La importancia de denunciar al 091 los maltratos por violencia de género
La Policía Nacional reitera a las mujeres víctimas de cualquier tipo de maltrato, físico o psicológico, la necesidad de denunciar las amenazas, abusos, acosos, insultos, lesiones, coacciones o vejaciones. Con motivo del Día Internacional contra la Violencia de Género, la Policía Nacional pide a las víctimas, y también a todas las personas de su entorno que conozcan la existencia del maltrato, que rompan su silencio y denuncien a los agresores llamando al 091. Más de 71.000 agentes de la Policía Nacional velan por la seguridad de todos los ciudadanos y están al servicio de todas las mujeres que sean víctima de estos delitos. Además, existen más de 1.500 agentes especializados en el tratamiento de víctimas especialmente vulnerables, con formación específica en herramientas para prevenir, detectar y actuar frente a la violencia de género. Además, también existen otros organismos que ofrecen más ayudas a mujeres maltratadas.
Contenido de la información:
- Cómo denunciar a un maltratador
- Las víctimas de violencia de género también estarán protegidas de sus agresores fuera de España
- Nuevas medidas en materia de violencia de género
- El paro provoca violencia doméstica
- Mujeres atractivas, más culpables
- Violencia machista: más de 25 % de las jóvenes también sufren maltratos
Cómo denunciar a un maltratador
Existen diferentes teléfonos para denunciar a un maltratador. Aunque la vía principal es hacerlo a través del teléfono específico de malos tratos:
Teléfono malos tratos
El teléfono específico habilitado para denunciar malos tratos es el 016.
Este teléfono está habilitado las 24 horas del día, los 365 días del año.
También tienen habilitado un correo electrónico: 016-online@mscbs.es
Puedes consultar todos los detalles acerca de cómo funciona el número contra la violencia de género desde la información enlazada.
Guardia Civil
Puedes denunciar el maltratador mediante el teléfono de los cuerpos y fuerzas de seguridad de competentes en tu zona. En caso de ser la Guardia Civil, tienes que llamar al 062.
Emergencias
Otra posibilidad es llamar al 112, el teléfono de emergencias.
La Policía Nacional está especialmente sensibilizada ante la violencia de género y lleva más de un cuarto de siglo formando a agentes en delitos en los que la mujer es la principal víctima. En 1986 se creó el primer Servicio de Atención a la Mujer, -el SAM-, en Barcelona. Actualmente, el SAM está encuadrado, junto con el GRUME, en los Servicios de Atención a la Familia (SAF). Existen 110 servicios de Atención a la Familia repartidos en toda la geografía española con casi 900 agentes especializados. Su finalidad es prestar una atención preferente, asistencia y protección a las mujeres que han sido objeto de comportamientos violentos en el ámbito familiar y atenuar, en la medida de lo posible, los efectos de dicho maltrato.
Junto a estos servicios, en 2004 se puso en marcha las UPAP, Unidades de Prevención, Asistencia y Protección a las víctimas de violencia de género. Hoy en día existen 155 UPAP, con más de 600 agentes que han superado un proceso de selección en el que se tienen en cuenta conocimientos, madurez profesional y sus habilidades sociales y comunicativas.
Entre los objetivos de las UPAP se destaca la mejora de la actuación preventiva, dotar de mayor eficacia a las medidas de protección a la mujer contra posibles agresiones, optimizar la respuesta policial inmediata y crear un clima de confianza entre las víctimas y la policía que facilite la denuncia de todas las conductas criminales de las que sea objeto la mujer.
Especialización y sensibilización
La Dirección General de la Policía está reforzando la formación de todos los agentes que trabajan en las unidades especializadas en violencia contra la mujer. El objetivo es aportar pautas de prevención, detección y actuación frente a estos delitos; desarrollar herramientas para la atención, manejo y tratamiento a las víctimas y personas de su entorno, y actualizar los conocimientos sobre la legislación existente y las modificaciones normativas.
Este año se han realizado dos cursos de Actualización en Violencia Doméstica y de Género, además de otros dos cursos de teleformación en esta materia con 800 alumnos. Hace apenas una semana ha finalizado también el XXXV Curso de especialización en Unidades de Prevención, Asistencia y Protección contra los malos tratos a la mujer.
Las víctimas de violencia de género también estarán protegidas de sus agresores fuera de España
En el futuro, las víctimas de cualquier crimen protegidas por una orden de alejamiento u otra medida de defensa contra su agresor podrán mantener sus derechos cuando viajen a otro país de la UE, según un acuerdo alcanzado esta semana entre el Parlamento y el Consejo para crear la Orden de protección Europea. El nuevo proyecto de ley comunitaria se someterá a voto en las Comisiones de Libertades Civiles y Derechos de la Mujer el 3 y 4 de octubre.
Tras un año y medio de intensas negociaciones, lo que empezó como una propuesta de la presidencia española en 2010 para proteger a las víctimas de violencia machista fuera de las fronteras nacionales, se convertirá en una ley de protección a cualquier víctima —no solo de violencia de género—, sino de otras agresiones como intento de rapto, acecho, asesinato, etc.
Por una protección sin fronteras
María tiene dos hijos y un largo pasado de malos tratos a sus espaldas. Logró independizarse y aunque ahora tiene un trabajo estable en Madrid, nunca ha viajado a Roma ni visitado la torre Eiffel porque le aterroriza pensar que al poner un pie fuera de España su marido podría violar con total impunidad la orden de alejamiento contra ella. Con el fin de evitar casos como este, el acuerdo de ley alcanzado entre ambas instituciones obligará a las autoridades nacionales de los veintisiete Estados miembro a reconocer y aplicar las medidas de protección impuestas en cualquier otro país de la UE en relación con sus leyes penales.
Este sería el caso de las órdenes de alejamiento emitidas en España. Por otro lado, si las órdenes de protección de víctimas son emitidas en el ámbito del derecho civil (lo que ocurre en otros países como Alemania), estas serán incluidas en otro proyecto de ley diferente, propuesto por la Comisión en mayo. “Se trata de un gran paso hacia el establecimiento de un área de justicia en Europa, donde la gente pueda moverse libremente a otro Estado miembro sin arriesgar sus vidas”, ha declarado la ponente del informe en la Comisión de Libertades, la socialista Carmen Romero.
“Esta directiva pronto estará disponible para ayudar a las víctimas a sentirse seguras en toda Europa, y no solamente a las que sufren violencia de género, sino cualquier otro tipo de víctima”, añadió la ponente de la Comisión de Derechos de la Mujer, Teresa Jiménez-Becerril Barrio (PPE).
Siguientes pasos
El borrador de ley europea acordado tendrá que ser ahora sometido a la aprobación formal por parte del Parlamento —los votos en las Comisiones de Libertades y Derechos de la Mujer tendrán lugar el 3 y 4 de octubre— y del Consejo —en la reunión de ministros de Justicia del viernes 23 de septiembre-.
Nuevas medidas en materia de violencia de género
El Consejo de Ministros ha aprobado hoy un acuerdo para impulsar reformas legislativas en materia de violencia de género que permitan luchar de manera más eficaz contra esta lacra social. Este acuerdo atiende a las iniciativas parlamentarias aprobadas en este ámbito: el Informe de la Subcomisión para el estudio y funcionamiento de la Ley integral y la moción aprobada por el Pleno del Congreso el 7 de septiembre de 2010.
El Gobierno considera prioritario avanzar en la protección de los menores que se encuentran expuestos a la violencia de género y sufren sus consecuencias de manera directa o indirecta. Para preservar su interés superior y facilitar su recuperación, se instará la reforma legal que impida la posibilidad de atribuir la guarda y custodia individual al progenitor que esté incurso en un proceso penal por violencia de género.
El Gobierno también encomienda la elaboración de un protocolo para la atención de las mujeres españolas víctimas de violencia de género residentes en el extranjero. Asimismo, se elaborarán protocolos de atención sanitaria para mujeres en situación de especial vulnerabilidad, como mujeres inmigrantes o con discapacidad.
Para garantizar los derechos de las mujeres víctimas y proporcionarles recursos económicos, las ayudas económicas del artículo 27 de la Ley integral no computarán para reconocer el derecho a las pensiones no contributivas.
Por otra parte, se impedirá que los hombres condenados por delitos relacionados con la violencia de género hereden el patrimonio de la víctima.
Para la mejora de la tutela de los derechos de las víctimas de violencia de género, así como de sus hijos e hijas, las Unidades de Valoración Forense Integral serán constituidas como una unidad orgánica específica dentro de los Servicios de los Institutos de Medicina Legal y se regularán los equipos psicosociales en el ámbito de la Administración de Justicia. El acuerdo establece expresamente la prohibición de que cualquier empleado público condenado por un delito de violencia de género puede ser responsable directo o ejercer en servicios o unidades específicas para la violencia de género.
El paro provoca violencia doméstica
Los estados de desempleo y de baja ocupación se han asociado, respectivamente, con la violencia física y psicológica. Un estudio de la Conserjería de Sanidad y Consumo de la Comunidad Madrid acaba de estimar la prevalencia de la violencia de género por tipo entre la población femenina de Madrid y evalúa la asociación con las variables socioeconómicas. Así, más del 10 % de las mujeres madrileñas han sufrido algún tipo de maltrato en 2009.
La investigadora Belén Zorrilla, de la Conserjería de Sanidad y Consumo de la Comunidad Madrid, recoge en el estudio cómo la violencia de género es un problema de salud pública con unas consecuencias muy significativas en la salud de las mujeres.
Método del estudio
El estudio transversal se realizó en el año 2004 con 2.136 mujeres de entre 18 y 70 años que residen en la Comunidad de Madrid con su pareja o que han estado en contacto con una expareja durante el año anterior, las entrevistas han sido realizadas telefónicamente.
El cuestionario utilizado para medir la violencia de género del pasado año 2009 constaba de una traducción al español del módulo de violencia psicológica y sexual de la Encuesta Nacional de Francia de la Violencia contra la Mujer y del módulo de violencia física de la Escala de tácticas de conflicto-1. Se crearon unos modelos específicos de regresión logística para evaluar la asociación con los factores socioeconómicos.
Cerca del 10,1 % [intervalo de confianza (IC) del 8,9-11,5] de las mujeres han sufrido algún tipo de violencia de género durante el año pasado. El 8,6 % (IC 7,4-9,8) ha experimentado violencia psicológica, el 2,4 % (IC 1,8-3,1) violencia física y el 1,1 % (IC 0,68-1,6) violencia sexual; la prevalencia de la violencia únicamente psicológica (no física ni sexual) fue del 6,9 % (IC 5,8-8,0).
Los factores asociados únicamente con la violencia psicológica que se observaron fueron estados de divorcio o separación y trabajadores del Grupo III (personal administrativo y supervisores de obreros) o V (obreros no especializados). El desempleo y los estados de divorcio o separación se asociaron con la violencia física.
Las mujeres españolas han experimentado violencia de género durante el último año a un nivel similar al de otros países desarrollados. Los estados de desempleo y baja ocupación se han asociado con la violencia física y únicamente psicológica, respectivamente.
Mujeres atractivas, más culpables
Una investigación de la Universidad de Granada, basada en encuestas a la policía, indica que en delitos de violencia de género en los que la mujer mata a su maltratador, si la acusada se presenta como atractiva, se le atribuye mayor responsabilidad en el crimen. Así que la belleza de una acusada puede influir injustamente en la percepción de su culpabilidad, según este estudio.
Desde la psicología social se ha observado que en diferentes ámbitos, como el laboral, académico e incluso en el judicial, el atractivo físico de una persona influye en cómo es percibida por los demás. De alguna manera se produce una asociación mental de que ‘lo bello es bueno’. Sin embargo, en cuestiones de violencia de género los resultados son diferentes. “Al presentar como atractiva a la acusada de matar a su maltratador, los participantes le atribuyeron mayor responsabilidad en los hechos y, al contrario, si se la definía como ‘no atractiva’, este índice disminuyó”, declaran Antonio Herrera, Inmaculada Valor-segura y Francisca Expósito, autores del estudio que publica la revista The European Journal of Psychology Applied to Legal Context.
Más responsabilidad si es guapa
Para realizar el estudio, se redactaron dos tipos de historias ‘ficticias’ sobre un proceso judicial en el que la protagonista era una mujer acusada de matar a su marido y que había declarado en su defensa haber sufrido una larga historia de maltrato y que, por tanto, cuando lo mató actuó en defensa propia. En una de las historias la descripción de la mujer encajaba con el estereotipo de maltratada y en la otra no.
“De esta manera, teníamos a la mitad de los policías que leían un relato en el que la acusada era una mujer joven, maltrecha, deteriorada físicamente y de aspecto frágil, con hijos y económicamente dependiente de su pareja. Y la otra mitad leyó la historia de una mujer sin hijos, asesora financiera, casada durante 10 años y que durante el proceso judicial se presenta bien vestida, decidida y calmada en su interacción con el juez y los abogados”, explican los autores.
Los investigadores pidieron a los participantes que adoptaran el papel de jurado y que contestaran a una serie de preguntas relacionadas con la credibilidad, responsabilidad y control de la situación que les había generado la mujer que se describía. También le preguntaron sobre su ideología sexista.
El prototipo de mujer maltratada
Los autores señalan que una de las variables que ha ejercido mayor efecto en la valoración de la criminalidad es si la mujer encaja o no con el estereotipo de mujer maltratada, lo que se denomina prototipicidad.
“Los resultados mostraron que cuando se presentaba a los participantes a una mujer maltratada no prototípica, es decir, que no encaja con la idea que la sociedad tiene de este tipo de mujeres, se le atribuía un mayor control de la situación, lo cual, en términos legales, se puede traducir en una mayor culpabilidad”, aseguran.
La otra variable que relacionaron con la valoración que el ‘jurado’ hacía del caso es el sexismo de los participantes. En este sentido, los que tenían mayores puntuaciones en sexismo hostil -denominado también sexismo tradicional o machismo- eran los que mayor control de la situación otorgaban a la acusada.
“Este trabajo, pese a las posibles limitaciones que pueda presentar, nos pone en alerta sobre la necesidad de aumentar la formación en cuestiones de género para todos los agentes jurídicos y de seguridad. Su trabajo es fundamental en el proceso y pueden estar condicionados por variables ajenas, como el atractivo físico o las creencias estereotípicas sobre la violencia de género”, concluyen los autores.
La muestra empleada en la encuesta fueron 169 policías pertenecientes a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado. La mayoría eran varones -153 hombres y 16 mujeres- procedentes de diversas ciudades españolas.
Violencia machista: más de 25 % de las jóvenes también sufren maltratos
Según un estudio realizado por la Universidad de Sevilla, el 26,8 % de las jóvenes españolas declaran sentirse atrapadas en su relación. Además, cerca del 12 % se ha sentido atemorizada por su pareja. A pesar de ello, el 57 % de las que se perciben como maltratadas prolongan sus relaciones con el agresor más de un año. Según los expertos, los preuniversitarios tienen un nivel de información escaso acerca de qué es la violencia de pareja.
Los niveles de tolerancia al maltrato en jóvenes de entre 13 y 25 años es sorprendente. La tolerancia a situaciones de violencia (en muestras pre y universitarias) es elevada tanto en personas que se perciben como maltratadas como no maltratadas, especialmente en el caso de las mujeres”, afirma el profesor Luis Rodríguez Franco, de la Universidad de Psicología de Sevilla. Según los expertos, las campañas contra la violencia machista deberían insistir sobre conductas concretas en las que aplicar la ‘Tolerancia 0’.
De un artículo de este experto, publicado este mes en la International Journal of Clinical Health Psychology, se desprende que el 26,8 % de las jóvenes españolas se siente atrapadas en su relación, mientras que un 11,9 % asegura haber tenido miedo.
Según explica Rodríguez Franco, el Instituto de la Mujer en España matiza la existencia de mujeres adultas que se autoperciben como maltratadas y las técnicamente maltratadas (víctimas que soportan algún tipo de violencia, pero no le atribuyen la etiqueta de maltrato). De este modo, el objetivo de este estudio es verificar ambos tipos de maltrato y desarrollar alternativas de evaluación en parejas jóvenes.
Maltratadas, atemorizadas y atrapadas
Para ello, se utilizó una combinación de 13 ítems conductuales y de una pregunta sobre percepción de maltrato (evaluaciones atómica y molecular, respectivamente). A través de las preguntas contenidas en el Cuestionario de Violencia de Novios (CUVINO), se realizaron dos estudios diferenciados con muestra de mujeres adolescentes y jóvenes escolarizadas. El primero de ellos (709 mujeres con una media de 18,5 años) replicó la evaluación de maltrato técnico llevada a cabo por el Instituto de la Mujer, y detectó un 6,2 % de maltrato percibido y un 71 % de maltrato técnico.
En un segundo estudio sobre 1.327 jóvenes de 18,5 años de media, se evaluó la concordancia entre percepciones generales (sentirse maltratada, sentir miedo y sentirse atrapada en la relación), y se encontró un 5,8 % de mujeres maltratadas, un 11,9 % atemorizadas y un 26,8 % atrapadas en sus relaciones.
Tras más de 10 años de estudio, los resultados del CUVINO, orientado a la evaluación de la violencia de género entre parejas de novios universitarios, con una muestra de más de 2.000 personas de Sevilla, Oviedo, A Coruña, Pontevedra y Huelva, arroja como resultado una estructura en ocho factores: violencia por coerción, emocional, sexual, de género (por la simple condición de ser mujer), instrumental, social, física y por desapego. Asimismo, el estudio señala que la edad de inicio de la relación problemática es temprana, especialmente en las mujeres, que ya indican relaciones conflictivas a los 13 años, mientras que en el caso de los varones solo es detectada a partir de los 16.
Tolerancia cero, ¿pero con qué?
Respecto a la duración de estas relaciones, el grupo de expertos ha determinado que solo en el 15,25 % de los casos de mujeres que se declaran maltratadas la relación llega a los seis meses, mientras que en el 57 % ha sido mayor a un año. “Estos datos tienen una clara lectura y es que no se trata de relaciones esporádicas y que no es fácil cortar con el agresor”, indica el experto.
Los hombres, por su parte, denuncian sentirse indefensos porque en el 80 % de los casos de varones que se perciben como maltratados afirman no recibir apoyo.
En la misma situación se encontraron el 42,10 % de las mujeres.
Luis Rodríguez Franco añade que las campañas de prevención en España se orientan a la denominada ‘Tolerancia 0’ aunque los resultados indican que tales campañas deberían hacer un especial énfasis en qué aspectos concretos y específicos se debería adoptar tal ‘Tolerancia 0’. De hecho, los miembros del equipo de investigación han obtenido conclusiones clínicas de sus actividades de prevención.
Especialmente en preuniversitarios, el nivel de información acerca de qué es la violencia de pareja es muy escaso y habitualmente es identificada por ellos como de naturaleza exclusivamente física. Este puede ser uno de los factores que justifiquen los altos niveles de tolerancia hacia conductas constitutivas de violencia de pareja, que quedan relegadas de una actitud crítica al considerarse o bien normal, o bien algo ajeno a lo que es la violencia de pareja.