La sal en la carretera para derretir la nieve puede costarte hasta 8.000 euros en averías: así puedes evitarlo

Tras las recientes nevadas y heladas que han afectado a España, las autoridades han recurrido al uso de sal en las carreteras para derretir la nieve y prevenir la formación de placas de hielo. Aunque esta medida es crucial para la seguridad vial, también puede representar un riesgo para la mecánica de los vehículos, con averías que pueden alcanzar los 8.000 euros, según advierten los técnicos de Euromaster, empresa especialista en mantenimiento del automóvil.
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Daños en el filtro de aire del motor
La sal no solo se deposita en el asfalto, sino que también queda en suspensión debido al tránsito de los vehículos. Esto puede afectar al filtro de aire del motor, que puede obstruirse con partículas de sal, comprometiendo su funcionamiento y, en casos extremos, dañando la durabilidad del motor. La reparación de esta avería puede suponer un desembolso considerable, alcanzando los 8.000 euros en los modelos más afectados.
Riesgos para el filtro del habitáculo
Otro componente vulnerable es el filtro del habitáculo, que protege a los ocupantes de impurezas como polvo, bacterias y polen. Si se obstruye por la acumulación de partículas de sal, el sistema de climatización debe esforzarse más para mantener su rendimiento, lo que reduce su vida útil. La sustitución del filtro tiene un coste que oscila entre 15 y 40 euros, una inversión mínima en comparación con los problemas que puede generar un sistema de ventilación deteriorado.
Efectos en los limpiaparabrisas
Las micropartículas de sal también afectan a las escobillas de los limpiaparabrisas, ya que se acumulan en sus gomas y provocan su desgaste prematuro. Esto disminuye su eficacia, reduciendo la visibilidad y aumentando el riesgo en la conducción. El precio de reemplazo varía entre 10 y 60 euros, dependiendo del modelo y la calidad de las escobillas.
La corrosión y su impacto en componentes clave
El cloruro de sodio, principal compuesto de la sal de carretera, combinado con el agua, forma iones de sodio que aceleran la corrosión y oxidación de piezas metálicas como frenos, amortiguadores, tornillos, tubos de escape y radiadores. Este daño puede generar averías que oscilan desde unos pocos euros hasta miles de euros, dependiendo de la pieza afectada. En algunos casos, la corrosión puede hacer que los tornillos de las llantas se agarroten, dificultando o imposibilitando el cambio de neumáticos en caso de pinchazo.
Prevención y mantenimiento recomendado
Afortunadamente, existen medidas para minimizar el impacto de la sal en los vehículos. Muchos cuentan con una capa de imprimación impermeabilizante, conocida como brea, que protege la parte inferior de la carrocería. Sin embargo, ciertos componentes como los amortiguadores, frenos y tubos de escape quedan expuestos y requieren una vigilancia especial.
Para evitar problemas, Euromaster recomienda revisar regularmente las piezas metálicas y realizar un lavado con agua dulce a presión al menos una vez por semana. Esta simple acción puede ayudar a eliminar los restos de sal y prolongar la vida útil del vehículo.



