clásicamente se trataban bien con bloqueo intermaxilar -boca cerrada durante 3 ó 4 semanas- o con incisiones externas, ahora es posible evitar ambas cosas mediante el empleo del abordaje endoscópico que, a través de una incisión dentro de la boca, permite fijar los fragmentos óseos mediante miniplacas de titanio o con material reabsorbible, tal y como se realiza en las demás fracturas”, concluye el doctor López-Cedrún.