La historia del Día de la Madre, una tradición cuyo origen es valorar su figura

La historia del Día de la Madre, una tradición cuyo origen es valorar su figura
NOTICIA de Javi Navarro
29.04.2011 - 16:12h    Actualizado 22.02.2023 - 14:47h

El Día de la Madre se celebra el primer domingo de mayo y, aunque puede ser una excusa que aprovechen muchos para comprar, vender y sorprender con un regalo, sin embargo, posee un origen forjado a lo largo de los siglos y que comenzó siendo una manera de honrar a las amadas progenitoras.

El origen del Día de la Madre

La tradición del día de la madre empezó en la Grecia antigua, por las festividades en honor a Rhea, madre de los dioses Poseidón, Zeus y Hades, que simboliza la Tierra. Posteriormente, los romanos inspirarían La Hilaria, que se celebraba el 15 de marzo.

Cuando el cristianismo comenzó a extenderse, esta conmemoración, de origen pagano, pasó a celebrarse en honor a la Virgen María, madre de Jesucristo. Esta fiesta cristiana se ubicó en el día 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, fecha que todavía permanece como Día de la Madre en algunos países.

Más tarde, en Inglaterra, a principios del siglo XVII, se comenzó a dedicar el cuarto domingo de la Cuaresma a este día. En el día de la celebración, que se denominó ‘Domingo de Servir a la Madre’, muchos criados se liberaban de su tarea para disfrutar del cariño materno. El festejo se acompañaba con la preparación de una tarta casera.

Anna Jarvis: La madre del Día de la Madre

El movimiento de la primera invitación a la creación del Día de la Madre ocurrió en el siglo XIX en Estados Unidos, cuando la escritora Julia Ward Howe organizó en Boston un encuentro de madres dedicado a la paz. A partir de ahí, la lucha por honrar a las madres la tomó Anna Jarvis, a principios del siglo XX, en una pequeña ciudad del Estado de Virginia Occidental.

Anna buscaba instituir un día para que todos los niños pudiesen homenajear a sus madres a raíz de la pérdida de su madre en el año 1905. Su iniciativa comenzó tratando de contactar con personas influyentes con el objetivo de que estas apoyasen su petición de fijar como fiesta nacional el día de la madre, y que tuviese lugar el segundo domingo de mayo, fecha que coincidía con el aniversario del fallecimiento de su progenitora.

Anna llegó a crear en 1912 la Asociación Internacional Día de la Madre para reforzar su iniciativa. Finalmente, en 1914 el presidente Wilson el proyecto se hizo realidad y a partir de ese momento otros países se sumarían a la propuesta.

La idea de la celebración que Anna Jarvis tanto persiguió era la de fortalecer los lazos familiares y el respeto por los padres. Sin embargo, la fiesta comenzó a perder este sentido para convertirse en lucro de los comerciantes, en aquel momento, principalmente para los que vendían claveles blancos, la flor que simboliza a la maternidad. Por este motivo, y a pesar de haber conseguido el reconocimiento oficial de la conmemoración, Anna Jarvis pretendió eliminar en 1923 la festividad que ella misma había propuesto, puesto que como ella mismo afirmó: “No crié el día de la madre para tener lucro”.

Por desgracia, Anna murió sin ver cumplido su sueño que era ensalzar los valores de cariño y respeto que debemos todos a nuestras madres, puesto que ellas son únicas y su amor también lo es.



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