La falsificación de firmas crece en momentos de crisis
En época de recesión económica se incrementa exponencialmente la falsificación de documentos privados con la voluntad de obtener un beneficio ilícito. Muchos empresarios autofalsifican su firma para luego no tener que hacer frente a deudas.
La base de las relaciones mercantiles entre empresas se ha sustentado siempre en la aceptación y validación mutua de documentos que reflejan condiciones contractuales, detallándose principalmente retribuciones económicas, deberes o derechos. La garantía para las partes implicadas se infiere implícita y explícitamente de la adecuada formalización de dichos acuerdos.
En este proceso, y en muchas ocasiones, la picaresca es un recurso al que se acude para decantar la balanza en beneficio propio, obviando frecuentemente la legalidad de los actos.
En palabras de Manel Cruz, Gerente del Gabinete Profesional de Peritos Judiciales, “cuando la desaceleración económica comienza a afectar a las empresas los responsables de las compañías agudizan sus instintos más primarios y potencian el ingenio para buscar soluciones que permitan seguir creciendo o, en el mejor de los casos, mantenerse en el mercado”.
En este escenario, según la experiencia del Gabinete Profesional de Peritos Judiciales, aumentan los casos de falsificación de documentos, práctica que se está volviendo considerablemente común. La proliferación de estas prácticas se dispara en situaciones de dificultad económica, produciéndose situaciones esperpénticas como la autofalsificación de la propia firma por parte de empresarios que posteriormente se niegan a abonar cheques o pagarés.
En otras ocasiones, esta connivencia entre los implicados obedece solamente a una cuestión de reparto de las ganancias obtenidas.
Manel Cruz comenta que “aunque la legislación actual ofrece garantías para defenderse ante estos fraudes, es indudable que inicialmente es difícil decidir qué hacer. El desconocimiento de los recursos que ofrecen los expertos o el coste que puede conllevar un informe técnico que requiera conocimiento y experiencia, pueden ser el primer obstáculo que se ha de soslayar. Actualmente, ante este panorama, la dirección de cualquier compañía, a través de su departamento financiero, debe ser cautelosa con los acuerdos entre partes y conocer los recursos legales y técnicos a su alcance para evitar estas estafas tan extendidas“.
Si la situación no ha podido evitarse, los expertos del Gabinete Profesional de Peritos Judiciales recomiendan buscar el asesoramiento profesional de una entidad especializada que ofrezca una opinión fundada y realista. Es frecuente que el afectado, pese a creerse en posesión de la razón, disponga de escaso material, cualitativa o cuantitativamente, en que fundamentar su defensa. Manel Cruz explica que “un perito profesional y de confianza debe ser capaz de discernir cuándo es viable continuar con la realización de un informe pericial y cuándo es necesario buscar una alternativa coherente”.