La mujer sigue cuidando de mayores, niños y enfermos
Las mujeres son las cuidadoras principales de los mayores en familia en más del 80 por ciento de los casos, según un estudio de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) que aparece en el último volumen de la Colección de Estudios Sociales de la Fundación La Caixa. Según la investigación, España se caracteriza por la homogeneidad en el perfil de quien cuida: mujeres en un 83 % de los casos, de 52 años de media. En general, el cuidado familiar tradicional es cada vez más insostenible, sobre todo a causa de la incorporación de la mujer al mercado laboral, de la disminución de amas de casa, del aumento del envejecimiento poblacional y de la edad cada vez más avanzada de los cuidadores.
El estudio en el que se concretan estas conclusiones con datos está publicado en el volumen 28 de la Colección de Estudios Sociales de la Fundación La Caixa con el título El cuidado de las personas. Un reto para el siglo XXI. Sus autoras, Constanza Tobío, Mª Victoria Gómez, Mª Silveria Agulló y Mª Teresa Martín Palomo, son cuatro investigadoras del Departamento de Ciencia Política y Sociología de la UC3M que tienen publicados libros y numerosos artículos en revistas nacionales e internacionales en el ámbito de los estudios de género, las relaciones familiares, el envejecimiento y el cuidado.
Los cuidados requieren un nuevo modelo
El estudio examina la situación actual y los desafíos futuros que presenta los cuidados en nuestro país. La incorporación de las mujeres al mundo laboral y el gran aumento de la esperanza de vida son los dos principales factores que exigen un nuevo modelo de cuidado que supere el papel tradicional de la familia, y básicamente de la mujer, como cuidadora.
Pero para ello es necesario habilitar infraestructuras y servicios de apoyo profesional, que hoy son deficitarios, según las autoras del informe. “Hay todavía una generación de mujeres entre 50 y 70 años que están disponibles para el cuidado de los más mayores y de los nietos, pero ellas también van envejeciendo y las nuevas generaciones están mayoritariamente ocupadas en el mercado de trabajo”, apunta la coordinadora del estudio, Contanza Tobío, catedrática de Sociología de la universidad madrileña.
El estudio integra e interpreta los datos publicados por fuentes oficiales, tanto estatales como europeas, y los hallazgos de investigaciones relevantes en el ámbito del cuidado. Uno de los aspectos que se destacan es que la familia, y sobre todo las mujeres, siguen siendo el principal sostén de las personas dependientes en España (30 %), como ocurre en Grecia o en Italia, y en contraposición con los Países Bajos o Dinamarca (4 %).
En este sentido, España se caracteriza por la homogeneidad en el perfil de quien cuida: mujeres en un 83 % de los casos, de 52 años de media (el 20 % tiene más de 65 años y casi un tercio ha cumplido los 60), casada, con estudios primarios, sin ocupación remunerada y, en un 40 % de los casos, hija del dependiente. Además, en un 77,2 % de los casos se trata de un cuidador permanente y en un 17 % tiene a más dependientes, menores o mayores, bajo su responsabilidad, ejerciendo como multicuidador (Libro Blanco de la Dependencia, 2005).
Este perfil corresponde sobre todo a la última generación de mujeres no activas en el mercado laboral, que en la actualidad representa el recurso principal con el que cuentan las familias de las nuevas generaciones trabajadoras. “Sin embargo, esta alternativa es solo una solución provisional -explican las investigadoras-, porque todo parece indicar que las primeras generaciones de mujeres trabajadoras no reproducirán este rol cuidador que hoy realiza la última generación de amas de casa”.
El estudio pone sobre la mesa, en definitiva, el reto que hoy suponen los cuidados para nuestra sociedad, como “la construcción de un modelo que conjugue la igualdad de género con la construcción del cuidado como un nuevo derecho social, de tal manera que se genere un nuevo marco que permita desarrollar las potencialidades de todas las personas a la par que podamos asumir todas las limitaciones que tenemos”, comenta otras de las autoras del estudio, Martín Palomo. “Todo esto – continúa – genera una serie de interrogantes, como: ¿cuál es el modelo de cuidado hacia donde va nuestra sociedad y de qué manera se va a financiar? ¿De qué forma se va a hacer posible?”.
La prestación de servicios sociales públicos es insuficiente
La consolidación del cuidado familiar obedece a la escasez de recursos institucionales. La prestación de los servicios sociales destinados a personas mayores es insuficiente y varía según las comunidades autónomas. Los índices de cobertura de servicios de atención a domicilio o residencias no llegan al 5 %, y en los centros de día apenas se sitúa en el 0,8 %. Además, a la falta de recursos para la atención se añade la tendencia tradicional al cuidado familiar.
Todo ello provoca que las ayudas económicas previstas en la Ley de Dependencia para las familias, que debían ser una excepción en caso de no dar abasto la red de servicios públicos, supongan actualmente el 51 % de las prestaciones. “Por primera vez en la historia se puede decir, en lo que se refiere a la Ley de Autonomía Personal -más conocida como Ley de Dependencia- que en el campo de las políticas sociales se ha detectado un problema y se han definido los medios necesarios para abordarlo antes de que se hiciera enorme”, afirma Constanza Tobío.
“Sin embargo, el camino no está siendo fácil y es necesario recorrerlo a pesar de las dificultades previstas e imprevistas que van apareciendo”, concluye la científica social.