Las 10 grandes teorías científicas que han sido desmentidas a lo largo del tiempo
Muchos mitos populares y teorías científicas se desvanecen con el tiempo. En los últimos años se han refutado algunas de las teorías científicas más populares gracias a investigaciones que se han realizado sobre estos temas.
La famosa teoría de la relatividad de Einstein, el microscopio de laboratorio o los grandes telescopios han sido determinantes para acabar con estas antiguas teorías.
Contenido de la información:
- Teorías científicas refutadas
- Los canales marcianos son efecto del polvo
- El nacimiento sin rasgos de personalidad
- Las neuronas cerebrales no se regeneran
- La velocidad de la luz de Einstein
- La fusión fría de Fleischman y Pons
- ¿Un planeta entre Mercurio y el Sol?
- La generación espontánea
- Frenologia
- La expansión de la Tierra
- La teoría del éter conductor de la luz
Teorías científicas refutadas
A lo largo de las últimas décadas han sido numerosos los mitos y teorías científicas que han acabado desmentidas gracias a determinadas investigaciones o, simplemente, por nuevos hallazgos casuales. Algunas de las que se consideraban verdades absolutas, que aparecían en documentales, enciclopedias y en trabajos de prestigiosos eruditos e investigadores se derrumbaron gracias a las continuas y nuevas investigaciones.
Los canales marcianos son efecto del polvo
Los canales marcianos de Marte eran una red de barrancos y quebradas que los científicos del siglo XIX creían erróneamente que existían en el planeta rojo. Los canales fueron ‘descubiertos’ en 1877 por el astrónomo italiano Giovanni Schiaparelli. Después, otros astrónomos corroboraron su afirmación y los canales se convirtieron en un fenómeno.
Los científicos dibujaron mapas detallados de localización de sus caminos y pronto comenzaron a especular sobre sus posibles orígenes y usos. Quizás la teoría más absurda vino de Percival Lowell, un matemático y astrónomo que aseguró que los canales eran un sofisticado sistema de riego desarrollado por una especie inteligente, pero desconocida. La hipótesis de Lowell fue desacreditada por otros científicos, pero también fue popularmente aceptada y la idea logró sobrevivir hasta bien entrado el siglo XX.
Se ha demostrado que los canales marcianos son un mito gracias a los telescopios y nuevas tecnologías para ver a distancia. Resultó que lo que parecían canales eran en realidad una ilusión óptica causada por las rayas de polvo soplado a través de la superficie de Marte por los fuertes vientos. Esta teoría pudo ser probada en la década de 1960, cuando la primera nave espacial tripulada tomó fotografías de la superficie real de Marte.
El nacimiento sin rasgos de personalidad
Una de las teorías más antiguas y más controvertidos en la psicología y en la filosofía es la teoría de la pizarra en blanco o tabla rasa, que sostiene que las personas nacen sin rasgos o tendencias de personalidad. Los defensores de la teoría, que se inició con la obra de Aristóteles y fue expresada por reconocidos filósofos y científicos, desde Santo Tomás de Aquino a John Locke, insistieron en que todo contenido mental es el resultado de la experiencia y la educación.
Para estos pensadores, nada de nuestra personalidad es innato. La idea encontró su expresión más famosa en la psicología de las ideas de Sigmund Freud, cuyas teorías del inconsciente destacaron que los aspectos elementales de la personalidad de un individuo se construyen por sus experiencias de infancia.
Si bien no hay duda de que las experiencias de una persona y conductas aprendidas tienen un gran impacto en su disposición y su personalidad, también se acepta que los genes y otras características familiares heredadas, junto con ciertos instintos innatos, juegan un papel crucial en el desarrollo de la personalidad. Esto sólo se probó después de años de estudio en los que se evidenció que ciertos rasgos del lenguaje podrían encontrarse a lo largo del mundo en culturas radicalmente diferentes.
También es conocido que los estudios de los niños y los gemelos adoptados criados en familias separadas han llegado a conclusiones similares acerca de las formas en ciertos rasgos pueden existir desde el nacimiento.
Las neuronas cerebrales no se regeneran
En realidad este mito fue una verdad científica hasta 1998, pero las investigaciones de científicos de la Universidad de Princeton (EE. UU.) determinaron que nuevas neuronas se generan continuamente en la corteza cerebral de monos adultos en tres áreas de esta.
Esas áreas son la región prefrontal, temporal inferior y parietal posterior. Debido a las similitudes entre los simios y los seres humanos, los científicos concluyeron que lo mismo ocurre en los seres humanos. Es lo que se conoce como neurogénesis, el proceso de generación de nuevas neuronas cerebrales después de completarse el desarrollo completo de los organismos.
Gracias a este descubrimiento, se abrió la puerta para encontrar remedios contra el Alzheimer, la enfermedad de Parkinson y otros males degenerativos.
La velocidad de la luz de Einstein
El científico de la Universidad de Maryland James Franson ha puesto en duda en un artículo la validez de la velocidad de la luz calculada por Einstein. El artículo, que está en proceso de revisión de la revista New Journal of Physics, plantea la posibilidad de que la luz viaje a una velocidad inferior a la hasta ahora considerada.
De la misma manera que Franson, otros investigadores han puesto en evidencia investigaciones que hemos creído ciertas hasta ahora y que han sido refutadas con el tiempo.
La fusión fría de Fleischman y Pons
En marzo de 1989, Stanley Pons y Martin Fleischmann anunciaron que habían creado una fusión nuclear controlada en un tubo de agua pesada a temperatura ambiente.
El hecho suponía un avance en la generación de energía nuclear por diversas cuestiones: la seguridad, los costes y consumo de energía. Pero la expectación generada se enfrió días después cuando la revista Nature comunicó a los investigadores que iba a publicar el descubrimiento.
Los autores aseguraron que habían realizado mal sus investigaciones. La comunidad científica desde aquel entonces se ha tomado con reservas las investigaciones que se han llevado a cabo en esta materia.
¿Un planeta entre Mercurio y el Sol?
Durante la segunda mitad del siglo XIX se creyó en numerosos círculos del ámbito científico que había un planeta entre Mercurio y el Sol, al que denominaron Vulcano -en honor al dios romano del fuego-, que era el primero del sistema solar. El matemático y astrónomo Urbain Jean Joseph Le Verrier fue quien primero habló de su existencia en el año 1859. La idea vino después de que muchos otros científicos no pudieron explicar ciertas peculiaridades sobre la órbita de Mercurio. Cuando La Verrier murió en 1877, todavía era considerado por haber descubierto un nuevo planeta en el sistema solar.
Sin embargo, años más tarde, la teoría de la relatividad de Einstein ayudó a explicar por qué Mercurio orbitaba el Sol de una manera tan extraña.
La generación espontánea
Aristóteles creyó que la vida no surgía ni de semilla, ni del huevo, u otros medios tradicionales de reproducción. Creía que la vida podía surgir de materia inanimada como limo, barro y tierra cuando se expone a la luz solar. Estas ideas eran provenientes de pensadores como Anaximandro, Hipólito, y Anaxágoras. Esta idea permaneció durante muchos años.
Louis Pasteur demostró que la vida no aparecía por generación espontánea como había dicho Aristóteles y otros pensadores clásicos. Con la invención del microscopio pudo comprobar que los insectos aparecían por los microorganismos cuando se sellaba en la carne un recipiente cerrado.
Frenologia
Fue una de las ramas más populares de la neurociencia en el siglo XIX. Los defensores de la Frenología creían que los rasgos de carácter individuales, como la inteligencia, la agresión, o tener buen oído para la música, podrían localizarse en partes muy específicas del cerebro.
Se crearon mapas detallados de las supuestos 27 áreas diferentes del cerebro, con el fin de saber en que zona se localizan ciertas inclinaciones, como por ejemplo la pintura, y el efecto de un gran golpe en esa zona.
Sin embargo, los avances científicos modernos ayudaron a demostrar que los rasgos de personalidad no podían atribuirse a porciones específicas del cerebro. La frenología todavía existe hoy pero a menudo se usado como una herramienta para promover el racismo, la más famosa por los nazis, y también por los colonialistas belgas en Ruanda.
La expansión de la Tierra
En la actualidad, la tectónica de placas explica la configuración y el comportamiento de la Tierra. Sin embargo, antes de que esta idea fuese ampliamente aceptada en el siglo XX, un buen número de científicos suscribía la teoría de que la Tierra estaba aumentando constatemente de volumen.
La hipótesis de la Tierra en expansión explicaba fenómenos como las cordilleras submarinas y la deriva continental. Los defensores de esta teoría argumentaron que las distancias entre continentes aumentarían.
En este caso, la hipótesis de la Tierra en expansión no se equivoca del todo, pero ha sido reemplazada por la teoría más sofisticada de la tectónica de placas. Mientras que la teoría de la Tierra en expansión sostiene que todas las masas de tierra estuvieron en algún momento unidas y que los océanos y las montañas sólo se crearon como resultado de la creciente volumen del planeta, la placa tectónica explica el mismo fenómeno por medio de placas en la litosfera que se mueven y convergen debajo de la superficie de la Tierra.
La teoría del éter conductor de la luz
El éter fue una misteriosa sustancia que se creyó durante mucho tiempo que era el medio a través del cual la luz se transmitía a través del universo. Los griegos habían creído que la luz requiere un sistema de entrega, un medio a través del cual se hace visible, y esta idea logró persistir hasta el final del siglo XIX. Si hubiera sido correcta, la teoría habría redefinido toda nuestra comprensión de la física.
La noción de un éter luminoso sólo fue eliminada gradualmente cuando teorías más sofisticadas entraron en juego. Pero sólo cuando Einstein descubrió la teoría de la relatividad, la idea del éter perdió definitivamente a sus seguidores. La teoría aún existe en diversas formas y muchos han argumentado que los científicos modernos simplemente usan términos como campos y tejido en lugar del término más tabú, éter.