La excesiva rigidez burocrática frena la eficiencia y el crecimiento de las empresas
Los altos directivos creen que en España existe demasiada burocracia y consideran que la lentitud de la Administración hace que tengamos una desventaja competitiva en los aspectos regulatorios respecto a los países de nuestro entorno. El 60 % de los CEOs encuestados piensa que el Gobierno no ha reducido la carga burocrática sobre las empresas en los últimos años, según revela la primera Encuesta de Alta Dirección en España elaborada por PricewaterhouseCoopers.
Los altos ejecutivos reconocen que tienen muy en cuenta el marco regulatorio a la hora de tomar una decisión de negocio y consideran esencial que ese entorno regulatorio sea “predecible”. Un 81 % de los encuestados cree que la regulación desempeña “en gran medida” un papel trascendente en las decisiones comerciales y la mayoría de ellos opina que debería imprimirse una mayor velocidad en la implantación y ejecución de los procesos administrativos. Un nivel de disconformidad significativamente superior al mostrado por sus homólogos europeos.
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La Encuesta que PwC ha realizado entre presidentes y consejeros delegados de un centenar de grandes compañías españolas revela otra de las principales inquietudes de la clase empresarial: la necesidad de reformas en el mercado de trabajo y en el marco fiscal para mejorar la competitividad. Un 62 % de los CEOs encuestados cree que la reforma más urgente es la del mercado laboral, en aspectos como la flexibilidad en las relaciones laborales, la contratación y la negociación colectiva. Y uno de cada tres altos directivos propone la reforma fiscal como la segunda mayor preocupación, por delante de la reforma del sistema educativo y la legislación medioambiental.
La mayoría de los altos directivos españoles -un 63 %- cree, además, que el Gobierno español debería fomentar la convergencia fiscal y de los marcos regulatorios a nivel global, puesto que la divergencia normativa representa una barrera para la expansión internacional de los negocios.
La alta dirección española no cree, sin embargo, que el marco regulatorio aprobado por el Gobierno dé por sentado que las empresas actúan sin integridad, una cuestión que preocupa en mucha mayor medida en otras áreas mundiales como Estados Unidos.
La Encuesta de Alta Dirección de PwC, elaborada entre noviembre y abril, ofrece la opinión de los CEOs españoles sobre algunos otros temas que van a definir el éxito de las empresas en el futuro inmediato. Los altos directivos mantienen un moderado optimismo respecto al crecimiento de sus empresas en el medio y largo plazo, unas perspectivas favorables que pasan, a juicio de los encuestados, por invertir en innovación tanto en productos como en nuevas estrategias empresariales, en mejorar la eficiencia y en las tareas de valor añadido que permitan diferenciarse en mayor medida de la competencia.
Los empresarios continúan reconociendo la importancia estratégica de la internacionalización, pero con las necesarias cautelas. Alfredo Sáenz, consejero delegado de Grupo Santander, señala en el informe que “se ha abierto una gran oportunidad, la globalidad, y la apuesta de nuestro grupo es clara hacia la internacionalización. El dilema es saber a qué velocidad y hacia qué oportunidades. Ahora no es momento de tomar grandes riesgos y adquisiciones, puesto que el mercado están en un momento que pide prudencia, sin riesgos de ejecución altos”.
Los CEOs también ponen de manifiesto su compromiso con la lucha contra el cambio climático, puesto que un 56 % de los altos directivos encuestados afirma que su empresa invierte recursos significativos para abordar los riesgos y oportunidades del calentamiento global. Sin embargo, la principal preocupación de los CEOs es el talento: un 87 % de los directivos entrevistados está de acuerdo o muy de acuerdo en que la gestión del capital humano es una prioridad estratégica, y seis de cada diez encuestados creen que se debe mejorar la captación, motivación y el desarrollo de los profesionales.
Sólo el 54 % de los altos directivos encuestados cree que, en la actualidad, los departamentos de Recursos Humanos están preparados para emprender los cambios necesarios para competir en el mercado de captación y fidelización del talento. Un grado de confianza bajo que, aún y todo, es superior al ofrecido por sus homólogos a nivel europeo y global. Rafael Vilaseca, consejero delegado de Gas Natural, cree que “el mercado es ahora más competitivo, debemos ser capaces de identificar el talento existente en las organizaciones y retenerlo a través de planes de formación adecuados, una política retributiva justa y, sobre todo, ofrecer retos profesionales alentadores”.
El cambio y la capacidad de la compañía para afrontarlo es otra de las claves de la estrategia empresarial en este principio de milenio. El estudio constata que los altos directivos perciben ya el cambio como la norma en las organizaciones. De hecho, las aptitudes que los altos directivos más valoran en los profesionales son la capacidad para la rápida adaptación a los cambios internos y externos, y la capacidad para desarrollar y dirigir a otras personas.
Los CEOs españoles consideran, asimismo, que las nuevas estrategias comerciales y las fusiones, adquisiciones o alianzas estratégicas son las actuaciones con mayor impacto positivo en la organización.
El estudio también dedica un apartado a las redes de negocio, que para seis de cada diez CEOs encuestados constituirán un principio organizativo básico en el futuro. Actualmente, las redes de negocio o networking se emplean principalmente para la consecución de objetivos operativos –mejora de conocimientos (un 80 %), buenas prácticas (un 70 %), mejora de la reputación (un 63 %) -, más que para alcanzar objetivos estratégicos como la innovación en productos y servicios. Francisco González, presidente de BBVA, cree que “una buena red de negocios puede ser positiva para los intereses de nuestra empresa, en particular para la estrategia de expansión internacional, a la hora de buscar socios de negocios adecuados en cada país”.
Carlos Mas, presidente de PricewaterhouseCoopers, destaca que “en un entorno económico cada vez más complejo y cargado de incertidumbres, pero también de retos y oportunidades, la agenda de los altos directivos españoles tiene que dedicar un apartado importante al liderazgo responsable. La mayoría de los CEOs encuestados son conscientes de que la implantación de sus estrategias de negocio en un contexto desfavorable como el actual tiene que ser compatible con el desarrollo de una estrategia de reputación y responsabilidad corporativa, avanzando en la definición del papel activo que las compañías pueden y deben jugar en el crecimiento y en el desarrollo sostenible de la sociedad”. Carlos Mas cree que “las empresas deben integrar en su gobierno y gestión las preocupaciones sociales, laborales, medioambientales y de derechos humanos surgidas del diálogo franco y transparente con sus grupos de interés. Esto es liderazgo responsable”.