La neurociencia, posible solución al fracaso escolar
España es el primer país de Europa en términos de fracaso escolar y de mala inserción laboral de sus jóvenes. Estos datos de la Unesco corresponden al estudio anual “Educación para Todos” (EPT), publicado en octubre de 2012. “Los factores neuropsicológicos influyen directamente en el aprendizaje”, afirma Pilar Martín Lobo, directora del Máster Oficial Universitario en Neuropsicología Y Educación de la Universidad en Internet de la Rioja, que recoge la experiencia de aplicación de la neuropsicología a más de 40 colegios en las aulas y en programas de orientación para mejorar el rendimiento escolar.
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Dejar de estudiar
Uno de cada tres jóvenes españoles de entre 15 y 24 años abandona sus estudios antes de acabar la enseñanza secundaria, según el estudio EPT. Datos similares en años anteriores llevaron a Martín Lobo a explorar los avances científicos sobre el funcionamiento del cerebro en el aprendizaje y a organizar un equipo multidisciplinar con optometristas, expertos en funcionalidad visual y auditiva, expertos en educación física, psicólogos y psicopedagogos, que hizo posible la creación de pruebas diagnósticas y programas con actividades para aplicarlas en al aula y en los departamentos de orientación, así como en centros especializados.
“Los profesores, directivos y orientadores que conocen estos procesos descubren nuevas metodologías para dar respuesta educativa a las necesidades específicas de cada alumno”, afirma Martín Lobo. Con esta finalidad se puso en marcha este Máster en Neuropsicología y Educación, que cuenta ya con ocho años de experiencia y más de 600 graduados de diferentes países.
Los alumnos con éxito escolar tienen mejores habilidades neuropsicológicas que los que suspenden
El libro Bases neuropsicológicas del fracaso escolar, de Víctor Santiuste Bermejo, Carlos Ayala Flores y Pilar Martín Lobo (2005), muestra un estudio-investigación, financiado por el CIDE a nivel nacional, realizado con 200 alumnos de Primaria: 100 de estos alumnos suspendían más de dos asignaturas y los otros 100 alumnos aprobaban y obtenían buen rendimiento escolar. El resultado de la aplicación de pruebas neuropsicológicas reflejó que los alumnos que aprobaban tienen más desarrolladas sus habilidades neuropsicológicas que los alumnos que suspenden.
Aplicaciones en el aula
El profesor aprende a relacionar la funcionalidad visual con la lectura, la motricidad con la escritura, la audición con el aprendizaje de los idiomas y con otros procesos matemáticos de razonamiento y de resolución de problemas e inteligencias múltiples o creatividad.
A través de sencillas actividades, cada niño va desarrollando su potencial y está en las condiciones óptimas para el aprendizaje; esto hace que se sienta comprendido y que trabaje con mayor autoestima y seguridad personal, “con mayor motivación al estudio de forma afectiva y efectiva”, afirma Pilar Martín Lobo.
Los programas de neuropsicología aplicados al aula sirven de prevención de dificultades, de desarrollo de capacidades y son altamente efectivos tanto en edades tempranas como en la educación primaria y secundaria.
Niños con altas capacidades
La neurociencia no solo ayuda a aquellos niños con mayor dificultad en el aprendizaje, sino que también enseña a los profesores a identificar a los alumnos con altas capacidades. Es importante localizar a estos niños porque, según explica Pilar Martín Lobo “pueden tener algunas dificultades en sus relaciones sociales y resultan problemáticos, si no encuentran la respuesta educativa que necesitan de sus padres, profesores y de la sociedad”.
En el Máster de Neuropsicología y Educación se incluye la asignatura de Atención al talento y altas capacidades, con el objeto de dar a conocer cómo son estos alumnos y cómo organizar la metodología apropiada en el aula, los procedimientos para reconocerlos, para elaborar programas específicos y para orientarles en su vida personal.
El 30 % de los niños y adolescentes fracasa en la escuela
El 30 % de los niños/ adolescentes en nuestro país fracasa en la escuela, siendo la edad donde se produce mayor fracaso entre los 12 y 16 años. España encabeza la lista de países europeos con un mayor fracaso junto con Portugal y Grecia. Finlandia, Letonia y Alemania son, por el contrario, los países con una menor tasa, no supera el 10-15 %. La violencia y el acoso escolar constituye una de las causas de fracaso escolar. En la actualidad, el 14 % de los adolescentes sufre acoso escolar.
Según indica el doctor Germán Castellano, presidente de la Sociedad Española de Medicina del Adolescente de la Asociación Española de Pediatría, existen toda una serie de causas tanto médicas como no médicas que explican este fracaso. “Entre las causas no médicas, la violencia y el acoso escolar constituye uno de los motivos de abandono de los estudios”. En nuestro país, se estima que el 14 % de los niños/adolescentes sufre acoso escolar “y, de este porcentaje, el 2 % padece una conducta violenta extrema. En la mayoría de las ocasiones, el acoso se manifiesta en insultos, motes, chantaje, exclusión del grupo, ridiculización, y más recientemente, se realiza a través de móviles y ordenadores”.
“Asimismo -señala el doctor Castellano- el fracaso escolar está muy asociado a ciertos déficit en la familia y en el propio sistema educativo. En concreto, nuestros programas educativos no están favoreciendo el interés de los niños por el estudio o primando el esfuerzo. Aunque ahora se está empezando a corregir, los niños han podido ir accediendo a los siguientes cursos al cumplir la edad y no por aprobar las asignaturas. Además, el cambio en los programas educativos no ayuda a generar estabilidad. En Finlandia, país de referencia en este sentido, tienen desde hace más de 10 años el mismo programa educativo”.
“Por otro lado, la familia. Los padres, en cierta manera, han ido perdiendo autoridad y se ha ido produciendo una dejación de sus funciones. A los niños ya no se les estimula sino que se les consiente y se les protege en exceso”.
Los problemas médicos no representan más del 7 % de los casos de abandono. La hiperactividad sigue siendo el principal problema y, tras él, se situarían los trastornos psicomotores y los de aprendizaje como la dislexia. No obstante, como subraya el doctor Castellano, “estos problemas diagnosticados se pueden tratar”.
Consecuencias
La mayoría de estos adolescentes que fracasan en los estudios, abandonan también la formación profesional. “Normalmente, tratan de acceder al mundo laboral pero sin cualificación, por lo que, en muchas ocasiones no encuentran el trabajo que desean, lo que lleva a situaciones de falta de motivación, autocrítica, desinterés y mala conducta”, señala el doctor Castellano.
En opinión del presidente de la Sociedad de Medicina del Adolescente, “muchas de estas situaciones y del fracaso escolar se podrían evitar si, por un lado, las familias con jóvenes con problemas en la escuela adoptarán un papel más activo y de mayor responsabilidad en estas cuestiones y, por otro parte, el sistema educativo fuera más estable. Asimismo, el pediatra debe detectar tanto las posibles causas médicas como no médicas que subyacen en los problemas de escolarización, aunque nos enfrentamos -reconoce el doctor Castellano- a una presión asistencial que nos limita en muchas ocasiones el tiempo para poder indagar y detectar posibles problemas”.
El 30 % del fracaso escolar se debe a problemas de visión
Los niños cada vez dedican más tiempo a actividades en las que se realiza un gran esfuerzo en visión cercana, como la lectura, ver la televisión, trabajar delante de un ordenador o jugar a la videoconsola. Esto está produciendo un incremento de estudiantes con miopía. Los defectos visuales, como miopía, hipermetropía, estrabismo, etc., afectan a uno de cada cuatro niños en edad escolar. Así, si un niño no ve bien no podrá seguir las explicaciones de la pizarra, no podrá leer y estudiar con comodidad, su comportamiento será distraído, empeorará su memoria visual y le costará aprender las lecciones.
¿Y cómo detectar los problemas visuales en el niño?
Uno de cada cinco niños en edad escolar presenta deficiencias en la vista, por eso, lo más recomendable, estima el Presidente del Consejo General de Colegios de Ópticos-optometristas, Juan Carlos Martínez Moral, es acudir a la consulta del oftalmólogo al menos una vez al año, puesto que estas alteraciones se pueden prevenir con revisiones periódicas desde los primeros años de vida.
Pero aparte de esa necesaria revisión anual, los padres y profesores deben estar atentos ante una serie de síntomas de los escolares que suelen señalar la existencia de problemas visuales, como escozor de los ojos, lagrimeo excesivo, frotarse los ojos o parpadear constantemente, excesiva sensibilidad a la luz, fruncir el ceño cuando se lee o se escribe, o perderse entre líneas.
Los problemas más habituales de visión asociados al fracaso escolar están ocasionados por defectos de refracción como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo, el estrabismo y la ambliopía u ojo vago.
Cuando un niño tuerce la cabeza o cierra un ojo al leer, escribe en renglones torcidos, tiene baja comprensión de la lectura para su edad, se acerca mucho a la televisión, sufre frecuentes dolores de cabeza y cansancio después de leer un rato o de realizar otra actividad en la que la visión resulte un factor clave, o adopta mala postura del cuerpo o la cabeza, se están produciendo señales de alerta.
Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad
Se estima que entre el 5 % y el 7 % de los niños en edad escolar y al 4 % de los adultos padece Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH). Esta patología psiquiátrica, al ser un trastorno crónico, persiste en la edad adulta hasta en el 60 % de quienes lo han padecido en la infancia y adolescencia.
Esta patología puede tener importantes consecuencias que van desde el fracaso escolar en la infancia, dificultades laborales en la edad adulta, hasta poder constituirse en el origen de dificultades sociales (más posibilidad de consumir drogas o sufrir accidentes de tráfico, por ejemplo).
Sin embargo, a pesar de tratarse de una patología con elevada prevalencia en la población infantil, está marcada por un gran estigma social, determinado por el desconocimiento de la población, la falta de profesionales especializados, la demora y los errores en el diagnóstico, y la ausencia de programas de prevención, según manifiesta la Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención (FEAADAH).
En este sentido, aunque los primeros síntomas se pueden manifestar en niños de 3 ó 4 años, e incluso antes, no es hasta alrededor de los siete cuando los padres suelen consultar al médico, dicen los expertos, pero la detección temprana es fundamental en esta enfermedad ya que mejora su evolución y pronóstico y, lo que es más importante, mejora la calidad de vida del niño y de la familia.
Prevención del fracaso escolar
Las doctoras Inmaculada Escamilla y Pilar Gamazo, especialistas en Psiquiatría de la Clínica Universidad de Navarra, son autoras de un libro sobre las causas médicas del fracaso escolar y los tratamientos para superarlo Según afirman estas expertas, quizá deberíamos hablar de fracaso educativo, no escolar, como algo que afecta al estudiante, a su familia, a la escuela y a la sociedad.
En comparación con otros países de nuestro entorno, las doctoras Escamilla y Gamazo señalan que los índices de fracaso escolar en España -según los informes PISA 2003, 2006 y 2009- están por encima de la media europea de los países de la OCDE.
Sin embargo, apuntan las autoras del libro, los resultados académicos no son la demostración suficiente de los conocimientos reales del niño sobre la materia. Los estudiantes con determinadas dificultades o problemas, como déficit de atención e hiperactividad, problemas de visión…, precisan de una metodología diferente en la evaluación; se trata por tanto, de una adaptación metodológica, no curricular y no significativa. Por consiguiente, habría que reconocer que la diferencia no supone inexorablemente una discapacidad.
En cualquier caso, estiman, un niño con dificultades académicas debe ser valorado y seguido, inicialmente en su entorno más cercano -la familia y el equipo de orientación del colegio-, pero si el problema persiste debe ser remitido al especialista y a los expertos en esta materia.
La motivación y el refuerzo positivo son fundamentales para conseguir una actitud favorable ante el estudio o trabajo y perseverar en él, estos, constituyen por tanto los métodos fundamentales para lograrlo.
El ajedrez, contra el fracaso escolar
El ajedrez es a día de hoy una eficaz herramienta educativa contra el fracaso escolar por cómo desarrolla la capacidad del alumno para solucionar de forma más rápida y eficaz problemas complejos y el cálculo de sus opciones a corto y largo plazo, según los responsables del Campeonato de España de Ajedrez Escolar por Internet JaqueMate, Fundación Telefónica, a través de su programa EducaRed, y la Escuela de Ajedrez Miguel Illescas (EDAMI).
En ese sentido, el llamado juego ciencia potencia el desarrollo de las habilidades relacionadas con el hábito de la toma de decisiones, mejor que otras materias curriculares. El ajedrez es una actividad transversal que desarrolla hábitos positivos y ayuda al aprendizaje de otras asignaturas, potenciando aspectos clave del rendimiento escolar e incidiendo en la emergente formación del carácter de los alumnos. Entre las áreas cognitivas y emocionales que potencia este juego en los alumnos destacan la concentración, la visualización, la reflexión y reacción, la ponderación de las opciones, el análisis concreto, el pensamiento abstracto, la planificación y la atención en paralelo a múltiples sucesos.
Los beneficios educativos del ajedrez: la toma de decisiones y la responsabilidad de los actos
“El ajedrez posee un enorme potencial -afirma Veselin Topalov, gran maestro internacional que ocupa en la actualidad el número seis del ranking mundial -; como cultura y como educación para los niños, el ajedrez está ligado a la inteligencia. Además, las TIC benefician especialmente este juego”.
Para Miguel Illescas, gran maestro internacional de ajedrez, miembro del equipo olímpico español desde 1986 y ocho veces campeón de España individual y otras tantas por equipos, “todo lo que aprendemos hoy puede sernos útil mañana y es importante señalar que la vida y el ajedrez nos plantean situaciones parecidas: debemos resolver problemas, hacer planes y tomar decisiones”.
El ajedrez, inventado hace más de 1.500 años en India, nació -según la tradición- de la mano de un sabio indio que ideó el juego para solaz de su monarca y, sobre todo, la formación intelectual de sus vástagos, para que supieran tomar decisiones en el campo de batalla… y en su propia vida. Efectivamente, el ajedrez es un juego que posee no sólo componentes deportivos, sino científicos y artísticos, una especie de gimnasia mental que numerosos estudios confirman como eficaz herramienta pedagógica, puesto que sus beneficios se desarrollan en una triple vertiente: formación intelectual y en valores y desarrollo personal.
En opinión de los expertos educadores que se sirven del ajedrez en el aula, este deporte ayuda al alumno en la resolución de ejercicios, puesto que se basa precisamente en la toma de decisiones, en donde cada alumno es responsable de sus actos. Además, el ajedrez crea un patrón de pensamiento que, utilizado con precisión, fomenta la consecución de objetivos: los alumnos se acostumbras a buscar diferentes alternativas, sopesando sus decisiones, lo que favorece su creatividad y fluidez en el cálculo y su agudeza mental.
En definitiva, un entorno de aprendizaje organizado alrededor de este juego tiene un efecto muy positivo en la actitud del alumno hacia el estudio y su desarrollo cognitivo, como ya han demostrado los estudios de Johan Christiaen, en el colegio municipal de Assenede en Bélgica, entre 1974 y 1976; Edelmira García de la Rosa, creadora del proyecto “Aprender a pensar” en Venezuela; el dr. Margulies en un colegio del noveno distrito neoyorquino, en 1991; Louise Gaudreau, en el ámbito del aprendizaje de las matemáticas en New Brunsmick (Estados Unidos), de 1989 a 1992; y Boris Zlotnik en el colegio Monte Faro de la Coruña, en 1993. En todos los casos, los niños habían visto aumentada significativamente su capacidad intelectual. De hecho, el ajedrez ya forma parte del currículo en más de 30 países. En Venezuela, Islandia o Rusia es una asignatura que se imparte en todos los colegios públicos.