‘La formación en inglés requiere dedicación y constancia’
En unas fechas en las que los alumnos inscritos en cursos de idiomas aumentan considerablemente este, Juan Carlos Medina, Director General de Pueblo Inglés, aborda en este artículo de opinión las causas del alto fracaso de los españoles a la hora de aprender un segundo idioma, en este caso el inglés, y aporta las claves de la fórmula que nos puede aportar un aprendizaje sólido y duradero.
Uno de los nuevos propósitos por excelencia que conlleva la llegada de un nuevo año es el aprendizaje de idiomas. Los motivos que impulsan a retomar, continuar o iniciar el estudio de otras lenguas suelen ir asociados a las mejores oportunidades laborales que conllevan. En enero confluyen varios factores que le convierten en el mes en el que más personas se matriculan en algún idioma. Sin embargo, cerca de un 40 % abandonarán el curso sin terminarlo.
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La decisión de aprender un idioma no debe ser tomada a la ligera. Antes de formalizar la inscripción, es necesario valorar cuánto tiempo disponemos y a qué estamos dispuestos a renunciar. Aprender un idioma requiere esfuerzo y dedicación. Sin estos dos componentes es imposible alcanzar un nivel que nos permita desenvolvernos con soltura en nuestro ámbito profesional. Desgraciadamente, aunque algunos insistan en decir lo contrario, no existen fórmulas mágicas que nos permitan superar nuestra laguna idiomática en unos meses que lo único que hacen es crear falsas expectativas de aprendizaje a corto plazo que terminan socavando la confianza del alumno. Otra cuestión diferente es saber aprovechar el tiempo y los recursos para acortar los plazos tanto como sea posible. Pero no se trata de algo que deba obsesionar al alumno. El idioma debe entrar de forma progresiva y es contraproducente estar pendiente de cuánto nivel se mejora en cada periodo de aprendizaje. En muchas ocasiones el alumno deberá afrontar momentos en los que percibirá un avance lento, pero esos momentos son vitales para asentar ciertos conocimientos que más adelante nos servirán para percibir un avance más rápido.
Además, la optimización del tiempo es vital para el alumno, que en el aprendizaje tradicional se encuentra con cientos de horas dedicadas a aprender gramática. Existe la idea preconcebida de que es necesario asentar la teoría gramatical en primera instancia antes de lanzarse a hablar en inlglés. La gramática es, en efecto, una parte importante, pero de nada sirve si no se practican rápidamente los conocimientos adquiridos. Es compatible, e incluso necesario, lanzarse a hablar sin haber asentado los conocimientos gramaticales. El idioma no se pude concebir dividido en partes aisladas (escuchar, hablar, leer y escribir). Constituye un todo y debe aprenderse en su conjunto, de forma global. — Es habitual escuchar en muchas entrevistas de trabajo, en las que, por cierto, muchos estudios ratifican que los españoles mentimos en nuestro CV y nos concedemos más nivel del que realmente tenemos, a candidatos que afirman tener un nivel alto en lectura y escritura y medio-alto en lenguaje oral. En realidad, ese nivel medio-alto supondrá muchas dificultades a la hora de mantener una conversación telefónica en inglés con un anglo.
El componente oral requiere de cierta confianza, algo que sólo se puede conseguir precisamente hablando y teniendo experiencias previas en las que uno o varios anglos han entendido perfectamente los mensajes que queríamos transmitir a pesar de que, por el camino, hayamos cometido alguna incorrección. En muchos casos, desde nuestra experiencia en el programa de aprendizaje de Pueblo Inglés, donde 20 españoles y 20 anglos se dedican durante ocho días a hablar y escuchar exclusivamente en inglés, hemos visto a personas que se inscribían con un concepto de su nivel mucho menor del que realmente tenían. Y sólo tras ocho días hablando en inglés con anglos procedentes de Estados Unidos, Inglaterra o Australia se han dado cuenta de que su nivel les permite abordar temas de una profundidad que jamás hubieran pensado antes de la experiencia. La dinámica de “hacerse entender” incide directamente en su autoconfianza y se concreta en una notable mejora de su nivel real de inglés real. Los alumnos deben pensar en un extranjero que hable el español con dificultad o con acento pero que se consiga hacer entender a la perfección.
Ejemplos como el de Johan Cruyff o Gwyneth Palltrow son espejos en los que el estudiante de inglés debe mirarse. Muchos de los extranjeros que nos visitan avanzan más rápidamente con su español porque ellos se lanzan, empiezan desde el principio a intentar “hacerse entender”, a comunicarse, a hablar el español aunque sea con algunas imperfecciones, pero lo hacen con un objetivo claro: ir mejorando su dominio del idioma. Con todo ello, y en la época de nuevos propósitos en la que nos encontramos, es importante frenar los impulsos y sopesar de forma racional la decisión de aprender un idioma. Abandonar un programa o un curso en la mitad del proceso es un obstáculo a veces insalvable para la autoconfianza y es preferible esperar al momento en el que realmente dispongamos del tiempo y de las fuerzas necesarias para aprender. Eso sí, si el alumno ya dispone de esa energía y tiene las ideas claras, entonces es el momento de volcarse, de aprender disfrutando y de lanzarse a hablar cuanto antes.
Juan Carlos Medina, Director General de Pueblo Inglés